Con 81 votos fue destituida la presidenta de la Asamblea Nacional, Guadalupe Llori. Este mismo día, asumió el cargo, Virgilio Saquicela, quien se venía desempeñando como primer vicepresidente. Saquicela acudió y tomó posesión del despacho de la Presidencia de la Asamblea, estuvo acompañado de legisladores de UNES, Partido Social Cristiano (PSC), Pachakutik (ala rebelde) y los disidentes de la Izquierda Democrática (ID).
Llori no acudió a ejercer su derecho a la defensa una vez que el Pleno dio paso al informe de la Comisión Pluripartidista que recomendaba su destitución. Además, la bancada oficialista (BAN) y algunos asambleístas de Pachakutik se ausentaron
Un comunicado de la bancada de UNES reseña que «a pesar de las artimañas, amenazas, de sus ‘lassos’ fue destituida como presidenta de la Asamblea».
Pamela Aguirre, asambleísta de UNES, respondiendo a Salvador Quishpe le dijo: «Señor Salvador Quishpe, ¿no se cansa de hacer de alfombra de un banquero y ser lacayo del imperio? A Llori no se la destituye “por mujer ni indígena”, aseguró que solo se lo hace “por incumplimiento de funciones”.
En esa misma línea, Pabel Muñoz, de UNES, dijo que «Guadalupe Llori no solo destrozó a la Asamblea Nacional. Destrozó también la posibilidad de que Pachakutik conduzca una agenda legislativa a favor de las demandas ciudadanas. Quienes votaron por ese partido fueron traicionados de manera imperdonable. Se vendieron al gobierno».
El legislador socialcristiano Jorge Abedrabbo, manifestó que «la Asamblea Nacional no puede quedarse sometida al capricho de pocos. No más injerencia de otros poderes del Estado en el Legislativo. Aquí estamos para respetar y hacer respetar la ley. Es hora de trabajar y sacar al país adelante».
Aseguró que «a la Asamblea la quieren tener de rodillas» y explicó que por ello, presentó la moción para conocer y resolver el informe de la Comisión Pluripartidista». jtr
