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Nacionales

Pipo’, el cabecilla de Los Lobos que busca poder a punta de asesinatos de capos

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El expediente del caso Purga, en el que se investiga una estructura de corrupción en la justicia de Guayas, es una especie de bitácora del crimen organizado en Ecuador.

En su celular, Mayra Salazar, exasesora de la expresidenta de la Corte de Guayas, Fabiola Gallardo, almacenó millones de mensajes que mantuvo por más de una década a través de correo electrónico, aplicaciones de mensajería instantánea y redes sociales.

Salazar es procesada por el caso Metástasis, en el que se indaga otra estructura de corrupción en la justicia, que era comandada por el narcotraficante Leandro Norero, de quien habría sido su pareja sentimental.

Su relación con el mundo criminal le permitió a Salazar -según los chats revelados por la Fiscalía- tener un amplio conocimiento de las relaciones que se tejían entre bandas y entre criminales.

Así, por ejemplo, la mujer contaba a sus contactos quién mató a quién. Quiénes eran amigos o enemigos, o qué banda tenía dominio en determinados territorios.

Parte de esos relatos eran sobre alias ‘Pipo’, cabecilla del grupo narcoterrorista Los Lobos, a quien Salazar habría conocido en 2017 y a quién se refería como el principal capo del país.

‘Pipo’ y Los Lobos

Se llama Wilmer Chavarría Barré y es conocido con los alias de ‘Pipo’ o ‘Tuerto’. Es el máximo cabecilla de Los Lobos, banda criminal que -tras la muerte de ‘Rasquiña’- intenta hacerse del control del mundo criminal ecuatoriano a punta de violencia.

Su ascenso en el mundo delictivo fue rápido. ‘Pipo’ estuvo preso entre 2011 y 2018, en las cárceles de Cuenca y Guayaquil, por asesinato y secuestro.

En esas prisiones ganó notoriedad y poder. Empezó a manejar un grupo de sicarios que ya se hacía llamar Los Lobos y que, en ese tiempo, era un brazo armado de Los Choneros.

Tal fue la confianza que ‘Pipo’ se ganó al interior de Los Choneros, que algunos de sus hombres eran parte del equipo de seguridad personal de Jorge Luis Zambrano, alias ‘Rasquiña’, el principal líder de esa banda, considerada una de las más grandes del país.

A finales de octubre de 2018, de manera sospechosa, un juez le concedió a ‘Pipo’ el beneficio de la prelibertad. Tras recibir ese fallo, la justicia determinó que Chavarría debía presentarse en la Cárcel de Santo Domingo, los sábados y domingos.

En esa provincia fortaleció su organización. Lo hizo a través de una alianza con el clan Franco, un grupo delictivo que operaba en Santo Domingo y que luego pasó a formar parte de la estructura de Los Lobos.

Con Los Choneros a la cabeza y varias bandas más pequeñas alrededor, esa estructura dominaba el narcotráfico y otras economías ilegales en Ecuador.

Pero, todo cambió en diciembre de 2020. ‘Rasquiña’ fue asesinado en Manta, meses después de salir de prisión y el espacio que él dejó en Los Choneros intentó ser captado por varios cabecillas las bandas más pequeñas, como Los Lobos.

La guerra y la muerte falsa

Tras la muerte de ‘Rasquiña’, el control de Los Choneros y sus bandas aliadas -por orden de sucesión- debían asumirlo Adolfo Macías, alias ‘Fito’ y Junio Roldán, alias ‘JR’.

Pero ‘Pipo’ y otros líderes de los brazos armados como ‘Negro Willy’ (Tiguerones) y ‘Ben 10’ (Chone Killers) se opusieron. En el caso de ‘Pipo, aparentemente, porque tenía una riña de varios años con ‘JR’.

Otro de los alias de Chavarría era ‘Tuerto’, porque tenía una herida en su ojo izquierdo. Según cuenta Salazar en uno de sus chats liberados por la Fiscalía, esa herida le causó ‘JR’ en una pelea que tuvieron años atrás en la cárcel.

Por esta razón, Lobos, Tiguerones y Chone Killers se aliaron en una organización denominada Cartel Nueva Generación, que tenía como objetivo acabar con ‘Fito’ y ‘JR’. Su financista era Leandro Norero, alias ‘El Patrón’.

La primera muestra de esa guerra ocurrió en febrero de 2021. En cuatro cárceles del país fueron asesinadosa 79 presos. Esa fue la primera de 15 masacres carcelarias que dejaron más de 500 reos muertos.

