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Yantzaza implementa la Ordenanza de Ordenamiento Territorial y Ornato para fortalecer el desarrollo urbano y la convivencia ciudadana

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La concejal del cantón Yantzaza, Raquel Naula, informó sobre la implementación de la Ordenanza de Ordenamiento Territorial y Ornato, aprobada por el Concejo Municipal el 21 de agosto de 2025, con el propósito de promover un crecimiento urbano planificado, accesible y ordenado en el denominado Valle de las Luciérnagas.

El principal objetivo de esta ordenanza es garantizar el libre tránsito peatonal y mejorar el uso del espacio público en beneficio de niños, adultos mayores, personas con discapacidad y la ciudadanía en general. “Nuestro objetivo es ordenar Yantzaza, una ciudad que crece aceleradamente, pero que necesita hacerlo con responsabilidad y planificación”, enfatizó la concejal Naula.

Proceso de socialización y aplicación de la normativa
Tras su aprobación, la ordenanza entró en proceso de socialización desde el 6 de septiembre, a través de medios de comunicación locales, redes institucionales y visitas a locales comerciales. Este proceso permitió informar a los comerciantes sobre las nuevas disposiciones legales y prohibiciones, entre ellas la colocación de letreros, pancartas o mercadería en aceras, portales y vías públicas.

Desde el 15 de octubre de 2025, inició la aplicación formal de las multas para quienes incumplan las normas. Durante el primer operativo, realizado en la avenida Iván Río Frío, se aplicaron siete multas a establecimientos que no acataron la disposición municipal.

La concejal destacó la respuesta positiva de la mayoría de comerciantes, quienes acogieron favorablemente la medida. “Fue gratificante ver cómo los propietarios se sumaron al cambio y agradecieron por recuperar el orden y la movilidad en nuestras calles”, señaló.

Sanciones progresivas y corresponsabilidad ciudadana
La ordenanza establece un régimen progresivo de sanciones, que inicia con una multa del 10% del salario básico unificado en la primera infracción, seguida del 20% en caso de reincidencia. Si el incumplimiento persiste, la sanción recae sobre el propietario del inmueble, con el fin de fomentar la corresponsabilidad entre arrendatarios y dueños de locales.

Asimismo, los comerciantes podrán hacer uso autorizado de hasta 0,50 metros del espacio frontal de sus locales, siempre que cuenten con la aprobación de la Comisaría Municipal. “No estamos en contra del comercio ni del emprendimiento, al contrario, reconocemos el esfuerzo de quienes generan empleo y desarrollo local”, indicó Naula.

Inclusión y nuevas regulaciones
En relación con los vendedores informales, la concejal informó que se aprobó una ordenanza específica para regular su actividad y asignarles espacios adecuados en el cantón. Esta medida busca garantizar condiciones equitativas tanto para los comerciantes establecidos como para quienes trabajan de manera autónoma.

Un Yantzaza ordenado y con visión de futuro
La concejal Raquel Naula resaltó que la aplicación de esta ordenanza marca un paso significativo hacia el orden urbano y la mejora del ornato cantonal, lo que fortalecerá también el turismo y la imagen de la ciudad. “Yantzaza está creciendo aceleradamente, y es hora de hacerlo con planificación. Una ciudad ordenada atraerá más visitantes y oportunidades”, aseguró.

Finalmente, agradeció el compromiso de la ciudadanía y de los comerciantes que han acogido positivamente las nuevas disposiciones:
“El orden es una responsabilidad compartida. Los Yantzacenses somos gente trabajadora, solidaria y con visión de futuro. Seguiremos avanzando con responsabilidad y honestidad por el bienestar de todas las familias de nuestro cantón”.

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Concurso de Pintura Promueve la Conciencia Ambiental en la Unidad Educativa “El Valle de Elah”

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Con el objetivo de fomentar la creatividad artística y fortalecer la conciencia ambiental en la niñez, la Unidad Educativa “El Valle de Elah” del cantón Zamora desarrolló el Concurso de Pintura 2025, una actividad enmarcada en el eje de prevención de riesgos y protección del medio ambiente, impulsada con el apoyo del Distrito de Educación.

