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El Presupuesto 2025 de Ecuador muestra un Estado con el 80% del gasto atado y sin margen de acción

La Proforma del Presupuesto General del Estado (PGE) para 2025 revela una verdad incómoda en Ecuador: el Estado tiene cada vez menos margen para decidir en qué gasta su dinero. Más del 80% del gasto ya está comprometido. Son recursos que, por mandato legal, constitucional o por el peso de la deuda, no se pueden reducir, mover ni redirigir.
En la práctica, esto significa que de cada 10 dólares que el gobierno planea gastar en 2025, solo dos se pueden considerar realmente “disponibles” para nuevas prioridades, ajustes o inversiones. El resto está atado a salarios, transferencias, intereses o leyes que determinan su destino.
Este fenómeno conocido como rigidez del gasto no es nuevo, pero se ha vuelto más agudo. Y mientras el país sigue enfrentando altos niveles de endeudamiento y demandas sociales insatisfechas, el margen de maniobra se reduce aún más.
¿Qué es la rigidez del gasto y por qué importa?
Uno de los principales problemas que enfrentan las finanzas públicas de Ecuador es la rigidez del gasto fiscal, entendida como la dificultad para reducir o reasignar ciertos componentes del presupuesto. Esta rigidez no es reciente, pero se ha acentuado en los últimos años como resultado de decisiones políticas, compromisos legales y dinámicas macroeconómicas que limitan la capacidad de maniobra del Estado.
Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), para 2025 se estima que el 77% del gasto del Presupuesto General del Estado (PGE) será de carácter permanente, lo que representa alrededor de USD 20.858 millones.
Una parte sustancial del gasto permanente, equivalente al 34,9% del gasto total corresponde al pago de sueldos y salarios, un rubro con alta rigidez a la baja. Esta obligación financia la remuneración de más de 490.000 servidores públicos, concentrados en sectores como educación, salud, seguridad, justicia y defensa.
Otro componente relevante es el servicio de la deuda, que incluye el pago de intereses y amortizaciones. Los intereses, por sí solos, representan el 13,9% del gasto total previsto para 2025, equivalentes a más de USD 3.753 millones. Esta carga ha crecido desde 2014 debido al encarecimiento del financiamiento —en parte por el aumento de tasas internacionales— y al uso intensivo del endeudamiento como fuente de cobertura fiscal.
A ello se suman las transferencias obligatorias, que han ganado peso en la última década. Entre 2014 y 2018, representaban en promedio el 8,9% del gasto total; sin embargo, para el período 2019–2024, este promedio subió al 20,2%, y se estima que en 2025 alcance el 20,9%, es decir, más de USD 5.987 millones.
Estas transferencias incluyen aportes a la seguridad social, bonos sociales, subsidios, transferencias a gobiernos locales y otros compromisos que no pueden reducirse sin una reforma legal o constitucional. En paralelo, el rubro de bienes y servicios —necesario para el funcionamiento básico del Estado— promedió el 8,3% del gasto total en la última década.
Si se suman los componentes rígidos del gasto permanente y no permanente, se concluye que aproximadamente el 83,4% del gasto total del PGE en 2025 está atado a compromisos que no pueden ser fácilmente modificados. Este porcentaje equivale al 133% de los ingresos totales previstos, lo que implica que incluso si se ejecutara el presupuesto tal como está planificado, el Estado no tendría ingresos suficientes para cubrir sus obligaciones fijas.
El resultado global estimado para 2025 es un déficit de USD 5.443 millones, equivalente al -4,4% del PIB, lo que implica que el Estado no solo no logra cubrir sus gastos corrientes y de capital con los ingresos previstos, sino que debe además financiar amortizaciones por montos significativos.
Ante este panorama, el Gobierno se ve forzado a acudir a fuentes de endeudamiento interno y externo, no solo para cubrir el déficit operativo, sino también para pagar obligaciones contractuales previas. Esto refuerza la rigidez del presupuesto a futuro y amplifica la dependencia estructural del financiamiento.
El presupuesto público opera cada vez más en piloto automático. La combinación de leyes rígidas, decisiones políticas difíciles de revertir y una estructura de deuda exigente deja al Gobierno con muy poco margen de acción. Cualquier intento de planificación fiscal o reasignación estratégica parte de una base extremadamente limitada, lo que debilita la capacidad del Estado para adaptarse a nuevas prioridades económicas y sociales.
No solo es el gasto, los ingresos también están inflados
Una de las debilidades de la Proforma 2025 es la posible sobreestimación de los ingresos fiscales. Aunque el Gobierno proyecta una recaudación total de USD 27.440 millones, este monto representa un incremento de más de USD 5.000 millones frente a lo presupuestado en 2024.
