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Opinión

¿Opera una mafia en Ecuador?

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Santiago Basabe

A partir de las investigaciones propiciadas por la Fiscalía, la respuesta a dicha pregunta parece una obviedad: sí, desde luego que sí. Sin embargo, esas certezas absolutas no son parte del conocimiento científico que, por el contrario, ante cualquier hecho aparentemente evidente plantea la duda. Veamos.

Uno de los conceptos más clásicos sobre lo que es la mafia proviene de Diego Gambetta a través de su estudio en Sicilia. Allí señala Gambetta que la mafia es una empresa económica que ofrece protección privada. Ante la ausencia relativa del aparato estatal como proveeedor natural de seguridad, aparece un grupo organizado, con estructura de mando interna, códigos de lealtad y eficacia en las actividades a las que se compromete. Dicha forma de operar de la mafia le dota de confianza, aquélla que las instancias públicas han perdido de a poco.

De lo que se sabe, acá hay delincuencia de distinto calibre, pero no bajo los rasgos definitorios de lo que constituiría un grupo mafioso.

Por un lado, no parece existir una estructura organizacional claramente definida, con funciones o roles específicos, permanencia de sus miembros y reglas informales para premiar o castigar los diferentes comportamientos de sus integrantes. Las declaraciones de los aparentes desertores dan cuenta, por ejemplo, que no existen mecanismos sancionatorios claros dentro del grupo. Si así fuera, hallar a los que “cantan” las verdades sería una empresa más costosa.

Por otro lado, no se ha podido observar con claridad la estructura de mando mafiosa. Más bien, de lo que se conoce, hay muchos operadores que actúan de forma relativamente independiente aunque con relaciones entre sí a partir de las actividades que ofrecen. Estos operadores son esencialmente abogados pero con una característica importante: no se mantienen mucho tiempo dentro del círculo de influencia delincuencial. Por el contrario, su participación es limitada. Llegan, cometen sus fechorías por el espacio temporal que la coyuntura les ofrece y luego se van. No desaparece la organización pues hay muchos abogados a la espera de ocupar ese espacio. La mano de obra siempre está disponible. Por eso es que ahora quien está en la picota de las denuncias es el abogado A pero ayer fue B y mañana será C. Los nombres varían pero la actividad se mantiene inalterada.

Adicionalmente, de lo que el país conoce por diferentes medios, acá no hay oferta de protección privada, como decía Gambetta en su trabajo ya citado.

Lo que los abogados y su entorno de asistentes y recaderos ofrecen a la delincuencia organizada (de la que no necesariamente son parte) es orientar las decisiones judiciales a cambio de recursos económicos o de infundir miedo. Sobre esto último, no hay que dejar de lado la posibilidad de que muchos jueces estén fallando a favor de delincuentes contumaces por temor y no porque hayan recibido prebendas de cualquier tipo.

Nuevamente, el objetivo de la mafia, al menos a la luz del concepto de Gambetta, parece no estar presente en el caso ecuatoriano. En ese aspecto, quizás lo que acá ocurre podría acercarse más bien a otras definiciones de mafia, como las ofrecidas por Santyino y La Fiura o Arlachi, que proponen que estas organizaciones se caracterizan por la búsqueda de acumulación de capital. Sin embargo, aún en ese caso, dichos autores también señalan que la mafia se configura con actores que son parte permanente de la organización.

Con lo dicho, en Ecuador lo que aparentemente opera es una oferta ilegal de servicios judiciales, tanto para delincuentes contumaces como para “ciudadanos de bien” que están dispuestos a pagar a los abogados del momento. No importan los nombres de los “juristas” que actúan como intermediarios. Eso es secundario. Lo que sí se mantiene estable es la maquinaria en la que se procesan los hechos delictivos y allí están, indudablemente, jueces y fiscales.

Por tanto, si bien no hay redes permanentes de abogados que ofrecen el servicio citado, existe un conjunto de corruptos que son parte del sector justicia que llegan a acuerdos específicos con los profesionales del Derecho que están mejor posicionados en un momento dado, esencialmente en función de la correlación de fuerzas políticas. De allí que, mientras no se genere una reforma integral al Poder Judicial, los males que ahora están en boca de todos permanenecerán en el tiempo aunque con nombres distintos. El problema de fondo, por tanto, no está en los abogados que ahora están envueltos en los escándalos de corrupción sino en la estructura bajo la que opera el sistema de justicia.