La directora del plantel, Erika Tapia, expresó su satisfacción por la participación de los estudiantes y destacó el compromiso institucional con la educación integral.

“Estamos muy contentos por este concurso que busca que los niños plasmen su imaginación, comprendan la importancia de prevenir riesgos naturales y desarrollen su talento artístico. Este tipo de actividades nos permiten educar en valores ambientales y promover la creatividad desde temprana edad”, manifestó Tapia.

El evento contó con la participación de 11 estudiantes seleccionados de los diferentes niveles educativos, quienes representaron a sus paralelos tras un concurso interno previo. Los trabajos artísticos abordaron temáticas relacionadas con el cuidado de los ríos, la gestión de residuos y la preservación de la naturaleza amazónica.

Durante la jornada, los niños recibieron la orientación de la docente de arte, Emelyn Guerrera, y la motivación de sus maestras y padres de familia. Además, se contó con la presencia del reconocido artista zamorano Mario Ambuludi, quien formó parte del jurado calificador.
“Es grato observar el talento y la imaginación de los niños. La pintura desarrolla su motricidad, su percepción visual y su inteligencia emocional. El arte es cultura, y debe seguir fortaleciéndose en las instituciones educativas”, señaló Ambuludi.

La actividad también fue valorada por los padres de familia. Carla Samaniego, madre de uno de los participantes, resaltó la importancia de estas iniciativas para el desarrollo creativo de los niños:
“Estos concursos motivan a los estudiantes a desplegar su imaginación y fortalecer su talento. Agradezco a los docentes por fomentar la creatividad y el arte en nuestros hijos”.

Por su parte, Paulina Macas, docente de los niveles iniciales, destacó que el evento se realizó en un entorno natural privilegiado, lo cual permitió reforzar el aprendizaje sobre la protección del entorno amazónico.

“Vivimos rodeados de ríos, cascadas y aves; este tipo de actividades permiten a los niños comprender la importancia de cuidar la naturaleza y ser responsables con el manejo de la basura y los recursos naturales”, enfatizó.

Finalmente, la directora Erika Tapia reiteró su llamado a la comunidad educativa a continuar impulsando una educación responsable, artística y ambientalmente consciente:
“Debemos educar desde el hogar y la escuela en el cuidado del agua, la clasificación de residuos y el respeto por la Amazonía. Nuestra unidad educativa es parte activa de ese cambio”.

Los ganadores del concurso representarán a la institución en la etapa nacional, demostrando el talento y compromiso ambiental de la niñez zamorana.

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Cooperativa Zamora Chinchipe moderniza su boletería para mejorar la atención al usuario

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Con el objetivo de ofrecer una atención moderna, eficiente y de calidad, la Cooperativa de Transportes Zamora Chinchipe realizó la remodelación integral de su oficina de boletería ubicada en la Terminal Terrestre de Zamora, una iniciativa liderada por el gerente Luis Suárez Chamba, quien informó que la obra demandó una inversión aproximada de nueve mil dólares (USD 9.000).

El proyecto contempló la modernización de espacios internos y externos, con el propósito de brindar un entorno cómodo, funcional y acorde a las necesidades de los usuarios. “Nos sentimos satisfechos por haber concretado esta remodelación. Ahora contamos con oficinas amplias, una sala de espera cómoda, servicio de WiFi, televisión y una bodega destinada a la recepción y envío de encomiendas”, manifestó el gerente.

De acuerdo con Suárez, la obra se ejecutó cumpliendo todos los protocolos y permisos establecidos por el GAD Municipal de Zamora y la administración de la Terminal Terrestre, sin registrar inconvenientes durante el proceso.