Buena parte de este salto en los ingresos no proviene de mejoras estructurales en la recaudación, sino de supuestos extraordinarios. La Proforma incluye, por ejemplo, USD 3.986 millones por anticipos relacionados con licitaciones y adjudicaciones de bloques petroleros, además de USD 750 millones por la concesión del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) y USD 460 millones por la concesión del espectro radioeléctrico.
Estos ingresos extraordinarios requieren marcos jurídicos claros, licitaciones públicas, acuerdos contractuales y plazos de ejecución que, en el mejor de los casos, tomarían varios meses.
Dado que ya estamos en septiembre, resulta altamente improbable que todas estas operaciones se concreten —y generen flujos efectivos— antes del cierre del año fiscal. La falta de cronogramas oficiales, documentos contractuales y mecanismos establecidos para la recepción de anticipos refuerzan esa conclusión. Sin esos recursos, el presupuesto pierde sustento real y el déficit podría ser mucho mayor al proyectado oficialmente.
Si bien el incremento del IVA al 15% ha mejorado la recaudación tributaria en los primeros meses del año, los ingresos por impuestos previstos para 2025 apenas crecen respecto a 2024 (de USD 16.501 millones a USD 16.538 millones), lo cual confirma que el espacio de crecimiento por esta vía es limitado.
La confianza de ingresos extraordinarios de difícil concreción genera un efecto contable que sobredimensiona el espacio fiscal y subestima el déficit real. De no concretarse los montos proyectados, el Estado se verá forzado a recortar aún más la inversión pública, acumular atrasos o contratar nueva deuda.
¿Cómo vamos hasta agosto y cómo cerrará el año fiscal?
La trayectoria fiscal del Ecuador en la última década revela un patrón de desequilibrio fiscal. Entre 2015 y 2025, el PGE ha cerrado sus cuentas con déficit en diez de los once años, reflejando una brecha entre ingresos y gastos. Solo en 2022 se registró un superávit fiscal (USD 882 millones). En el resto de los años, el resultado ha sido negativo, con déficits que han llegado hasta USD 4.967 millones en 2020, durante la crisis sanitaria.
Hasta agosto de este año, los ingresos acumulados ascienden a USD 15.852 millones, apenas, mientras que los gastos suman USD 17.290 millones, generando un déficit de USD 1.439 millones. Además, el ritmo de ejecución real del presupuesto está por debajo de lo esperado.
A nivel agregado, solo el 60,5% del presupuesto ha sido devengado y el 55,8% ha sido pagado efectivamente. Este rezago es particularmente marcado en los rubros de inversión, que suelen ser las primeras partidas sacrificadas cuando el financiamiento escasea.
Por ejemplo, la obra pública presenta una ejecución de apenas 16,6%, mientras que la inversión en bienes de larga duración no supera el 6,9%. Las transferencias de capital —que incluyen recursos a gobiernos locales y sectores estratégicos— se sitúan en 43,8%, lejos de niveles que permitan dinamizar la economía o sostener programas de desarrollo.
Además, los atrasos presupuestarios acumulados ya superan los USD 1.335 millones, afectando directamente a proveedores, contratistas y gobiernos autónomos descentralizados. Este desfase no solo afecta a la prestación de servicios públicos, sino que transmite tensiones al resto del sistema económico.
Con casi tres cuartas partes del año fiscal ya transcurridas, resulta poco probable que se materialicen los ingresos extraordinarios contemplados en la Proforma —como concesiones o ventas de activos— en los montos y tiempos estimados. Las cifras disponibles contradicen la idea de una recuperación fiscal sostenida: el déficit persiste, la inversión se estanca y los pagos se atrasan.
Todo indica que el año cerrará con un nuevo resultado negativo. No se trata solo de un problema de liquidez: el desequilibrio es estructural. El presupuesto opera con márgenes mínimos de maniobra, el gasto está atado por normativas inflexibles, y la política fiscal sigue anclada en supuestos optimistas que rara vez se cumplen. La sostenibilidad, más que una meta alcanzable, sigue siendo una promesa aplazada. Fuente: Primicias
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Los planes del Gobierno de Ecuador para la consulta y referendo chocan con los plazos y el anuncio de más preguntas

Esto, en medio de dos anuncios, el presidente Daniel Noboa hizo una declaración clave: que la votación sería el 30 de noviembre de 2025. No obstante, el anuncio de replantear preguntas complicaría los plazos y la intención de llegar a votaciones para finales de noviembre.
Solo el Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene un plazo de 15 días para convocar a elecciones y otro de 60 días para ejecutarlas. Y, aunque son plazos máximos, estos no pueden ser reducidos radicalmente por el trabajo que implica un proceso electoral.
