Por Alcibar Lupercio. Periodista.
La lamentable realidad de la vía E45 Troncal Amazónica es un fiel reflejo del descuido y la desatención por parte de las autoridades gubernamentales hacia una región que ha sido históricamente marginada. Esta vía, vital para la conexión entre las provincias amazónicas y el resto del país, se encuentra en un estado deplorable, con cráteres, maleza, socavones y otros peligros que ponen en riesgo la seguridad de quienes transitan por ella.
Es indignante que, a pesar de la contribución económica significativa que la Amazonía aporta al tesoro nacional, las autoridades han ignorado sistemáticamente la urgente necesidad de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y garantizar infraestructuras básicas como esta vía.
Desde Zamora Chinchipe, donde fluye el oro y el cobre que enriquece al país, observamos con frustración cómo la vía E45 Troncal Amazónica se deteriora día a día sin recibir el mantenimiento urgente que requiere. Las promesas vacías de los gobiernos pasados han dejado a la Amazonía en el abandono, con sus habitantes enfrentando obstáculos insuperables para acceder a servicios básicos y oportunidades de desarrollo.
Es hora de que las autoridades provinciales de Morona Santiago se unan en un llamado enérgico al Ministerio de Obras Públicas para exigir una acción inmediata y efectiva. El Gobernador, como representante del ejecutivo, debe asumir su responsabilidad y elevar las demandas de su pueblo al gobierno central sin demora.
El Director provincial de Obras Públicas y el Subsecretario Zonal de Obras Públicas no pueden permanecer indiferentes ante esta crisis. Su deber es servir al pueblo y garantizar que los recursos sean asignados de manera prioritaria para resolver problemas urgentes como este.
Ya es hora de que las autoridades dejen de lado las excusas y demuestren su compromiso real con el bienestar de la población. No es aceptable que en pleno siglo XXI, los ciudadanos de la Amazonía sigan sufriendo las consecuencias de la negligencia estatal.
Esperamos que la exigencia realizada en la reciente Cumbre Amazónica no caiga en oídos sordos y que el gobierno responda de manera efectiva con los recursos necesarios para el mantenimiento inmediato de la vía E45 Troncal Amazónica. El tiempo de la inacción ha llegado a su fin. Es momento de actuar, de cumplir con el deber y de demostrar un verdadero compromiso con el pueblo amazónico.