Actualmente, la Cooperativa Zamora Chinchipe ofrece servicio de transporte a siete de los nueve cantones de la provincia, cubriendo rutas hacia Yacuambi, El Pangui, Centinela del Cóndor, Nangaritza, Paquisha, Yantzaza y Zamora. Además, mantiene frecuencias hacia comunidades rurales como San Carlos, Guaguayme Bajo y Alto, La Pituca y Romerillos, contribuyendo a la conectividad provincial. En tanto, se gestiona la viabilidad técnica y legal para ampliar las rutas hacia Palanda, Chinchipe y la ciudad de Loja.

El gerente señaló también que, pese a las dificultades provocadas por el invierno y el deterioro de las vías, la cooperativa continúa garantizando la seguridad y regularidad de sus servicios, con el respaldo de la Prefectura de Zamora Chinchipe en el mantenimiento de la red vial provincial.

En cuanto al ámbito operativo, Suárez precisó que cada unidad de transporte recibe una compensación mensual de mil dólares ($1000) por parte del Estado, como parte del mecanismo de estabilización del precio del diésel. Aclaró que, pese al incremento del costo del combustible, la cooperativa ha mantenido los valores de los pasajes, respetando los beneficios para personas con discapacidad y adultos mayores.

“Nos encontramos en un proceso continuo de innovación, tanto en infraestructura como en atención al cliente. Nuestro compromiso es seguir mejorando la experiencia del usuario y fortalecer la imagen institucional de la cooperativa”, sostuvo el gerente, quien agradeció el apoyo de los socios, autoridades y ciudadanía.

Además, informó sobre la alianza estratégica con la Cooperativa de Transportes Riobamba, que permite a los usuarios realizar envíos y viajes fuera de la provincia, ampliando las posibilidades de conectividad y servicio.

Finalmente, Suárez destacó que la Cooperativa Zamora Chinchipe continuará trabajando con calidad, calidez y responsabilidad, a fin de consolidarse como una entidad referente en transporte público provincial. “Invitamos a la ciudadanía a visitar nuestras nuevas instalaciones y seguir confiando en nuestro servicio, que busca siempre el bienestar y la seguridad del pasajero”, concluyó.

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Raíces y caminos del Ecuador Plurinacional

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Por Mario Paz. Mgstr

Introducción

Ecuador es un país de gran diversidad cultural, donde conviven múltiples pueblos, nacionalidades y tradiciones. Durante siglos, esta pluralidad fue invisibilizada por Estados monoculturales y políticas que privilegiaron la visión mestiza y occidental, relegando a los pueblos indígenas, afroecuatorianos y montubios a la pobreza y la discriminación.

La Constitución de 2008 representó un avance histórico al declarar al país como Estado intercultural y plurinacional, reconociendo lenguas, culturas y formas de organización propias. Sin embargo, la desigualdad histórica persiste, afectando especialmente a comunidades indígenas y afrodescendientes, mientras el racismo continúa presente en distintos ámbitos sociales.

A pesar de ello, los pueblos mantienen sus economías comunitarias y propuestas de desarrollo alternativas como el Buen Vivir (Sumak Kawsay), que promueve la armonía con la naturaleza y la vida colectiva. Este artículo analiza la interculturalidad en Ecuador desde cinco ejes: composición étnica, educación y pobreza, economías indígenas, desafíos estatales y el valor de la unidad en la diversidad, invitando a reflexionar sobre la necesidad de construir una sociedad justa, inclusiva y respetuosa de la diversidad.

La composición étnica y demográfica del país 

Cada 12 de octubre, Ecuador conmemora el Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad. La fecha invita a reflexionar sobre la riqueza cultural del país y la importancia de la convivencia entre los distintos pueblos y nacionalidades.

Según el Censo de Población y Vivienda 2022, la mayoría de la población se auto identifica como mestiza (77,5 %). Le siguen los montubios (7,7 %), los indígenas (7,7 %), los afro ecuatorianos (4,8 %) y los blancos (2,2 %), con un porcentaje residual de otras etnias. El número total de habitantes en Ecuador ya supera los 18 millones.

