En el sector de la Piedra, en el barrio Nanguipa del cantón Centinela del Cóndor, vive una mujer luchadora que con trabajo y esfuerzo ha logrado sacar adelante a sus ocho hijos y es un ejemplo de valentía.
Hilda Rueda es una mujer de 74 años de edad, hace aproximadamente 50 años migró desde Cariamanga hacia la provincia de Zamora Chinchipe por motivos de la gran sequía que hubo en 1960 en el sur del Ecuador.
Cuando Hilda llegó a Zumbi junto con su esposo, compraron una finca de 2 hectáreas en donde sobre una gran piedra construyeron su primera casa de paja, de allí nace el nombre del sector y el cual se convirtió en el hogar de toda su familia.
Luego de que su esposo falleció por un derrame tras haber batallado contra un tumor por 8 años, Hilda tuvo que encargarse de cinco niños y tres jóvenes, a quienes crió sola y trató de que no les falte nada. ¨Preferí a mis hijos antes de irme y dejarlos, sufrí junto a ellos y estuve hasta el final¨, manifestó.
Para poder subsistir, trabajó en los cañales de azúcar que le dejó su esposo. Las cañas las molía cada semana donde su papá, para luego sacar la panela y así venderla, los día que no realizaba este trabajo, se iba a cosechar café, sembrar maíz o criaba vacas.
Hace tres años con ayuda de sus hijos, su casa fue reconstruida con tablas y techo de zinc, además, gracias a la colaboración de sus vecinos, se colocó una urna para el Divino Niño Jesús y cada 22 de diciembre se realiza una misa para celebrar su aniversario.
Hilda agradece por todo el apoyo que le han brindado sus hijos ya que ellos ahora están pendientes de que lo le falte nada, ¨a pesar de todo crie unos buenos hijos, honrados, educados, con principios y son un orgullo¨. A pesar de que todo ha mejorado para ella, recalcó en la importancia de cultivar, aprovechar lo que nos brinda la tierra y que cuando existe la necesidad, hay que trabajar y ser valientes para enfrentar la vida.