Por esos mismos días, los familiares de ‘Pipo’ registraron su fallecimiento por un supuesto infarto, a causa de Covid-19, según un certificado de defunción firmado por una doctora de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Su esposa inscribió su defunción en Guayaquil, en la parroquia Rocafuerte.

La Policía tuvo dudas de que esa muerte fuera real y varios informes de inteligencia señalaban que ‘Pipo’ está vivo y operando desde fuera del país. Y así lo confirman también los chats de Mayra Salazar, revelados por la Fiscalía.

Según la comunicadora, Norero ayudó a ‘Pipo’ a que fingiera su muerte implantando sus huellas en el cuerpo de un muerto, ayudándolo para que modificara su rostro y que se fuera a Europa con los documentos del fallecido.

‘Pipo’ fue matando a los cabecillas

Desde Europa, según los relatos de Mayra Salazar, ‘Pipo’ trató de hacerse del control total del mundo criminal. Así que fue ordenando los asesinatos de sus principales rivales.

En octubre de 2022, por ejemplo, habría sido él quien ordenó el asesinato de Leandro Norero, al interior de la cárcel de Cotopaxi.

Además, Salazar le cuenta a un contacto identificado como Fg 73 que otra de las víctimas de ‘Pipo’ fue Júnior Roldán, alias ‘JR’. En mayo de 2023, al cabecilla de Los Águilas -otra banda aliada a Los Choneros- lo asesinaron en Colombia.

Roldán huyó del país luego de que lo intentaron matar en El Triunfo, donde residía tras ser liberado de prisión con otra decisión polémica de la justicia.

En Colombia, ‘JR’ se habría radicado en la Finca Serranía de la Cruz, ubicada en la Vereda Loma de El Plan, en el departamento de Antioquia.

Según las hipótesis que manejaba la Policía, en medio de una fiesta y bajo efectos del alcohol, ‘JR’ habría sido asesinado por su cuñado, en represalia por el maltrato a su hermana, la esposa de Roldán.

Sin embargo, Salazar le cuenta a Fg 73 que parte de esa historia es falsa. Si bien fue el cuñado quien mató a Roldán, lo hizo luego de haberse aliado con ‘Pipo’.

Otro de los nombres que Mayra Salazar suma a la lista de víctimas de ‘Pipo’ es el de Samir Maestre, cabecilla de Mafia-18. Maestre era socio de Norero y, tras su asesinato, se quedó con sus rutas de narcotráfico.

Pero un año después también asesinaron a Maestre, mientras dormía en una lujosa urbanización del norte de Guayaquil. Según Salazar, detrás de ese crimen también estuvo ‘Pipo’.

En otro chat, con un personaje identificado como Stefy Hija 2021, Salazar lamentaba el asesinato de Samir Maestre. «Cada día nos quedamos sin amigos».

Además, en una conversación con un contacto identificado como Ronald S., Salazar y este sujeto especulaban que el mando de esa facción criminal quedaría con ‘Orlando’ o ‘Chily Willy’.

Crímenes de alto perfil

Los Lobos y ‘Pipo’ no solo han apuntado a sus rivales para ganar poder. En los últimos meses, las autoridades rastrean la autoría de esta banda en varios delitos de alto perfil.

El 3 de octubre de 2024, la fiscal Diana Salazar, durante una audiencia del caso Metástasis, reveló que había un plan en marcha para matarla y dijo que habían contratado al mismo grupo que asesinó a Fernando Villavicencio y señaló a Los Lobos.

Villavicencio fue asesinado el 9 de agosto de 2023, en Quito, en medio de la campaña electoral con la que buscaba ser Presidente de la República. En el proceso, la Fiscalía ha evidenciado que los sicarios pertenecen a esta banda.

Además, en el expediente de Metástasis, mensajes de Norero evidencian que el mismo grupo estuvo detrás de otros delitos. Por ejemplo, habrían tenido que ver con el asesinato de Harrison Salcedo, exabogado de Jorge Glas y de ‘Rasquiña’. Fuente: Primicias.

Nacionales

Gobierno replanteará y enviará nuevas preguntas para la Consulta Popular

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En el marco de la Consulta Popular impulsada por el Gobierno, Carondelet confirmó que enviará nuevas preguntas y replanteará algunas de las ya remitidas a la Corte Constitucional.

El anuncio lo hizo este lunes 8 de septiembre de 2025 la vocera de la Presidencia, Carolina Jaramillo, durante una rueda de prensa. Según explicó, la decisión busca fortalecer la propuesta y garantizar que el proceso avance dentro de los parámetros legales establecidos.