Ecuador reconoce oficialmente 18 pueblos y 14 nacionalidades indígenas, cada uno con su propia lengua y cultura, según lo establece la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y el Estado ecuatoriano. Estas nacionalidades están distribuidas principalmente en la Sierra y la Amazonía, y representan un patrimonio cultural y lingüístico diverso. 

La lista de las 14 nacionalidades indígenas es la siguiente: Awa, Achuar, Andoa, Chachi, Cofán, Épera, Kichwa, Sápara, Secoya, Shiwiar, Shuar, Siona, Tsachila y Waorani. Cada una tiene su propia lengua y cultura, y están distribuidas en las distintas regiones del país, principalmente en la Amazonía y la Sierra.

Awa: Se encuentran en las provincias de Carchi, Esmeraldas e Imbabura. Achuar: Habitan en las provincias de Pastaza y Morona Santiago. Andoa: Se concentran en la provincia de Pastaza. Chachi: Residen en la provincia de Esmeraldas. Cofán: Viven principalmente en la provincia de Sucumbíos. Épera: Su territorio está en la provincia de Esmeraldas. Kichwa: Esta nacionalidad tiene una presencia extendida tanto en la Sierra (Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, etc.) como en la Amazonía (Sucumbíos, Napo, Pastaza). Sápara: Se encuentran en la provincia de Pastaza. Secoya: Habitan en la provincia de Sucumbíos. Shiwiar: Tienen asentamientos en la provincia de Pastaza. Shuar: Son una nacionalidad con presencia en varias provincias de la Amazonía y la Costa, incluyendo Morona Santiago, Pastaza, Napo y Esmeraldas, entre otras. Siona: Viven en la provincia de Sucumbíos. Tsachila: Se localizan en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. Waorani: Habitan en las provincias de Orellana, Pastaza y Napo.

Dentro del pueblo indígena, la nacionalidad Kichwa representa la mayoría relativa (85,87 % de quienes se auto identifican como indígenas) con alrededor de 800 mil personas.

A nivel de pueblos, Ecuador identifica 18 grupos específicos, algunos de los cuales son subgrupos de las nacionalidades más amplias. Entre ellos se encuentran:

Kichwa Caranqui (Imbabura), Kichwa Natabuela (Imbabura), Kichwa Otavalo (Imbabura), Kichwa Kayambi (Pichincha), Kichwa Panzaleo (Cotopaxi), Chachi (Esmeraldas), Tsáchila (Santo Domingo de los Tsáchilas), Kichwa Amazónicos (Napo, Pastaza, Orellana y Sucumbíos), Shuar (Morona Santiago y Zamora), Achuar (Pastaza y Morona Santiago), Shiwiar (Pastaza), Zápara (Pastaza), Andoa (Pastaza), Waorani (Orellana, Pastaza y Napo), Siona (Sucumbíos), Secoya (Sucumbíos), Cofán (Sucumbíos), Tagaeri–Taromenane, pueblos en aislamiento voluntario (Yasuní).

Esta diversidad étnica y territorial no solo refleja la riqueza cultural de Ecuador, sino que también subraya la importancia de reconocer los derechos colectivos y la autonomía de los distintos pueblos y nacionalidades dentro del marco de un Estado plurinacional e intercultural.

La relación entre etnicidad, educación y pobreza 

En Ecuador, la pobreza tiene un marcado rostro étnico. Según el INEC (2021), los pueblos indígenas son los más afectados: 78,6 % vive en pobreza multidimensional, 54,26 % en pobreza por ingresos y 31,87 % en pobreza extrema. Les siguen los pueblos montubios y afroecuatorianos, quienes también enfrentan desigualdades históricas derivadas de discriminación y exclusión social. Esta situación se refleja especialmente en la niñez, donde siete de cada diez niños indígenas viven en condiciones de pobreza, limitando su acceso a educación, salud y vivienda digna.

Estas desigualdades no son circunstanciales, sino resultado de procesos históricos como la colonización interna, la concentración de la tierra y políticas estatales monoculturales. A pesar de que la Constitución de 2008 reconoce a Ecuador como Estado plurinacional e intercultural, persisten jerarquías raciales que mantienen a estos pueblos en condiciones de marginalidad.

