Los días 16 y 17 de junio en la comunidad San Vicente de Caney de la parroquia Chicaña, cantón Yantzaza se desarrolló la VII Edición del Festival de los balcones y jardines floridos, donde se demostró además la interculturalidad de este importante sector de la provincia de Zamora Chinchipe.
Como “Sisay Paccha” se denomina al evento que se realiza anualmente en la comunidad intercultural San Vicente de Caney, que ofrece un claro ejemplo de turismo comunitario y en esta ocasión abrió sus puertas a propios y extraños para aprovechar el evento y realizar diferentes actividades deportivas, culturales y artísticas que denotan la cultura mestiza, shuar y quichua saraguro, que comparten territorio en esta comunidad.
Fue un fin de semana colorido y de deportes, donde también participaron las autoridades como la prefecta, Karla Reátegui, el viceprefecto, Víctor Sarango, la alcaldesa de Yantzaza, María Lalangui y el gad parroquial de Chicaña, quienes departieron con la comunidad y visitantes a este importante festival, destacando la hospitalidad de los lugareños.
Entre las actividades realizadas, el día viernes 16 de junio, se llevó a cabo el ciclo paseo desde Yantzaza hasta el San Vicente de Caney, evento encabezado por la alcaldesa María Lalangui, acompañado del grupo de ciclistas que conforman el Yantzaza Bike y el resguardo de la Policía Nacional.
Mientras que, el día sábado 17 de junio a las 5 de la mañana se realizó el ritual de purificación, donde la comunidad realizó rituales con procedimientos ancestrales a los asistentes y de los cuales también participó la primera autoridad yantzacense. Con danzas, concursos de jardines y balcones floridos y juegos tradicionales hicieron parte de las actividades celebradas.
Además de una diversidad de platos típicos y gastronomía propia de la localidad. Según data la historia, en el año de 1975, ingresó a esta comunidad, la etnia saraguro y así sucesivamente. Uno de sus moradores aseguró que la clave y el éxito de los pueblos, ha sido valorando la culturas e identidad; el respeto mutuo y trato por igual, llevando una convivencia armónica dentro de la comunidad San Vicente de Caney.
El mayor sustento de la comunidad es la agricultura, ganadería y el turismo comunitario. Esta última se ha convertido en otra fuente de ingresos, que ofrece importantes servicios como: alojamiento, alimentación, cabalgatas, recorridos por los balcones y jardines floridos, artesanías, telares y mucho más.
