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‘Nos trataron como a ganado’: lucha de 106 ecuatorianos contra esclavitud moderna

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Trabajadores y Fiscalía demandan a Furukawa por trata con fines de explotación laboral y trabajo forzoso. La jueza decide este jueves si lleva a juicio a cinco gerentes y a la propia firma

Doña Luz* tiene 44 años y nunca fue una niña. Si piensa en su infancia no se le vienen a la cabeza ni juguetes ni patios de colegio, porque no fue a ninguno. Con apenas siete años llegó de la mano de sus abuelos a una de las haciendas de Furukawa Plantaciones C.A., una de las mayores multinacionales de cultivo de abacá del mundo, con sede en Santo Domingo y Esmeraldas, cerca de la costa pacífica ecuatoriana.

Desde que entró, su rutina fue la misma que la de su abuelo: llevar y traer en burro kilos y kilos de esa variedad de plátano con la que se fabrica papel moneda hasta la noche. Un día tras otro. En los 23 años que trabajó para la firma no consiguió ahorrar “ni un peso” ni tuvo derecho de ir a ninguna cita médica en ninguno de sus siete embarazos: “No podíamos parar de trabajar, dependíamos de eso. Como crecí viendo eso, pensaba que era lo normal; que el trabajo era eso. Ahora ya no tengo miedo de decir que nos trataron como al ganado, como esclavos”.

Luz es una de los 106 trabajadores y extrabajadores que se atrevieron a enfrentarse en tribunales a la empresa japonesa, uno de los motores económicos del país. Esta es la primera vez en Ecuador en la que se inicia un proceso penal contra una compañía por trata de personas con fines de explotación laboral, también conocido en el derecho internacional como “servidumbre de la gleba”, una condición en la que una persona está obligada por ley, costumbre o acuerdo a vivir y a trabajar sobre una tierra que pertenece a otra persona y a prestar servicios, mediante remuneración o gratuitamente, sin libertad para cambiar su condición.

La jueza a cargo, Susana Sotomayor, decidirá este jueves si llama a juicio a cinco dirigentes y exdirigentes y a la propia firma, en un litigio histórico. Tanto Alejandro Morales, a cargo de la acusación particular, como María Susana Rodríguez, fiscal especializada en Delincuencia Organizada Transnacional e Internacional, ven “un caso demasiado sólido” como para que se declare el sobreseimiento. “Este será el precedente para empezar a revisar muchas otras empresas como Furukawa, con métodos aún coloniales”, desea Morales.

La acusación señala como autores de los delitos a Marcelo Almeida, vinculado a Furukawa por dos décadas, Iván Segarra, antiguo administrador de campo, Adrián Herrera, gerente desde 2019, Hugo Chalen, quien mantiene funciones comerciales desde 2001, Paúl Bolaños, jefe administrativo de 2005 a 2006 y jefe de recursos humanos desde 2018 hasta la actualidad y la propia persona jurídica, Furukawa Plantaciones C.A., con un patrimonio de 18 millones de dólares.

Familias pobres. Ningún estudio. Toda una vida dedicada al abacá. Y una empresa que, según lo que narran los demandantes, cerraba la puerta carrozable con candado de lunes a lunes, siendo los dueños (ni siquiera los supuestos arrendatarios) quienes tenían una llave. “¿De qué voy a comer yo si no sé hacer otra cosa?”, se cuestiona una y otra vez don Jacinto*, quien aún trabaja en las plantaciones.

Don Jacinto, de 48 años, empezó a trabajar el abacá con siete años y nunca aprendió a leer ni escribir. “Ahora es que estoy aprendiendo a poner las letritas de mi nombre”, dice en videollamada con América Futura. Aún sufre las secuelas de una picadura de serpiente que sufrió en agosto de 2020. Le mordió mientras orinaba en uno de los espacios destinados a ello a la intemperie y sin ningún tipo de agua potable o saneamiento adecuado. “Aún cuando la herida botaba pus y olía feo, el ingeniero a cargo me dijo que uno solo se cura cuando trabaja”.