Además, en la política es dónde falta hurgar con mayor detenimiento, pues allí parecen estar los que controlan la provisión ilícita de servicios judiciales. Si bien sus alfiles de momento pueden llegar a pagar ciertos costos cuando la coyuntura les resulta adversa (jueces, fiscales, abogados y recaderos), ellos se mantienen invisibles ante el escrutinio ciudadano.

No quiero decir que ahora mismo no existan delitos execrables que perseguir y delincuentes de diferente traje a los que sancionar. Simplemente señalo que Ecuador no parece asumir la forma de una mafia organizada bajo los parámetros ofrecidos por los estudios realizados. Este punto no es menor ni debería generar interes puramente académico ya que puede ser un insumo clave para eventuales reformas en materia penal o de seguridad.

Si no conocemos cómo funciona la maquinaria que provee servicios judiciales ilícitos, difícilmente podremos identificar los factores que explicarían su presencia. Fuente: Primicias

Opinión

Noboa usa la sorpresa para Quimsacocha y para eliminar el subsidio al diésel

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Eliminar el subsidio al diésel para ahorrarle al Estado USD 1.100 millones anuales puede ser considerada la decisión política más audaz del presidente Daniel Noboa, en los 21 meses que lleva en el poder, no porque en la campaña aseguró, varias veces, que no lo haría, sino por el momento en el que ha tomado.

Y es que nadie podría imaginar que, tras protagonizar una “marcha por la paz”, en Guayaquil el jueves 11 de septiembre, que culminó con un discurso en el que dijo que la consulta popular es para él “la batalla final”. Y donde sus palabras fueron munición contra la Corte Constitucional, convertida en el “blanco oficial”, cualquier decisión del Gobierno solo tendría relación con el regreso a las urnas, el 30 de noviembre.

Eliminar el subsidio al diésel, con lo cual el costo del galón pasa de USD 1,80 a USD 2,80; una decisión parecida que a Lenín Moreno, en 2021, le supuso once días de convulsión del país, hasta que terminó derogando su propio Decreto.

Y a Guillermo Lasso, en 2022, un estallido social tan fuerte que también debió dar marcha atrás con la medida, y cuyos efectos le significaron un desgaste político del que nunca pudo recuperarse, no es tema menor.

Por eso, la línea de tiempo, así como el contexto en el que Noboa decidió eliminar el subsidio al diésel deben ser mencionados porque el viernes 12 de septiembre de 2025, cuando se hizo el anuncio, tomó otra gran decisión política.

Terminada la marcha de Guayaquil, el presidente de la República fue a Cuenca donde había tensión y gran expectativa por alguna declaración suya respecto del proyecto minero Loma Larga, que ha movilizado a todos los sectores de la ciudad y la provincia.

Fue estresante porque, a lo largo del día, Noboa no dijo nada, a pesar de que habló en dos ocasiones en eventos oficiales.

Recién por la noche, y cuando parecía que el silencio era la única respuesta oficial, en un comunicado de la Presidencia de la República, en las redes sociales, se pudo avizorar que Quimsacocha se salvaría.

Eso anunció Noboa el viernes 12 de septiembre, a primera hora de la mañana, cinco días antes de la Marcha por el agua, al declarar que no va a seguir con el proyecto, y, aunque endosó la responsabilidad al Municipio y a la Prefectura, de lo que pudiera ocurrir, con posibles demandas de la minera, había desistido de Loma Larga.

¡Cuenca respiró!

Dar un paso atrás en un tema como el minero que el Gobierno había defendido con tenacidad, no disminuye la autoridad, ni debilita la imagen del primer mandatario; al contrario, significa que el presidente Noboa escuchó al pueblo cuencano y eso es plausible.

Solo falta que la ministra Inés Manzano, que otorgó la licencia ambiental a la minera, revoque la misma.

Pero el vienes 12 no terminaría sin otro sorprendente anuncio, que fue comunicado por cuatro ministros: Eliminar el subsidio al diésel que tomó desprevenido a todos.

Usar la sorpresa como estrategia debe ser entendida como lección aprendida de la historia reciente del Ecuador, para no repetir las jornadas de dolor y llanto que se vivió apenas años atrás, cuando se tomaron medidas parecidas y la gente reaccionó y salió a las calles.