Ante la negación de la Corte Constitucional a varias preguntas enviadas, Jaramillo dio a conocer el sentir de Carondelet: “Tenemos una Corte desconectada de las necesidades y preocupación de la gente”, señaló la vocera.

Además dijo que trabajan en planteamientos para que la Corte Constitucional acepte las preguntas.

Otros anuncios 

Inversión en vialidad

El Gobierno lanzó la licitación para la construcción de un cuarto eje vial. Este contempla el tramo Bellavista-Zumba-La Balsa. Esta arteria permitirá unir a Ecuador con Perú.

El Ministerio de Infraestructura y Transporte realizará la construcción de esta arteria vial con un préstamo de USD 150 millones gestinados por un préstamo desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La inversión contempla el diseño y la construcción de 54.7 kilómetros de vía y beneficiará a 10.8000 cantón Zamora y 114.000 ciudadanos de Zamora Chinchipe.

La licitación está abierta en la página del Ministerio de Infraestructura y Transporte.

Créditos BanEcuador 

El segundo anunció hace relación a la entrega de USD 166.3 millones para créditos PYME destinado a pequeñas y medianas empresas

Este beneficio es entregado a través de BanEcuador para que estos negocios tengan oportunidades de crecimiento, generación de empleo y de esa forma puedan ayudar a dinamizar la economía.

En lo que va del 2025, se han entregado USD 76.3 millones en créditos.

Reporte de denuncias al IESS

El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) habilitó dos canales para receptar denuncias. Allí, los usuarios podrán presentar sus quejas y contarán con atención automatizada.

Estos canales funcionarán 24 horas del día y son:

El lanzamiento se hará oficial este lunes 8 de septiembre.

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Deportes

¿Y si Ecuador pierde con Argentina, qué pasará con Beccacece y la Tricolor?

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El desconcierto es palpable. El entrenador de la Selección de Ecuador, Sebastián Beccacece, no puede creer el mal ambiente que existe pese a la clasificación al Mundial. No le cabe en la cabeza que los hitos concretos que ha logrado en el camino hacia el Mundial del 2026 sean menos importantes que asuntos subjetivos y absolutamente intrascendentes, como el nombre del cuarto arquero. ¡El cuarto, por San Carlo Acutis que ya está en los altares!

Incluso, ha tenido que responder en la rueda de prensa del domingo a una pregunta sobre el comentario de un exseleccionado de segundo orden como Jefferson Montero, quien, porque se le ocurre y sin tener la menor autoridad, pidió a José Mourinho para la Tricolor en el Mundial.

Lo peor: los medios, que tienen la responsabilidad de curar las noticias y separar la paja del trigo, le han dado espacio a este vergonzoso despropósito, que debió morir en un tuit y ya. Todo por los likes, los clics y, en algunos casos, por seguir el juego a los desestabilizadores que andan calentando motores para llegar a la Ecuafútbol.

Ante ese panorama, me pregunto qué puede pasar si Argentina derrota a Ecuador el martes en Guayaquil. Como el campeón mundial llegará sin Messi y otras figuras, una caída en el Monumental de Barcelona será demoledor para la imagen del entrenador Beccacece. Le sacarán en cara los cinco partidos consecutivos sin ganar y las críticas serán despiadadas.

¿Por qué Ecuador juega tan feo? ¿O acaso Beccacece es un artista incomprendido, el Bad Bunny del fútbol?
Y, otra vez, circularán los clichés, «a Beccacece no le importa lo que piense la gente», «estamos en el Mundial por la defensa que juega sola», «hasta yo con semejantes cracks paro mejor un equipo» y rasgaduras de vestudiras de ese calibre, pese a que, en términos estrictamente prácticos, se trata de un amistoso de preparación, porque el boleto al Mundial ya está conseguido.

Lo peor, sin embargo, sería que el público que asista al partido se la tomara contra el cuerpo técnico y los jugadores. Ojalá que no aparezca un mamacallos que lleve letreros (Rescalvo se los merece, BKCC no). Ojalá que, si existe una derrota, de todos modos se aliente a los futbolistas y se guarde el decoro.

