En este momento estás viendo Casa Hogar Betania, un sueño que inició hace más de 20 años

Casa Hogar Betania, un sueño que inició hace más de 20 años

La Casa Hogar Betania se creó como una organización civil con la finalidad de brindar atención a personas de la tercera edad. La personería jurídica la obtuvieron en el año 2009 y a partir del 2010 iniciaron convenios con instituciones gubernamentales con proyectos dirigidos a adultos mayores y personas con discapacidad bajo la modalidad de residencia y atención diurna. Pero su construcción inició en el año 2000.

Stanislaw Wrobel, ex sacerdote polaco-ecuatoriano, quien llegó a Ecuador hace 40 años como misionero; conoce la historia y con sus anécdotas vividos relata su experiencia en el país al cual le ha dedicado más de la mitad de su vida. Aprendió a servir y lo demostró con obras que realizó en beneficio de las comunidades, especialmente de la provincia de Zamora Chinchipe. Fue él, quien emprendió en la creación de una casa para acoger a las personas que más lo necesitaban, en este caso para los adultos mayores y personas con discapacidad.

Con una minga, empezaron a crear la casa hogar en el sector de la Chacra. Fue el sueño de Monseñor Jorge Mosquera y se ejecutó de la mano del alcalde de Zamora en ese entonces, Eugenio Reyes y Víctor Rodríguez como prefecto de Zamora Chinchipe y de igual forma, con el Vicariato Apostólico de Zamora Chinchipe que donó el terreno; instituciones que han venido auspiciando con recursos para su continuidad.

El nombre lo escogió Wrobel que significa: “Todos podemos tener una casa, pero no todos tenemos la suerte de tener un hogar, porque habitan ahí personas desprotegidas de la provincia y el cantón que nunca han tenido una casa, ni tampoco una familia”, explicó el religioso. Además, confluyó que él no es el indicado para hablar de las problemáticas que se suscitan en esta casa de acogida, sino que existe una directiva para hacerlo.

“Mi responsabilidad es legal, penal y mi compromiso es con el personal que contrato, con la administración municipal y el consejo provincial. Justificar la parte económica y la organización”, destacó.

Dice que hará todo el esfuerzo en conjunto con las instituciones para que esta obra siga aportando en este proyecto social. Considera que no es justo y ético que otras personas pretendan aprovecharse del esfuerzo de casi 20 años por “no considerarlo rentable o no producir nada”, expuso. Además, enfatiza en que su responsabilidad es garantizar agua, luz, alimentación, medicina y cumplir con el código laboral a través de las leyes

En el año 2010, le entregaron la nacionalidad ecuatoriana, siendo parte del Clero Secular del Vicariato Apostólico de la provincia de Zamora Chinchipe, donde ha realizado trabajos comunitarios destinados a salud, educación, vivienda, así como la construcción de asilos de ancianos, templos eclesiásticos, y demás.

Pero, “en estos días nos quieren llevar a un debate por un conflicto. Estamos en Zamora. Cuando alguien actúa en contra de otro, no tiene nada que ver con el bien común, son intereses oscuros”, expuso en cuanto a la invitación del debate, al cual no aceptaría acudir porque considera que los zamoranos están construyendo grandes obras.

Desde el año 2000, el municipio y gobierno provincial, están caminando con la casa hogar Betania, apoyando a los adultos mayores del cantón y de la provincia. Aclarando que todo es legal y con los permisos vigentes. En este momento existen 22 usuarios con atención de acuerdo como lo estipula la ley de los adultos mayores.

En otro tema, Wrobel recuerda sus historias vividas en conjunto con otros misioneros extranjeros que se radicaron en Ecuador y donde cumplieron con su vida sacerdotal, tal es el caso de Monseñor Ricardo Flatz; quien dedicó vida y obras en el Alto Nangaritza. Antes de su fallecimiento Wrobel visitó a Flatz y se tomaron un último café a las 22h00, donde Mons. hizo una reflexión triste “me faltaron dos meses para terminar 40 años y no pude quedarme”, considerando que un misionero después de 40 años, no debía haber terminar su vida en un ambiente con personas que no lo conocían, esto porque Flatz murió en Austria, país que lo vio nacer y no en Ecuador, país al que dedicó gran parte de su vida.

Mientras que, el padre Jorge Nitch, disfrutaba de sus obras y nunca buscaba o esperaba aplausos. Obras de infraestructura como puentes, conventos, iglesias era por lo que trabajaba constantemente. Luchaban por el bien común dando servicio a todo el mundo, sin esperar utilidades como la misión en Guadalupe a través de donaciones que venían desde el exterior.

Finalmente, Stanislaw, creó una historia en La Chacra y en la parroquia San Carlos de las Minas y muchas personas conocen su accionar y reconocen su esfuerzo, plasmado a través de sus obras. Y seguirá luchando hasta el final de sus días, brindando protección a quien más lo necesita.

Deja una respuesta