Ya lo dijo el pensador y político francés Alexis de Tocqueville: Cuando uno camina hacia el futuro, sin la luz del pasado, camina en tinieblas.

Neutralizar al movimiento indígena, en sus propios dominios, habría conseguido Noboa al trasladar, de forma temporal, la sede del Gobierno a Latacunga.

Cualquier reacción a futuro, será considerada tardía, porque el Gobierno habrá logrado entregar la compensación de entre USD 400 y USD 1.000 a los transportistas que han comenzado a inscribirse, con lo que se garantiza que no paralizarán su servicio.

De los adversarios políticos -porque aquí no hay oposición-, no parece que el Ejecutivo deba preocuparse porque habitan una realidad paralela. La prueba está en el comunicado del Partido Social Cristiano (PSC) que, con un populismo irredento, pide se reestablezcan los subsidios.

En la Asamblea, sí tienen que mirar a los aliados de Pachakutik porque suman los votos que ADN necesita; pero por nada más.

Lo que ocurre con la Revolución Ciudadana es distinto. Y da lástima.

La medida llega cuando vive sus horas más bajas después de mirar a su líder cometer suicidio político en público, en Caracas, al entrevistar para el canal de Putin al dictador Maduro, el personaje más repudiado del hemisferio.

En una sola jornada, el 12 de septiembre de 2025, Noboa ha tomado dos decisiones inesperadas: prescindir de Loma Larga y mantener Quimsacocha para siempre, y eliminar los subsidios; las dos decisiones llegan tras grandes reflexiones y tienen proyección a futuro.

Con la primera, recupera a Cuenca que, en la elección de abril, le dio un rotundo apoyo en las urnas. Con la eliminación del subsidio, cuando faltan 74 días para la consulta popular, dispone de tiempo suficiente para poner en marcha las 18 medidas de compensación anunciadas, la mayoría de las cuales son entrega de dinero en efectivo que los ecuatorianos tendrán en sus manos camino a las urnas.

La sorpresa, en política, es un arma estratégica. Fuente: Primicias

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Ecuador, la muralla que aprendió a soñar en grande

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 Introducción:

La selección ecuatoriana de fútbol ha escrito un nuevo capítulo en su historia al lograr la clasificación al Mundial de 2026, que se disputará del 11 de junio al 19 de julio de 2026 en Estados Unidos, México y Canadá. Pese a iniciar las eliminatorias con una sanción de -3 puntos, la “Tri” se sobrepuso a la adversidad y cerró una campaña sobresaliente, marcada por la solidez defensiva y la disciplina táctica. Con un balance de ocho victorias, ocho empates y solo dos derrotas, Ecuador no solo aseguró su quinta participación mundialista, sino que también se consolidó como la mejor defensa de Sudamérica, recibiendo apenas cinco goles en 18 fechas. Este rendimiento confirma la madurez del proyecto futbolístico y alimenta la ilusión de que el equipo pueda superar sus propios límites en la cita mundialista.

Resumen de los partidos jugados en esta eliminatoria mundialista 2026

 PRIMERA VUELTA:

Fecha 1: 7 de septiembre de 2023 en Buenos Aires, derrota 1-0 ante Argentina.

Fecha 2: 12 de septiembre de 2023 en Quito, victoria 2-1 ante Uruguay.

Fecha 3: 12 de octubre de 2023 en La Paz, victoria 2-1 ante Bolivia.

Fecha 4: 17 de octubre de 2023 en Quito, empate 0-0 ante Colombia.

Fecha 5: 16 de noviembre de 2023 en Maturín, empate 0-0 ante Venezuela.

Fecha 6: 21 de noviembre de 2023 en Quito, victoria 1-0 ante Chile.

Fecha 7: 06 de septiembre de 2024 en Curitiba, derrota 1-0 ante Brasil.

Fecha 8: 10 de septiembre de 2024 en Quito, victoria 1-0 ante Perú.

Fecha 9: 10 de octubre de 2024 en Quito, empate 0-0 ante Paraguay.

 SEGUNDA VUELTA:

Fecha 10: 15 de 0ctubre de 2024 en Montevideo, empate 0-0 ante Uruguay.

Fecha 11: 14 de noviembre de 2024 en Guayaquil, victoria 4-0 ante Bolivia.

