Un reciente estudio de la Corporación Financiera Internacional (CFI) del Banco Mundial revela que en Ecuador residen alrededor de 600,000 migrantes y refugiados, quienes desempeñan un papel clave en la economía del país. Según el informe, la integración de estas personas a la economía formal contribuye al aumento de la recaudación de impuestos del Gobierno y estimula el dinamismo económico nacional.
El estudio destaca que la mayoría de los migrantes y refugiados se encuentran concentrados en Quito y Guayaquil, y que dos tercios de ellos han regularizado su estatus o están en proceso de hacerlo. Además, el 40% de este grupo tiene empleo formal, elevando la mediana de ingresos a USD 680, ligeramente superior a los USD 668 de los ciudadanos ecuatorianos.
En el ámbito financiero, el informe señala que los migrantes y refugiados tienen experiencia en el uso de productos financieros básicos, generando una demanda significativa de crédito productivo. Aproximadamente 130,000 de ellos ya cuentan con una cuenta de ahorros en Ecuador, mientras que 350,000 expresan el deseo de abrir una cuenta a largo plazo. Además, 251,000 (44%) manifestaron interés en obtener una tarjeta de crédito, aunque solo el 3% tiene acceso a este producto financiero.
En cuanto a los préstamos, alrededor de 42,000 (7%) tienen préstamos vigentes en el sistema financiero ecuatoriano (USD 126 millones) y en el mercado informal (USD 11 millones). El estudio destaca que la mayoría de los préstamos se destinan a negocios, específicamente a microempresarios (51.5%).
Sin embargo, el informe identifica barreras como la normativa de techos a las tasas de interés, controles en tarifas, requisitos normativos y la falta de historial crediticio que impiden que estos migrantes y refugiados accedan a más financiamiento en el sistema financiero formal.