Y ojalá que, luego del partido, se imponga la sensatez. Que se hagan los balances que deban hacerse y que Ecuador entre de lleno en la fiesta mundialista, que es lo importante. Hay tours que contratar. Hay visas que sacar (y agentes de la Migra que esquivar). Aunque ya veo a algunos incorregibles haciendo encuestas en sus coloridos podcast: ¿A quién prefieres en la Tri, a Mourinho o a Almada? San Carlo Acutis, llévatelos contigo ipso facto. Fuente: Primicias

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Nacionales

El Presupuesto 2025 de Ecuador muestra un Estado con el 80% del gasto atado y sin margen de acción

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La Proforma del Presupuesto General del Estado (PGE) para 2025 revela una verdad incómoda en Ecuador: el Estado tiene cada vez menos margen para decidir en qué gasta su dinero. Más del 80% del gasto ya está comprometido. Son recursos que, por mandato legal, constitucional o por el peso de la deuda, no se pueden reducir, mover ni redirigir.

En la práctica, esto significa que de cada 10 dólares que el gobierno planea gastar en 2025, solo dos se pueden considerar realmente “disponibles” para nuevas prioridades, ajustes o inversiones. El resto está atado a salarios, transferencias, intereses o leyes que determinan su destino.

Este fenómeno conocido como rigidez del gasto no es nuevo, pero se ha vuelto más agudo. Y mientras el país sigue enfrentando altos niveles de endeudamiento y demandas sociales insatisfechas, el margen de maniobra se reduce aún más.

¿Qué es la rigidez del gasto y por qué importa?
Uno de los principales problemas que enfrentan las finanzas públicas de Ecuador es la rigidez del gasto fiscal, entendida como la dificultad para reducir o reasignar ciertos componentes del presupuesto. Esta rigidez no es reciente, pero se ha acentuado en los últimos años como resultado de decisiones políticas, compromisos legales y dinámicas macroeconómicas que limitan la capacidad de maniobra del Estado.

Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), para 2025 se estima que el 77% del gasto del Presupuesto General del Estado (PGE) será de carácter permanente, lo que representa alrededor de USD 20.858 millones.

Una parte sustancial del gasto permanente, equivalente al 34,9% del gasto total corresponde al pago de sueldos y salarios, un rubro con alta rigidez a la baja. Esta obligación financia la remuneración de más de 490.000 servidores públicos, concentrados en sectores como educación, salud, seguridad, justicia y defensa.

Otro componente relevante es el servicio de la deuda, que incluye el pago de intereses y amortizaciones. Los intereses, por sí solos, representan el 13,9% del gasto total previsto para 2025, equivalentes a más de USD 3.753 millones. Esta carga ha crecido desde 2014 debido al encarecimiento del financiamiento —en parte por el aumento de tasas internacionales— y al uso intensivo del endeudamiento como fuente de cobertura fiscal.

A ello se suman las transferencias obligatorias, que han ganado peso en la última década. Entre 2014 y 2018, representaban en promedio el 8,9% del gasto total; sin embargo, para el período 2019–2024, este promedio subió al 20,2%, y se estima que en 2025 alcance el 20,9%, es decir, más de USD 5.987 millones.

Estas transferencias incluyen aportes a la seguridad social, bonos sociales, subsidios, transferencias a gobiernos locales y otros compromisos que no pueden reducirse sin una reforma legal o constitucional. En paralelo, el rubro de bienes y servicios —necesario para el funcionamiento básico del Estado— promedió el 8,3% del gasto total en la última década.

Si se suman los componentes rígidos del gasto permanente y no permanente, se concluye que aproximadamente el 83,4% del gasto total del PGE en 2025 está atado a compromisos que no pueden ser fácilmente modificados. Este porcentaje equivale al 133% de los ingresos totales previstos, lo que implica que incluso si se ejecutara el presupuesto tal como está planificado, el Estado no tendría ingresos suficientes para cubrir sus obligaciones fijas.

El resultado global estimado para 2025 es un déficit de USD 5.443 millones, equivalente al -4,4% del PIB, lo que implica que el Estado no solo no logra cubrir sus gastos corrientes y de capital con los ingresos previstos, sino que debe además financiar amortizaciones por montos significativos.

Ante este panorama, el Gobierno se ve forzado a acudir a fuentes de endeudamiento interno y externo, no solo para cubrir el déficit operativo, sino también para pagar obligaciones contractuales previas. Esto refuerza la rigidez del presupuesto a futuro y amplifica la dependencia estructural del financiamiento.

El presupuesto público opera cada vez más en piloto automático. La combinación de leyes rígidas, decisiones políticas difíciles de revertir y una estructura de deuda exigente deja al Gobierno con muy poco margen de acción. Cualquier intento de planificación fiscal o reasignación estratégica parte de una base extremadamente limitada, lo que debilita la capacidad del Estado para adaptarse a nuevas prioridades económicas y sociales.