Fecha 12: 19 de noviembre de 2024 en Barranquilla, victoria 1-0 ante Colombia.

Fecha 13: 21 de marzo de 2025 en Quito, victoria 1-0 ante Venezuela.

Fecha 14: 25 de marzo de 2025 en Santiago, empate 0-0 ante Chile.

Fecha 15: 05 de junio de 2025 en Guayaquil, empate 0-0 ante Brasil.

Fecha 16: 10 de junio de 2025 en Lima, empate 0-0 ante Perú.

Fecha 17: 4 de septiembre de 2025 en Asunción, empate 0-0 ante Paraguay. 

Fecha 18: 09 de septiembre de 2025 en Guayaquil, victoria 1-0 ante Argentina.

En resumen, en las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026, la selección ecuatoriana logró su clasificación tras una campaña sobresaliente. El equipo registró 8 victorias, 8 empates y apenas 2 derrotas, alcanzando inicialmente 32 puntos. Sin embargo, debido a la sanción de -3 puntos impuesta por el caso de un jugador, el puntaje definitivo fue de 29 unidades, lo que le permitió ubicarse en el segundo lugar de la tabla de la CONMEBOL, solo por detrás de Argentina, que sumó 38 puntos.

En el aspecto estadístico, Ecuador anotó 14 goles y recibió únicamente 5, cerrando la fase con una diferencia de gol de +9. Este rendimiento defensivo lo consolidó como la mejor defensa de las eliminatorias, siendo el equipo que menos tantos recibió. Cabe resaltar que las únicas derrotas sufridas por la “Tri” fueron como visitante frente a Argentina y Brasil, dos de las selecciones más fuertes del continente.

Origen de la sanción al equipo ecuatoriano

Ecuador inició las eliminatorias rumbo al Mundial 2026 con una sanción de -3 puntos, derivada del conocido caso Byron Castillo, resuelto en noviembre de 2022 por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS/CAS).

La controversia surgió cuando la Federación de Chile denunció que el jugador Byron Castillo había presentado documentos con información falsa sobre su lugar y fecha de nacimiento, poniendo en duda su nacionalidad. Aunque Castillo disputó partidos de las Eliminatorias previas al Mundial de Catar 2022, la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) fue acusada de inscribirlo de forma indebida.

Decisión del TAS: el TAS rechazó la petición de Chile de excluir a Ecuador del Mundial de Catar 2022 y reconoció que, a efectos legales, Castillo podía ser considerado ecuatoriano. Sin embargo, concluyó que la FEF había incurrido en una infracción al presentar un documento con información falsa, aun cuando el pasaporte del jugador era válido.

Como consecuencia, el TAS aplicó las siguientes medidas sancionatorias  contra la FEF:

  • Deducción de tres puntos al inicio de las Eliminatorias sudamericanas rumbo a 2026.
  • Multa de 100,000 francos suizos (aprox. USD 101,000).
  • Pago de 10,000 francos suizos a las federaciones de Chile y Perú como compensación por los costos legales del proceso.

De esta manera, Ecuador comenzó su camino hacia el Mundial 2026 en desventaja, con una penalización de -3 puntos, pese a que el tribunal confirmó la elegibilidad del jugador.

Resumen de las participaciones de Ecuador en Copas Mundiales

La selección ecuatoriana de fútbol ha clasificado en cuatro ocasiones a la Copa Mundial de la FIFA: Corea-Japón 2002, Alemania 2006, Brasil 2014 y Catar 2022. Su mejor desempeño hasta el momento se dio en Alemania 2006, donde alcanzó los octavos de final, instancia en la que fue eliminada por Inglaterra.

En las demás ediciones, Ecuador quedó eliminado en la fase de grupos: en 2002, durante su debut mundialista; en 2014, en Brasil; y en 2022, en Catar, a pesar de un inicio prometedor.

Con la clasificación rumbo a Estados Unidos-México-Canadá 2026, la “Tri” afrontará su quinta participación en un Mundial. Además, esta edición contará con un formato ampliado de 48 selecciones (en el mundial anterior fueron 32 selecciones), lo que incrementa las posibilidades de que Ecuador pueda avanzar más allá de la primera fase y consolidar su crecimiento en la élite del fútbol internacional.

