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Silencio total ante la crisis del periodismo lojano

“Loja es una provincia fronteriza que genera mucha información pero que no cuenta con espacios periodísticos saludables que la incluyan en la agenda nacional. Los bajos sueldos, las presiones políticas y comerciales y el aislamiento del resto del país someten a esta provincia al silencio”.  Esta es la conclusión a la que llegó la fundación ‘Periodistas Sin Cadenas’, luego de un estudio realizado en marzo del presente año.

Loja es conocida como la cuna de la cultura en el Ecuador. Por eso es inaudito que, tras las graves revelaciones presentadas en el proyecto de ‘Periodistas Sin Cadenas’, nadie haya dicho nada. “Noticias para complacer a las autoridades del gobierno de turno, publicidad que silencia y que somete a los medios de prensa, necesidades insatisfechas y violación de derechos”, son algunas de las verdades que devela el informe citado.

‘Periodistas Sin Cadenas’ es una organización de comunicadores y fotógrafos que se dedican a la investigación y que nació cuando el Frente Oliver Sinisterra entregó las pruebas de la ejecución de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, periodistas de diario El Comercio.

La gran mayoría de los periodistas lojanos es explotada laboralmente. En el mismo informe se indica que un importante porcentaje de comunicadores cobra menos de 400 dólares por su trabajo y en la mayoría de los casos la consabida coproducción es el instrumento para someter a la mediocridad la información que recibe la comunidad.

En Loja, los famosos protocolos de protección a los periodistas no existen. Aunque por experiencia propia confieso que en ningún lugar del Ecuador se presentan. El Gobierno, muchas de las veces, defiende o protege a los propietarios de los grandes medios de comunicación que, por lo general, son sus aliados. La prestigiosa academia lojana tiene muy bien ganado su nombre, su aporte en el campo científico es significativo, pero, sobre la precariedad del periodismo lojano, no se ha pronunciado, y no solo ella, sino que nadie ha dicho nada.

Lo más grave de todo esto es que al final estos problemas terminan originando confusión en la ciudadanía y, por tanto, una opinión pública incompetente y muy fácil de engañar. Por eso es que en Loja y sus cantones existen políticos que se han sostenido por décadas en el poder, mientras los pueblos son condenados al olvido.

Respeto a todas las personas que se dedican a las actividades informativas sin haber recibido una formación académica, pero considero que una de las causas de la precarización laboral es el empirismo. Frente a ello, las organizaciones de periodistas casi nada hacen por ayudar a mejorar la situación. Entonces, viene la consecuencia: personas en medios de comunicación trabajando en ‘coproducción’ (pagando para trabajar), y las instituciones públicas llenas de comunicadores sin estudios especializados.

Es necesario replantear la organización gremial de los profesionales de la comunicación, pero lo realmente indispensable en este momento es la intervención agresiva de la academia, que debe tratar este tema, presentar soluciones y ayudar a mejorar la vida de la gente y particularmente de los periodistas.

Por: Eduardo Loaiza Lima

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