María Morocho es conocida como María de Filimón, esto se debe a que el caballo de su hijo que fallecido hace más de dos año se llama así y es él con quien trabaja y carga el material reciclable que recoge por el centro de la ciudad durante el día.
Trabaja más de 12 años recogiendo materiales reciclables y los vende para poder sustentarse. María es oriunda de Saraguro y está acostumbrada a trabajar desde pequeña, empezó desde los 6 años cuidando a los animales que tenía su papá en el campo y desde ese momento no ha descansado hasta el día de hoy.
Su horario de trabajo empieza a las 3:00 de la mañana, a esa hora se levanta a clasificar un poco de material que ha recogido en el día anterior y a las 7:00 se dirige a ver a su ganado, el resto del día sale al centro de la ciudad a recoger más material reciclable y regresa a su casa a las 22:00.
«Yo trabajo sola, mis hijos cada uno de ellos tienen su cargo y trabajan para ellos, claro que cuando los vecinos me regalan ropa lo comparto con mis nietos», indicó María.
Padece de migraña hace 28 años y a pesar de ello es una mujer fuerte, durante el confinamiento por la pandemia por Covid-19 señala que salió a trabajar y que gracias Dios hasta el momento no ha adquirido el virus.
Uno de los problemas que más aqueja a María es el no tener una casa propia, le ha tocado vivir arrendando y asegura que cuando su hijo falleció hace más de dos años, autoridades habían prometido ayudarla pero que hasta la fecha no han cumplido nada.
Su casa de tablas donde vive más de 4 años no cuenta con un medidor de luz propio, había hecho gestiones para que le puedan facilitar con un medidor pero por el hecho de que la casa donde habita no es de un material resistente como de ladrillo o bloque no es posible cumplir con su petición, por lo que por el momento alquila la luz de sus vecinos. (I)