Análisis de los jugadores de la selección de Ecuador

La selección ecuatoriana presenta un plantel equilibrado que combina juventud, experiencia y solidez táctica, elementos que resultaron determinantes en su camino al Mundial 2026. 

Defensa: El punto más alto del equipo. Con apenas cinco goles recibidos en 14 partidos, Ecuador se consolidó como la mejor defensa de las eliminatorias. La solidez se explica por la jerarquía de jugadores como Piero Hincapié y Willian Pacho, el aporte ofensivo y defensivo de Pervis Estupiñán, y la irrupción de Joel Ordóñez como alternativa confiable.

Mediocampo: El eje del juego lo marca Moisés Caicedo, líder en recuperación y distribución. A su lado, la proyección de Kendry Páez, una de las joyas más prometedoras del fútbol sudamericano, y la disciplina táctica de Alan Franco brindan equilibrio y dinamismo en la zona central.

Delantera: Enner Valencia continúa siendo la gran referencia ofensiva gracias a su experiencia y capacidad goleadora. No obstante, la selección evidenció falta de continuidad en el ataque, ya que jugadores como Gonzalo Plata y Kevin Rodríguez no lograron consolidarse con regularidad en el frente de ataque.

Portería: En el arco, Hernán Galíndez se destacó con atajadas determinantes y un liderazgo clave para sostener la seguridad defensiva del equipo.

En conjunto, Ecuador muestra una base sólida, con un bloque defensivo de élite, un mediocampo en crecimiento y un ataque que aún busca variantes para respaldar a su capitán histórico.

Posibilidades de Ecuador en el Mundial 2026

Las perspectivas de Ecuador para el Mundial 2026 son alentadoras, sustentadas en el rendimiento mostrado durante las eliminatorias y en la proyección de su plantilla.

Un formato favorable: La ampliación del torneo a 48 selecciones abre mayores posibilidades de superar la fase de grupos, un objetivo que luce alcanzable para la “Tri”.

Solidez defensiva: Bajo la conducción de Sebastián Beccacece, y con el legado táctico heredado de Gustavo Alfaro, Ecuador se perfila como un equipo ordenado y difícil de vulnerar.

Preparación estratégica: La experiencia de jugar en la altura de Quito ha fortalecido al plantel en lo físico y lo mental, un recurso que puede aprovecharse en la preparación previa al certamen.

Juventud con proyección: La irrupción de talentos como Kendry Páez, combinada con la madurez futbolística de Moisés Caicedo, augura un crecimiento sostenido y un mediocampo competitivo para enfrentar a cualquier rival.

En conjunto, Ecuador llega al Mundial 2026 con una base sólida y en evolución, capaz de soñar con una participación histórica más allá de los octavos de final.

Fortalezas y debilidades de la selección de Ecuador

FORTALEZAS

Defensa de élite: Ecuador fue la mejor defensa de las eliminatorias de la CONMEBOL, recibiendo apenas cinco goles en 14 partidos.

Mediocampo equilibrado: El equipo cuenta con el liderazgo de Moisés Caicedo y la proyección de Kendry Páez, quienes aportan solidez y creatividad.

Ventaja táctica en la altura: La experiencia en Quito fortalece al plantel en lo físico y estratégico, un recurso que puede ser clave en la preparación.

Disciplina y consistencia: Bajo un esquema táctico ordenado, la “Tri” ha demostrado ser un rival difícil de desestabilizar.

DEBILIDADES

Dependencia ofensiva: La mayor parte de los goles y el liderazgo en ataque recaen en Enner Valencia, lo que evidencia falta de alternativas sólidas.

Escasa profundidad en ataque: Jugadores como Gonzalo Plata o Kevin Rodríguez no lograron consolidarse con regularidad.

Deficiencia en la definición: La falta de contundencia y la baja eficiencia en la finalización limitan la capacidad del equipo para cerrar partidos.

Conclusión

La clasificación de Ecuador al Mundial 2026 representa mucho más que un logro deportivo: es la confirmación de un proceso de madurez futbolística y resiliencia. La “Tri” supo levantarse de la sanción inicial y transformar la adversidad en motivación, construyendo una campaña sólida que la posicionó como una de las selecciones más consistentes del continente, al clasificarse como la segunda selección de Sudamérica. Con una defensa de élite, un mediocampo en crecimiento y la experiencia de referentes como Enner Valencia, el equipo llega fortalecido a su quinta cita mundialista.

