#ElPangui | El carisma, humildad y empatía de Soraya Vásquez, hizo de esta zamorana un icono inolvidable para quienes un día tuvieron la fortuna de conocerla.
Soraya Dalila Vásquez Córdova, nació un 31 de agosto de 1982 en el cantón El Pangui. Hija de José María Vásquez y Anne Margot Córdova, quienes, con dedicación y paciencia, educaron a sus siete hijos, entre ellos, Soraya.
En el seno de esta familia, forjó su personalidad, valores y cualidades, que la caracterizaron desde siempre, y a los 17 años de edad, contrajo matrimonio con Geovanny Francisco Heredia Granda con quien procreó a su hijo Jhoan Pablo Heredia Vásquez, quien actualmente tiene 15 años de edad.
Estudió en las aulas de la Universidad Católica de Cuenca, donde se graduó en Trabajo y Servicio Social; y, poco tiempo después inició sus labores en el Patronato Municipal del cantón El Pangui, que luego pasó a tomar el nombre de Patronato de Amparo Social bajo el mandato de Luis Portilla, alcalde de aquel entonces.
Andrea Montalván, amiga y excompañera de Soraya, la recuerda con mucho afecto, al tiempo que la describe como una persona donde sobresalía la bondad, fortaleza y rectitud ‘‘su prioridad siempre fue el servicio social y su familia’’ menciona, dejando en claro el gran compromiso que tenía con todas las personas necesitadas y con quienes eran importantes en su vida.
Merced a las grandes virtudes de esta profesional de trabajo y servicio social, que dejó huella en los corazones de usuarios y compañeros de labores, y en honor al compromiso brindado por dieciocho años, el centro antes nombrado ‘‘Centro Gerontológico Vida y Esperanza’’ hoy en día lleva su nombre, “Centro Gerontológico Soraya Vásquez” infraestructura cuenta con un mayor espacio físico y de calidad, para atención a los grupos de atención prioritaria.
Para Carlos Punín, alcalde de El Pangui, este merecido reconocimiento es muy importante ya que el haber perennizado el nombre de Soraya en esta edificación servirá de ejemplo a las futuras generaciones y motivará el servicio social en nuestra ciudadanía.
Manuel Jiménez, usuario de este centro, aún recuerda los valores y cualidades de esta profesional, la humildad que la caracterizaba al momento de interactuar con niños, adultos mayores o cualquier persona, dejando un vacío y muchos recuerdos, tanto en el ámbito laboral como personal. ‘‘Me siento muy bien, contento […] queríamos que se llame así el centro, y se cumplió nuestro sueño’’ recalcó.
Por su parte Freddy Armijos, presidente de la Comisión de Servicio Social del ayuntamiento, manifestó que la iniciativa de gestionar el cambio de nombre del centro, fue por iniciativa de los adultos mayores que fueron alguna vez testigos de la empatía de Soraya. ‘‘A las personas de buen corazón se las recuerda siempre’’ dijo, reconociendo la gran labor e incidencia positiva que tuvo esta mujer en el corazón de numerosas personas. (I)