Por ejemplo, en el referendo y consulta popular de 2024, al CNE le tomó 13 días lanzar la convocatoria, porque primero tenía que estar lista la planificación, el cronograma y el cálculo presupuestario, y después de otros 54 días la ciudadanía llegó a las urnas.
Para la fecha anunciada por el presidente Noboa para esta nueva consulta, quedan apenas 84 días. Pero el CNE no es el único involucrado en un proceso de esta naturaleza.
Más plazos a tener en cuenta
Las dos preguntas que sí aprobó la Corte Constitucional siguen su trámite en el organismo. Se trata de la intención de implementar el trabajo por horas en el sector turístico, solamente en casos de primer empleo, y la reducción de legisladores.
La jueza ponente, Claudia Salgado, avocó conocimiento de la causa el 8 de septiembre de 2025, para realizar el control de la convocatoria a referendo planteada por el Primer Mandatario. La Ley de Garantías Jurisdiccionales le otorga un término de 20 días laborales. Es decir, hasta el 6 de octubre de 2025.
Esto suma un total de 28 días como plazo máximo para que el pleno emita un dictamen y lo notifique. En caso de que esto no suceda dentro del tiempo, la misma Ley señala que se entenderá que los jueces aprueban el texto.
Por lo tanto, si el Ejecutivo decidiera seguir adelante solo con esas dos preguntas, a las que se sumarían la de las bases militares extranjeras y la del financiamiento de las organizaciones políticas (que espera su segundo dictamen hasta el 17 de septiembre), no le quedaría ningún margen de tiempo.
Es así que los plazos máximos de la autoridad electoral y la Corte Constitucional sumarían 103 días, sin contar el tiempo que podrían demorarse las notificaciones o entregas de documentos.
El nuevo escenario
Inicialmente, el presidente Noboa proyectó que su consulta y referendo llegarían a votaciones el 14 de diciembre. Sin embargo, el Ejecutivo no tiene ninguna competencia sobre el control constitucional o la organización del proceso electoral.
Pero, de manera sorpresiva, en una entrevista posterior a la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, el Primer Mandatario anunció un adelanto de dos semanas, para el 30 de noviembre.
Durante esa cita bilateral, el funcionario estadounidense dijo que podrían analizar una invitación de Ecuador para instalar una base militar en el territorio nacional. Pero esto no podrá suceder sin que la propuesta presidencial gane primero en las urnas.
Es por eso que el reciente anuncio desde Carondelet se convierte en un problema logístico y de tiempos.
En caso de que el Gobierno cumpla con su anuncio de enviar un nuevo paquete de preguntas y de reformular las que fueron negadas, se añaden nuevamente los pasos previos y plazos ante la Corte Constitucional.
Los magistrados no tendrían plazos para determinar la vía de tratamiento de los cambios constitucionales que plantee el Presidente, como la eliminación del Consejo de Participación, en el que la vocera Carolina Jaramillo afirmó que insistirían.
Además, que se añadiría un segundo término de 20 días laborales para el control de esta nueva convocatoria. La única excepción serían las preguntas planteadas como consulta popular, como la que busca el retorno de los casinos. Esto porque, al no cambiar la Carta Magna, tienen un filtro menos.
De todas formas, el Consejo Nacional Electoral podría avanzar en la logística de la primera convocatoria, sin un presupuesto fijo para la impresión de material electoral -que dependerá del número de preguntas y de si se trata solo de un referendo o de un proceso mixto- hasta que la Corte dirima sobre el siguiente bloque de propuestas. Si eso ocurre, el proceso ganaría tiempo. Fuente: Primicias
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Celso Moreira, ‘líder invisible’ de Los Choneros y protagonista de una narcofiesta, fue recapturado

Este lunes 8 de septiembre Celso Moreira, alias ‘Celso’ fue recapturado por el Bloque de Seguridad en el sector de San Jacinto, en el cantón Sucre, provincia de Manabí. El Ministerio del Interior hizo el anunció y comunicó que otros cinco presuntos delincuentes también fueron detenidos.
«Llamado el “líder invisible” de Los Choneros, Celso Moreira Heredia, alias “El Patucho Celso”, ha construido su poder desde las sombras: sin ser la cara visible de la organización, movía hilos claves en la estructura criminal, controlando operaciones y alianzas, manteniéndose oculto tras lujos, excesos y una fachada de fiesta y opulencia«, dice el comunicado de las fuerzas del orden.
Las autoridades recordaron que Moreira fue capturado en mayo de 2024 en una denominada narcofiesta en Vía a la Costa, Guayaquil. No obstante, al mes siguiente, fue liberado con medidas sustitutivas.

El Ministerio de Defensa detalló que Moreira, quien ya ha sido procesado por delitos como crimen organizado y tráfico ilícito de drogas, fue descubierto en esta ocasión en posesión de armas de fuego sin la debida autorización legal.