Esclavitud moderna

La lupa se puso por primera vez en la compañía japonesa en 2018, con un informe de la Defensoría del Pueblo, publicado el primer semestre del año siguiente, que relataba una situación de “esclavitud moderna” durante casi seis décadas. El organismo detalló condiciones “infrahumanas” de vivienda, trabajo infantil y adolescente y ausencia absoluta de derechos laborales de un censo propio de 1.244 personas. Es por ello que instó a diez carteras del Estado a que pusieran fin a los abusos.

“Se demostró que vivían en condiciones terribles”, explica el defensor del pueblo actual, César Marcel Córdova Valverde. “Cobraban mucho menos de lo estipulado por la ley, si tenían accidentes laborales, nadie se hacía cargo, muchos no tenían ni siquiera cédula y solo podían salir de la hacienda los domingos si es que tenían oportunidades económicas para hacerlo. Porque para eso también les cobraban”.

Meses después del informe, los ministerios de Trabajo, Agricultura, Salud, Educación, Inclusión Social, la Secretaría de la Política y Fiscalía, la Superintendencia de Compañías y los Servicios de Rentas Internas y Registro Civil constataron las mismas violaciones a los derechos humanos que denunció Defensoría. Algunos de los organismos iniciaron procesos independientes. La cartera de Trabajo cerró durante unos meses la empresa por haber sido testigos de trabajo infantil. Y la Fiscalía inició una investigación de más de tres años que culminó en la segunda quincena de enero de este año y que espera la respuesta de Sotomayor para continuar el litigio.

María Susana Rodríguez, fiscal especializada en delincuencia organizada transnacional e internacional denuncia que la firma ha “trastocado derechos humanos en relación a la dignidad humana, la salud y la vida”. “Hicimos un trabajo de hormiga, considerando que son un centenar de víctimas y que es una empresa con bastante poder en el país. Hemos intentado buscar la verdad y, a mi criterio, con todos los elementos que se fueron tejiendo, existe un caso sólido de trata de personas que va a marcar un precedente en el país y en la región”, afirma.

Si bien cada testimonio es distinto, hay factores comunes entre todos los demandantes. La gran mayoría de trabajadores son afrodescendientes, vienen de contextos pobres y tienen bajos o ningún nivel educativo. “La extrema vulnerabilidad y el analfabetismo de la mayoría es sobre lo que basa Furukawa su negocio”, critica Patricia Carrión, abogada de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos.

Diametralmente opuesta es la opinión de Pedro Jerves, antiguo abogado de Furukawa y actual defensa de Adrián Herrera, gerente general de la firma. Esta práctica “pasa en muchas otras empresas que operan en la ruralidad”, asegura. “Hay derechos y garantías que son estatales, pero le puedo asegurar que hoy en día todas las haciendas cuentan con tanques de agua potable y con luz. Es más, algunos tienen hasta DirectTv. Hemos hecho trabajos sociales que demuestran que efectivamente la gente vive bien”, sostiene.

La defensa de Jerves pasa por negarlo todo: el testimonio de los más de 106 demandantes, la credibilidad de la Fiscalía, el informe de la Defensoría del Pueblo y la rigurosidad del Ministerio de Trabajo. “Todo este caso se ha ido creando en base a ciertos intereses de ONG y por la presión mediática, que a veces es un poder del bien y otras del mal”, narra por videollamada. “Lo único que dice la acusación particular es que eso era como la novela del Huasipungo y poco más. La acusación es paupérrima”, afirma haciendo alusión a esa obra literaria ecuatoriana que retrata el sufrimiento de los indígenas.