El reto ahora será romper la barrera histórica de los octavos de final y demostrar que este proyecto está listo para competir en escenarios de máxima exigencia. La combinación de juventud y experiencia, sumada a la disciplina táctica que caracteriza al plantel, ofrece a Ecuador una oportunidad única de escribir la página más gloriosa de su historia en la Copa del Mundo. La “Tricolor del alma” ya demostró que puede resistir, competir y soñar; en 2026, buscará hacer realidad ese sueño.

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Opinión

Escuelas sin miedo: un llamado urgente contra la violencia escolar

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Introducción

En Ecuador, miles de niños, niñas y adolescentes llegan cada día a la escuela con la esperanza de aprender y crecer, pero muchos se encuentran con un escenario distinto: insultos, golpes, humillaciones, amenazas e incluso abusos que dejan cicatrices visibles e invisibles. La violencia escolar se ha convertido en un problema estructural que trasciende las aulas y compromete a toda la sociedad, pues no solo afecta la seguridad y el bienestar de los estudiantes, sino también la confianza en el sistema educativo y la labor de los docentes.

Las cifras oficiales y los testimonios son alarmantes: seis de cada diez estudiantes han sufrido algún tipo de agresión en su escuela; miles de casos de violencia sexual han sido denunciados en la última década; y los propios maestros se han convertido en víctimas de intimidaciones, extorsiones e incluso asesinatos. La violencia en el entorno escolar no es un fenómeno aislado, sino el reflejo de un entramado de factores familiares, sociales y comunitarios que hacen urgente un abordaje integral.

Frente a esta realidad, la tarea de erradicar la violencia escolar no puede recaer únicamente en el Ministerio de Educación ni en los docentes: requiere de la corresponsabilidad de estudiantes, familias, autoridades y comunidades. Solo así será posible construir aulas seguras, donde el aprendizaje se viva con respeto, empatía y confianza.

¿Qué entendemos por violencia escolar?

La violencia escolar se entiende como cualquier acción u omisión, intencional y reiterada o no, que ocurre dentro del entorno educativo y que causa daño físico, psicológico, sexual o social a los miembros de la comunidad escolar (estudiantes, docentes, personal administrativo o familias). No se limita solo al acoso entre estudiantes, sino que incluye múltiples formas de agresión entre estudiantes, de docentes hacia estudiantes, de estudiantes hacia docentes y de padres o familiares hacia docentes o autoridades.

En términos generales, se considera violencia escolar cuando se vulnera el derecho a una educación segura, inclusiva y libre de maltrato, afectando la convivencia y el proceso de aprendizaje. En el contexto ecuatoriano, el Ministerio de Educación la define dentro de las “situaciones de violencia en el ámbito educativo”, que pueden ser:

  • Violencia física (golpes, empujones, daño a pertenencias).
  • Violencia psicológica (insultos, amenazas, humillaciones).
  • Violencia sexual (tocamientos, acoso, abuso, explotación).
  • Negligencia o maltrato institucional (cuando la escuela no actúa ante un caso o normaliza la violencia).

Factores que abonan violencia escolar

La violencia escolar no surge de manera aislada; responde a un conjunto de factores personales, familiares, escolares y sociales que interactúan, entre ellos:

Factores individuales

  • Baja autoestima o inseguridad personal, que lleva a algunos estudiantes a usar la agresión como mecanismo de defensa.
  • Dificultades de autocontrol y regulación emocional, impulsividad o problemas de manejo de la ira.
  • Consumo de alcohol y drogas en adolescentes, que incrementa la probabilidad de conductas agresivas.
  • Experiencias previas de victimización: quienes han sufrido maltrato, violencia familiar o abuso, pueden reproducir estas conductas en la escuela.

Factores familiares

  • Ambientes de violencia intrafamiliar (gritos, insultos, golpes) que normalizan la agresión como forma de resolver conflictos (7 de cada 10 mujeres son agredidas por su cónyuge) .
  • Ausencia o poca supervisión parental: falta de acompañamiento en tareas, relaciones sociales o uso de redes digitales.
  • Estilos de crianza autoritarios o negligentes: exceso de castigo, desinterés o permisividad sin límites claros.
  • Carencias afectivas o falta de comunicación, que dejan a los niños y adolescentes sin referentes de confianza.