La educación, en lugar de superar la pobreza, muchas veces reproduce estas desigualdades. Las comunidades rurales e indígenas enfrentan múltiples barreras: infraestructura precaria, largos desplazamientos a las escuelas, discriminación cultural y lingüística, deserción temprana y limitadas oportunidades en educación superior. La Educación Intercultural Bilingüe (EIB), reconocida constitucionalmente, ha tenido implementación limitada por falta de presupuesto, docentes capacitados y políticas estables.

En síntesis, la relación entre etnicidad, educación y pobreza en Ecuador es estructural. Superarla requiere un modelo educativo que reconozca la diversidad cultural y lingüística, garantice condiciones materiales de aprendizaje y promueva la justicia social y la igualdad de oportunidades.

 

Economías de los pueblos y nacionalidades indígenas

Las economías indígenas en Ecuador se basan en principios comunitarios, de reciprocidad y respeto a la naturaleza, priorizando el bien vivir (sumak kawsay) por encima de la acumulación de capital. Sus actividades incluyen:

  • Agricultura comunitaria y cultivos tradicionales: Cultivos andinos como maíz, papa y quinua, y amazónicos como yuca y plátano, organizados mediante prácticas colectivas como minka y ayni.
  • Agroforestería y chacras biodiversas: Sistemas mixtos que combinan cultivos alimentarios, árboles frutales y plantas medicinales, preservando biodiversidad y soberanía alimentaria.
  • Recolección, pesca y cacería sostenible: Aprovechamiento responsable de frutos amazónicos, pesca artesanal y caza regulada.
  • Artesanías y producción cultural: Tejidos, cerámica y orfebrería que combinan economía y cosmovisión, reforzando identidad y resistencia cultural.
  • Turismo comunitario y emprendimientos agrocomunitarios: Proyectos locales que integran conservación, cultura y comercio justo, incluyendo cacao, café, quinua y aceites amazónicos.

A pesar de su potencial, estas economías enfrentan limitaciones estructurales: falta de acceso a crédito y mercados justos, infraestructura insuficiente, intermediación abusiva y presiones extractivistas. Según Acosta (2012), sin políticas públicas que fortalezcan estas iniciativas, Ecuador continuará reproduciendo un modelo extractivista que contradice la plurinacionalidad y la justicia social.

Los desafíos estatales para cerrar las brechas de desigualdad

Para combatir las brechas socioeconómicas y cumplir con el ideal de un Estado plurinacional e intercultural, el Estado ecuatoriano podría implementar las siguientes políticas:

  1. Políticas diferenciadas con enfoque intercultural: Diseñar programas públicos que reconozcan las particularidades de cada pueblo (idioma, costumbres, economía local).
  2. Educación intercultural bilingüe fortalecida: Garantizar acceso a educación de calidad en las lenguas propias, docentes formados interculturalmente y materiales didácticos pertinentes.
  3. Inversión en infraestructura básica: Salud, agua potable, transporte rural, electricidad en comunidades indígenas y afro.
  4. Acceso al crédito, capacitación y asistencia técnica: Proyectos productivos con soporte técnico, acceso a microcréditos con condiciones favorables y comercialización justa.
  5. Reconocimiento territorial y derechos colectivos: Entregar garantías legales efectivas para tierras ancestrales, recursos naturales, consulta previa, consentimientos informados.
  6. Programas sociales focalizados y con participación comunitaria: Transferencias condicionadas, subsidios, bonos, pero para la producción (no para el consumo) de los pueblos beneficiarios.
  7. Promoción del emprendimiento cultural y comercialización con identidad étnica: Incentivar cadenas de valor de productos indígenas, turismo cultural, productos locales con marca étnica.
  8. Fomento del liderazgo indígena en espacios de decisión: Garantizar la representación política y decisión propia en políticas que los afectan.
  9. Monitoreo con desagregación étnica: Generar estadísticas desglosadas para medir avances por pueblo y nacionalidad.
  10. Campañas de sensibilización y educación intercultural: Combatir estereotipos, racismo y fomentar el respeto mutuo desde temprana edad.