Y, sin embargo, la decena de testimonios entrevistados por América Futura relatan condiciones que no necesitarían de la pluma de Jorge Icaza. Para don Esteban* lo que vivió durante 17 años en Furukawa ni siquiera se asoma a la hacienda Cuchitambo sobre la que el autor ecuatoriano narró un sinfín de abusos de los latifundistas a los indígenas. “Una vez me corté con la máquina y no me dieron (dinero) ni para una pastilla. Tuve que pagar yo como pude al médico, que me puso 18 puntos. Como no cobraba si no trabajaba, me puse un plástico para que no se me embarrara la pierna en lodo y seguí”, cuenta. Este hombre de 53 años, que perdió la pierna tras un accidente laboral con la misma máquina, no ha recibido ni un solo día de baja laboral.

“Hacer legal lo ilegal”

Para la fiscal, el mecanismo “de sometimiento” consistía en una simulación de arriendo de tierras “para evitar precisamente la relación laboral con los trabajadores”. Este método empezó en 2011 —tres años después de que se ilegalizara en el país la terciarización— y se mantuvo al menos hasta 2018. “Para que los campesinos pudieran trabajar en las plantaciones, pagaban a la empresa por el arriendo de la tierra, solo podían cultivar abacá y solo podían venderle a Furukawa. Trataron de buscar una figura legal para hacer legal lo ilegal”, sostiene. Aunque Rodríguez insiste en que “hubo sometimiento”, Jerves, abogado defensor, asegura que “todos los contratos se hicieron bajo notario público”. “Pero para no entrar en esta disquisición de que si fueron, no fueron, esta gente sabía lo que firmaba o no firmaba. ¿Qué sometimiento hay? A la gente en la costa, para ser bastante honesto, no se les puede controlar. Esta gente trabaja cuando quiere”, afirma.

Preguntado por la responsabilidad social de la compañía, es tajante: “Cualquier empresa puede invertir más y siempre será bueno invertir más, pero al momento, no se tienen los recursos. Pero eso no quiere decir que hay una responsabilidad social vinculada a lo penal”.

Abrir camino

Chapear, zunquear, tumbar, tusiar, burriar y maquinear. Todas las fases del proceso desde la tala de la planta hasta el secado y el empaquetado del abacá llevan horas de trabajo de hombres y mujeres que, de haber podido elegir, jamás hubieran trabajado para Furukawa. “No es tan fácil ir haciendo la huella como transitar ya por una trocha hecha”, explica la fiscal. “Y este es el caso que nos ha tocado. Abrir camino”. Alejandro Morales, letrado de los 106 empleados, espera que la jueza Sotomayor siente en el banquillo a los cinco directivos y exdirectivos. “Es un llamado a la comunidad regional de que estas prácticas coloniales todavía existen. Esto tiene que sentar un precedente. Se lo deben a las víctimas y al país”. Reportaje de El País de España

*Ninguno de los nombres de los testimonios son reales porque el proceso legal sigue aún en curso.

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¿Cuánto costará el cacao, el oro y el petróleo en 2025? Esto proyecta el Banco Mundial para estos productos clave de Ecuador

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El Banco Mundial prevé una caída en el precio del petróleo en 2025 y 2026, del cual dependen la economía y el presupuesto estatal de Ecuador, pero el país se beneficiaría con un alza de los precios del cacao y el oro, en medio de un escenario volátil por las tensiones comerciales globales.

Según su informe Perspectivas del Mercado de Materias Primas (descargue aquí el documento), publicado este 29 de abril de 2025, el  Banco Mundial prevé que los precios de la energía caigan un 17% en 2025 y en un 6% en 2026.

De hecho, el multilateral calcula que el precio del petróleo tipo Brent (de referencia para Europa) promedie los USD 64 por barril en 2025.

Esto es una caída de USD 17 respecto al último año. Para 2026, el multilateral prevé que el precio esté en USD 60 por barril en 2026.