Factores escolares

  • Clima escolar conflictivo: escuelas donde predominan las rivalidades, la falta de respeto y la ausencia de normas claras.
  • Deficiencias en la gestión institucional: poca aplicación de protocolos, falta de respuesta ante denuncias o indiferencia de autoridades.
  • Relaciones jerárquicas rígidas o autoritarias entre docentes y estudiantes.
  • Falta de espacios de participación y diálogo estudiantil, que deja a los alumnos sin canales para expresar sus inquietudes.
  • Escasez de personal especializado (psicólogos, trabajadores sociales, DECE) para atender conflictos y prevenir la violencia.

Factores sociales y comunitarios

  • Normalización de la violencia en la sociedad: medios de comunicación, redes sociales y entornos donde se exalta la agresión.
  • Entornos comunitarios inseguros: presencia de pandillas, microtráfico o crimen organizado que penetra en los planteles.
  • Desigualdad social y económica, que genera tensiones y exclusiones dentro del espacio escolar.
  • Uso inadecuado de tecnologías: el ciberacoso amplifica la violencia y dificulta su control.

Estadísticas de violencia escolar en Ecuador

Entre estudiantes (violencia física, psicológica, acoso): Un estudio de UNICEF y el Ministerio de Educación revela que casi 6 de cada 10 estudiantes (60 %) entre 11 y 18 años sufrieron al menos un acto violento en el último periodo escolar. Las formas más comunes: insultos (38 %), rumores (28 %), sustracción de pertenencias (27 %), y golpes (10  %). La prevalencia varía por región: Amazonía (64 %), Costa (61 %), Sierra (56 %).

Violencia sexual en el ámbito educativo: Entre 2014 y 2024, el Ministerio de Educación registró más de 28 082 casos de violencia sexual contra estudiantes; el 90 % de las víctimas fueron niñas, casi la mitad tenían entre 8 y 14 años. El 26 % de los agresores pertenecía al sistema educativo (docentes, estudiantes, personal), mientras que el 74 % eran externos.

Los agresores dentro del sistema educativo fueron principalmente docentes (37 %), compañeros (30 %) y estudiantes (25 %). Conductores y autoridades escolares también aparecen en menor medida.

En contexto doméstico, se sabe que la mayoría de agresores sexuales infantiles son familiares o personas de confianza: según datos de la Policía, muchos victimarios corresponden a otros familiares (59.4 %), padrastros (10.5 %), padres (5.7 %), abuelos (5.3 %), hermanos (2.6 %). Esto refleja violencia dentro del entorno familiar, aunque no específicamente en la escuela.

Agresiones hacia docentes

Entre 2023 y principios de 2025, la Unión Nacional de Educadores (UNE) documentó 700 denuncias de violencia contra docentes, incluyendo intimidación, extorsión, secuestro y violencia psicológica. En cambio, el Ministerio reporta solo 179 casos oficiales en 2025, con cifras confirmadas de extorsión, secuestro e incluso tres asesinatos. La diferencia sugiere un importante sub registro.

Denuncias y respuestas institucionales

Entre 2022 y 2024, se reportaron: 5 941 casos de violencia física, 4 567 casos de violencia psicológica y 1 195 casos de acoso escolar.

El porcentaje de víctimas que no denuncian es alarmante: el 96.6 % no lo hace, especialmente mujeres, por temor a represalias o por normalizar la violencia.

Recomendaciones para reducir la violencia escolar

Para las instituciones educativas

  • Implementar protocolos claros y efectivos, como el Plan Nacional para la Erradicación de la Violencia en el Contexto Educativo, con ejes de prevención, detección, atención y reparación.
  • Formar a docentes y personal en detección temprana, abordaje protector y cultural de paz.
  • Fortalecer los DECE (Departamentos de Consejería Estudiantil), presentes ya en más de 1 700 instituciones, con psicólogos y trabajadores sociales.
  • Organizar actividades prácticas e interactivas (dramatizaciones, dinámicas grupales), no solo charlas pasivas, para sensibilizar con mayor impacto.
  • Incorporar medidas de seguridad, botones de alerta, comités interinstitucionales, y, en casos extremos, reubicación de docentes.

