La tragedia suscitada en el cantón Alausí, provincia de Chimborazo, provocó gran conmoción a nivel nacional por este evento que ha causado dolor e incertidumbre por conocer sobre los sobrevivientes, personas e infraestructuras sepultadas por el imponente talud, que era declarado como zona de riesgo y donde vivían alrededor de 600 familias, y a los que hoy muchos buscan entre la tierra y escombros.
Este evento a más de destrozar a familias enteras, un cantón y país que incansablemente se encuentra a la espera de encontrar sobrevivientes, ha despertado el interés en otras localidades de prevenir este tipo de situaciones, llevando a cabo mantenimientos y manejos de las cuencas hidrográficas que en gran proporción se consideran como las causantes al fluir de manera subterránea, desestabilizando la superficie.
En Zamora, capital de provincia, por ejemplo, los historiadores han dado a conocer que en la parte subterránea la recorren 4 afluentes. Es por ello, que el especialista en arquitectura, Luis Zaruma, denota la importancia de ‘la prevención’, para evitar este tipo de infortunios poco predecibles como los eventos de la naturaleza.
Como especialista informa que los municipios están en la obligación de identificar mapas de riesgos y a través de ordenanzas evitar la construcción de edificaciones y asentamientos en este tipo de zonas. “Si prevenimos, las pérdidas humanas y económicas serán mínimas. Si hacemos permanentemente un seguimiento a las cuencas hidrográficas, vamos a tener la posibilidad de tomar las acciones correspondientes. La inversión en prevención es importante y fundamental”, declaró Zaruma.
El profesional confía que con el Plan Maestro de Alcantarillado que se prevé hacer en la ciudad, según lo que ha conocido, se pueda captar las aguas de forma subterránea, pese a su dificultad por la profundidad, pero deben hacerse porque son procesos fundamentales.
Hace correlación en que las personas que durante este evento en Alausí fueron las más afectadas las que se encuentran en un nivel medio o bajo, pues por ser una zona de riesgo, adquieren terrenos más económicos, pese al peligro o de otra forma, por medio de invasiones.
Ante ello, las autoridades deben trabajar en políticas públicas, garantizando o poniendo alternativas para que la ciudadanía se mantenga a buen recaudo, fuera de las zonas de riesgo. Algo importante es la educación de niños y adultos para generar acciones que garanticen la seguridad en estos ámbitos.