«Junto a él fueron detenidos cinco presuntos delincuentes que se encontraban ingiriendo bebidas alcohólicas en la vía pública«, precisó la cartera de Estado, publicando imágenes en las que se observa a los sujetos bajo custodia de la Fuerza Pública.
Ministro de Defensa de pronuncia sobre captura
En una rueda de prensa organizada luego de la captura del cabecilla, el titular de la cartera de Defensa, Gian Carlo Loffredo, reafirmó el compromiso del Estado de darle a los delincuentes «lo único que se merecen, la cárcel o el infierno».
Nunca más un narcoterrorista vivirá de fiesta. El Bloque de Seguridad vuelve a hacer su trabajo. Alias «Celso», quien fue recordado por esa narcofiesta que indignó al país entero, ha sido una vez más capturado. Él creyó que se podía burlar de la Justicia, pero ahora la enfrenta nuevamente.
Loffredo agregó que, «como es costumbre», Moreira fue liberado al resultar favorecido por una resolución judicial días después de ser capturado en mayo del 2024, criticando el accionar de jueces y expresando esperar un cambio. Fuente: Vistazo
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Renato Ortuño será el segundo ecuatoriano en acceder a la eutanasia, tras sobrevivir a sicariato en Quito

El 23 de junio de 2023, Carlos Renato Ortuño fue víctima de un intento de sicariato en las inmediaciones del Edificio de la Bolsa de Valores de Quito. Como consecuencia del atentado, el abogado quedó con un 98% de discapacidad y solicitó la aplicación de la eutanasia.
Luego de varias semanas de espera, el 8 de septiembre de 2025, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) informó a Ortuño que solicitud de eutanasia fue acogida favorablemente.
Entre el 14 de agosto y el 2 de septiembre de 2025, el Comité Interdisciplinario para resolver la Aplicación de la Eutanasia Activa Voluntaria y Avoluntaria del IESS se reunió tres veces para analizar el caso de Ortuño.
Y, finalmente, el 8 de septiembre esta instancia emitió la resolución: «Acoger de manera favorable la solicitud de aplicación al procedimiento de eutanasia activa voluntaria».
El caso de Carlos Renato Ortuño
El 23 de junio de 2023, como todos los días, Ortuño tomó su vehículo y salió de su casa -en una urbanización del Valle de Los Chillos- rumbo a su oficina en el sector de La Mariscal, en el centro norte de Quito.
Pero, desde el inicio el trayecto fue extraño. Apenas salió de su urbanización, detrás de él salieron dos vehículos. Uno era de uno de sus vecinos y el otro era un automóvil gris, que circulaba con una velocidad y una agresividad fuera de lo normal.
Ortuño se dio cuenta de que, en todo el camino este automóvil venía atrás suyo, a unos cuatro vehículos de distancia. Eso le causó algo de preocupación, pero continuó por su ruta habitual hasta la calle Jerónimo Carrión, en dónde está el ingreso a su oficina, en el edificio de la Bolsa de Valores de Quito.
Cuando se estacionó en la puerta del garaje, Ortuño debía esperar unos segundos hasta que el guardia de seguridad abriera la puerta. Pero en esos instantes el vehículo gris que lo venía siguiendo frenó a raya, se bajaron dos personas armadas y lo dispararon varias veces.
Los proyectiles causaron en su cabeza, cuello y vértebras le causaron una cuadriplejía. Es decir, perdió la movilidad en sus extremidades y recibió una diagnóstico de discapacidad física del 98%.
En los dos años posteriores, Ortuño -junto a su esposa- intentaron varios tratamientos médicos en México, Colombia y Ecuador, para intentar la recuperación de parte de su movilidad. Pero estos no fueron efectivos, mientras que el dolor seguía empeorando y siendo más constante.
Entonces, a inicios de julio de 2025, Carlos Renato Ortuño presentó oficialmente la solicitud de aplicación de la eutanasia.
La eutanasia en Ecuador
En Ecuador la eutanasia fue despenalizada el 7 de febrero de 2024, tras una histórica sentencia de la Corte Constitucional (CC).
Paola Roldán, una mujer que padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA), fue quien luchó y logró la despenalización luego de un largo proceso legal ante la CC. Roldán murió la tarde del 11 de marzo de 2024, sin la aplicación de la eutanasia.
Pero tras esa decisión de la Corte, el 8 de mayo de 2025, Ecuador registró el primer caso oficial de eutanasia ejecutada en su territorio. El procedimiento, pedido voluntariamente por la paciente, se realizó en Guayaquil, en el domicilio de una mujer que padecía de cáncer en estado avanzado. Fuente: Primicias
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