El valor de la unidad en la diversidad para construir un país justo e incluyente

Ecuador es un territorio profundamente diverso, no solo en su geografía y biodiversidad, sino sobre todo en su riqueza cultural y étnica. En su interior conviven pueblos y nacionalidades con historias, lenguas, tradiciones, cosmovisiones y expresiones propias. Esta pluralidad no es una debilidad, como en ciertos momentos de la historia se intentó hacer ver, sino una fortaleza que enriquece la identidad nacional y proyecta al país hacia un modelo más humano e inclusivo.

El reconocimiento constitucional de Ecuador como un Estado intercultural y plurinacional no fue un simple cambio de terminología, sino un compromiso ético, político y social con la construcción de una nación donde la diversidad sea visibilizada, respetada y celebrada. Sin embargo, este ideal aún enfrenta desafíos: el racismo estructural, la exclusión histórica de pueblos indígenas y afroecuatorianos, y las desigualdades sociales siguen limitando el ejercicio pleno de derechos.

Hoy más que nunca, el país necesita liderazgos inclusivos que fortalezcan la cohesión social sin anular las diferencias. La verdadera unidad no significa uniformidad, sino la capacidad de convivir en armonía reconociendo la dignidad de todas las identidades. En una sociedad diversa, el respeto a la forma de pensar, sentir y vivir del otro es fundamental para una convivencia pacífica. Lo que uno interpreta como “seis”, puede parecer “nueve” para otra persona; por eso el diálogo y la empatía son esenciales para construir acuerdos comunes.

La discriminación étnica o racial carece de sustento moral y humano. La historia, la filosofía y hasta la fe nos recuerdan el valor de la diversidad. Como ejemplo simbólico, uno de los tres Reyes Magos en la tradición cristiana era de raza negra, lo que reafirma que todas las culturas tienen el mismo valor ante Dios y ante la humanidad.

La interculturalidad no es una amenaza, sino un puente que fortalece la justicia social, la igualdad y la democracia. Las personas valen por lo que construyen con su mente y su corazón, no por el color de su piel, su apellido o el dinero que tienen en el bolsillo. Ecuador debe avanzar hacia un modelo social donde ser diferente no sea motivo de exclusión, sino una oportunidad para aprender, crecer y convivir.

En definitiva, la unidad en la diversidad no es solo un ideal constitucional: es una necesidad urgente para consolidar un Ecuador más justo, equitativo y solidario. Reconocer nuestra diversidad no nos divide; nos humaniza y nos fortalece como nación.

 

Conclusión

 

La interculturalidad y la plurinacionalidad en Ecuador representan una apuesta histórica por un país más justo, democrático y humano. La diversidad étnica no es solo un dato demográfico, sino un patrimonio cultural que se expresa en lenguas, saberes ancestrales y formas de organización comunitaria, pese a siglos de colonización y exclusión.

La desigualdad en Ecuador tiene un rostro étnico: muchos pueblos indígenas y afroecuatorianos viven en pobreza, con acceso limitado a educación, salud y oportunidades productivas, resultado de estructuras sociales y políticas históricas. Las economías indígenas basadas en la reciprocidad y el respeto a la naturaleza muestran que es posible un desarrollo sostenible y solidario, centrado en la vida y no en la acumulación de capital.

Cerrar estas brechas requiere un Estado que actúe con justicia histórica, garantice derechos territoriales, fortalezca la educación intercultural bilingüe, erradique el racismo institucional y promueva la participación efectiva de todos los pueblos. La unidad en la diversidad no significa uniformidad, sino convivir respetando las diferencias y construyendo un proyecto común basado en inclusión, equidad y justicia. La interculturalidad es un camino en construcción, que exige pasar del discurso a la acción para que la diversidad inspire y enriquezca a toda la nación.

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