No solo es el gasto, los ingresos también están inflados
Una de las debilidades de la Proforma 2025 es la posible sobreestimación de los ingresos fiscales. Aunque el Gobierno proyecta una recaudación total de USD 27.440 millones, este monto representa un incremento de más de USD 5.000 millones frente a lo presupuestado en 2024.

Buena parte de este salto en los ingresos no proviene de mejoras estructurales en la recaudación, sino de supuestos extraordinarios. La Proforma incluye, por ejemplo, USD 3.986 millones por anticipos relacionados con licitaciones y adjudicaciones de bloques petroleros, además de USD 750 millones por la concesión del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) y USD 460 millones por la concesión del espectro radioeléctrico.

Estos ingresos extraordinarios requieren marcos jurídicos claros, licitaciones públicas, acuerdos contractuales y plazos de ejecución que, en el mejor de los casos, tomarían varios meses.

Dado que ya estamos en septiembre, resulta altamente improbable que todas estas operaciones se concreten —y generen flujos efectivos— antes del cierre del año fiscal. La falta de cronogramas oficiales, documentos contractuales y mecanismos establecidos para la recepción de anticipos refuerzan esa conclusión. Sin esos recursos, el presupuesto pierde sustento real y el déficit podría ser mucho mayor al proyectado oficialmente.

Si bien el incremento del IVA al 15% ha mejorado la recaudación tributaria en los primeros meses del año, los ingresos por impuestos previstos para 2025 apenas crecen respecto a 2024 (de USD 16.501 millones a USD 16.538 millones), lo cual confirma que el espacio de crecimiento por esta vía es limitado.

La confianza de ingresos extraordinarios de difícil concreción genera un efecto contable que sobredimensiona el espacio fiscal y subestima el déficit real. De no concretarse los montos proyectados, el Estado se verá forzado a recortar aún más la inversión pública, acumular atrasos o contratar nueva deuda.

¿Cómo vamos hasta agosto y cómo cerrará el año fiscal?
La trayectoria fiscal del Ecuador en la última década revela un patrón de desequilibrio fiscal. Entre 2015 y 2025, el PGE ha cerrado sus cuentas con déficit en diez de los once años, reflejando una brecha entre ingresos y gastos. Solo en 2022 se registró un superávit fiscal (USD 882 millones). En el resto de los años, el resultado ha sido negativo, con déficits que han llegado hasta USD 4.967 millones en 2020, durante la crisis sanitaria.

Hasta agosto de este año, los ingresos acumulados ascienden a USD 15.852 millones, apenas, mientras que los gastos suman USD 17.290 millones, generando un déficit de USD 1.439 millones. Además, el ritmo de ejecución real del presupuesto está por debajo de lo esperado.

A nivel agregado, solo el 60,5% del presupuesto ha sido devengado y el 55,8% ha sido pagado efectivamente. Este rezago es particularmente marcado en los rubros de inversión, que suelen ser las primeras partidas sacrificadas cuando el financiamiento escasea.

Por ejemplo, la obra pública presenta una ejecución de apenas 16,6%, mientras que la inversión en bienes de larga duración no supera el 6,9%. Las transferencias de capital —que incluyen recursos a gobiernos locales y sectores estratégicos— se sitúan en 43,8%, lejos de niveles que permitan dinamizar la economía o sostener programas de desarrollo.

Además, los atrasos presupuestarios acumulados ya superan los USD 1.335 millones, afectando directamente a proveedores, contratistas y gobiernos autónomos descentralizados. Este desfase no solo afecta a la prestación de servicios públicos, sino que transmite tensiones al resto del sistema económico.

Con casi tres cuartas partes del año fiscal ya transcurridas, resulta poco probable que se materialicen los ingresos extraordinarios contemplados en la Proforma —como concesiones o ventas de activos— en los montos y tiempos estimados. Las cifras disponibles contradicen la idea de una recuperación fiscal sostenida: el déficit persiste, la inversión se estanca y los pagos se atrasan.

Todo indica que el año cerrará con un nuevo resultado negativo. No se trata solo de un problema de liquidez: el desequilibrio es estructural. El presupuesto opera con márgenes mínimos de maniobra, el gasto está atado por normativas inflexibles, y la política fiscal sigue anclada en supuestos optimistas que rara vez se cumplen. La sostenibilidad, más que una meta alcanzable, sigue siendo una promesa aplazada. Fuente: Primicias

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