Para las familias 

  • Mantener comunicación constante y de confianza con sus hijos sobre sus vivencias escolares.
  • Estar alerta a señales como miedo, retraimiento, problemas de sueño o caída del rendimiento.
  • En casos de riesgo, denunciar de inmediato ante la escuela o autoridades competentes, evitando el silencio.
  • Participar en la vida escolar (reuniones, círculos restaurativos, talleres “Educando en Familia”).

Para los estudiantes 

  • Tener claro que la escuela no es un lugar para el miedo: buscar a un adulto de confianza para expresar lo que ocurre.
  • No normalizar la violencia entre compañeros: ser espectador activo ayuda a quebrar la impunidad.
  • En caso de agresiones, especialmente en entornos digitales, guardar evidencia (capturas, mensajes) y reportar.
  • Fomentar habilidades socioemocionales como empatía, comunicación asertiva, resolución pacífica de conflictos y autocuidado digital.

Lección de Dinamarca para el sistema educativo ecuatoriano

En Dinamarca, desde hace varias décadas (desde 1993), las escuelas implementaron una hora semanal obligatoria llamada Klassens tid (“el tiempo de la clase”), Durante esta hora, los estudiantes junto con su profesor/tutor aprenden a escucharse, compartir preocupaciones, hablar de sus sentimientos y resolver conflictos en un ambiente de confianza y respeto. El objetivo principal es fortalecer la empatía, el respeto mutuo y la cohesión de la clase, más allá de las materias académicas tradicionales. 

¿Cómo funciona?: Se crea un espacio seguro para que los estudiantes expresen sus preocupaciones, dificultades y logros. Se trabajan actividades como: dinámicas de reflexión y diálogo, resolución conjunta de problemas dentro del grupo, ejercicios de empatía y comprensión del otro, celebración de los logros individuales y colectivos.

No hay exámenes ni calificaciones: el objetivo es aprender a convivir y desarrollar habilidades socioemocionales.

Impactos positivos en Dinamarca 

  • Según el World Happiness Report 2025, publicado por el Wellbeing Research Centre de la Universidad de Oxford, Dinamarca es considerado el 2do país con mayores índices de felicidad y bienestar estudiantil en el mundo.
  • Más inclusión, más cooperación y, sobre todo, generaciones enteras que entienden que la empatía también se enseña y se cultiva igual que cualquier otra habilidad y cuando se siembra en las aulas, cambia para siempre a toda la sociedad.
  • Los niveles de acoso escolar y violencia en las aulas son de los más bajos en Europa.
  • Los estudiantes desarrollan una fuerte capacidad de trabajo en equipo, confianza en sí mismos y empatía hacia los demás.

Relevancia para Ecuador y América Latina: Implementar prácticas similares podría ayudar a:

  • Reducir el acoso escolar y la violencia en las aulas.
  • Fortalecer la educación socioemocional, que a menudo no tiene un espacio formal en el currículo.
  • Promover climas escolares más saludables y participativos.
  • Complementar los protocolos de prevención de violencia ya existentes con un espacio de formación práctica en convivencia.

Conclusión

La violencia escolar en Ecuador no es un fenómeno aislado ni inevitable: es el reflejo de heridas sociales, familiares e institucionales que se reproducen en las aulas y afectan profundamente la vida de niños, niñas, adolescentes y docentes. Sus consecuencias van más allá del daño inmediato: generan miedo, limitan el aprendizaje, destruyen la confianza en las instituciones educativas y comprometen el futuro de toda una generación.

Frente a esta realidad, es urgente reconocer que la escuela debe ser un espacio seguro y protector, donde el respeto, la empatía y la convivencia pacífica sean principios inquebrantables. Para lograrlo, se requiere la acción coordinada de todos los actores: familias que acompañen con cercanía y comunicación, docentes y autoridades que apliquen protocolos claros y efectivos, estudiantes comprometidos en rechazar la violencia, y un Estado que garantice recursos, políticas sostenidas y justicia ante cada caso.

La experiencia internacional demuestra que sí es posible construir aulas libres de miedo, como el ejemplo de Dinamarca con su Klassens tid. Ecuador tiene la oportunidad de adaptar estas lecciones e innovar en la educación socioemocional, cultivando la empatía y el respeto desde edades tempranas.

“Escuelas sin miedo” no es solo un lema, sino una meta impostergable: transformar las aulas en espacios donde aprender sea un derecho protegido, convivir sea una experiencia de paz y cada estudiante pueda crecer sin temor, con dignidad y esperanza.

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