Lea: La incertidumbre ronda precios del cacao y el chocolate ¿Qué esperar en 2025?
Golpe al presupuesto de Ecuador
Y es que las tensiones comerciales por la política de aranceles de Donald Trump amenazan con disminuir el crecimiento global.

Esto tendrá un golpe en Ecuador, cuya economía y presupuesto general del Estado dependen de los ingresos petroleros. En 2024, el sector generó ingresos por USD 15.000 millones, que representaron un 12% de la actividad económica del país.

Lea: ¿Cuánto pesa el petróleo en la economía de Ecuador?
Para financiar su presupuesto estatal, Ecuador necesita un precio de USD 63,7 por barril, pero actualmente se vende en USD 56,49 por barril considerando que recibe un castigo o descuento por ser de menor calidad frente a su crudo referente, el WTI.

Aunque si se promedian los precios de los tres primeros meses, el crudo ecuatoriano se ha vendido a un promedio de USD 64,6 por barril, todavía por encima de la proyección de presupuesto del Estado.

Para el banco de inversión británico Barclays, si los precios del petróleo siguen en el rango de los USD 60 por barril o menos, hay riesgo de que los ingresos petroleros de Ecuador se reduzcan en, al menos, unos USD 1.000 millones en 2025.

El precio del cacao crecerá 9% en 2025
En contrataste, las materias primas agrícolas tendrán un buen desempeño, proyecta el Banco Mundial, y el cacao será uno de los ganadores, con un aumento sostenido en su precio.

El precio proyectado por el Banco Mundial es de USD 8.000 por tonelada en promedio durante 2025 frente a USD 7.330 la tonelada en 2024, esto es, un aumento del 9,1% anual.

Ayer, 28 de marzo de 2025, la tonelada del cacao se cotizó en casi USD 9.000 por tonelada.

Ecuador, el principal productor de América Latina, está aprovechando un entorno en el que los países africanos como Ghana y Costa de Marfil han visto disminuir su oferta por eventos climáticos severos y enfermedades en los cultivos.

El buen momento de precios permitió al cacao ecuatoriano trepar en el ranking de productos no petroleros de mayor exportación de Ecuador, pasó del quinto lugar en 2022 al tercer lugar en 2024.

Y entre enero y febrero de 2025, el cacao ya se convirtió en el segundo producto de mayor exportación, desplazando al banano que ahora está en tercer lugar.

¿Y el oro y el cobre?
En cambio, el Banco Mundial prevé que los precios de los metales y minerales bajen en un 10% anuales en 2025, pese al alza de precios de algunas materias primas como el oro.

De hecho, después de alcanzar un récord en 2024, el oro está listo para subir de nuevo este año antes de estabilizarse en 2026.

Se espera que los precios del oro se mantengan durante los años 2025 y 2026 un 150% por encima de su promedio alcanzado entre  2015- 2019. Todo esto, sostenido por una fuerte demanda del activo visto por los inversionistas como refugio seguro, en medio de la incertidumbre provocada por las políticas comerciales del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En cambio, los precios del cobre tendrán una caída del 10% en 2025, según proyecciones del Banco Mundial. En caso de una recesión más marcada, la caída será del 19%.

Las exportaciones de metales (principalmente, oro y cobre) sumaron USD 3.075 millones en 2024, que se explica sobre todo por los envíos al exterior de la producción de las dos minas a gran escala que tiene el país en explotación:

Fruta del Norte, a cargo de Aurelian, subsidiaria de la canadiense Lundin Gold. La mina de oro está ubicada en Zamora Chinchipe.
Mirador, a cargo Ecuacorriente, empresa de capitales chinos. La mina es de cobre y también está en Zamora Chinchipe.

Un escenario volátil
A pesar de las diferencias entre grupos de productos, el Banco Mundial advierte que en el período  pospandemia de Covid-19  las materias primas experimentaron una volatilidad récord, y los ciclos mostraron diferencias significativas en comparación con los anteriores, presentando períodos de auge cada vez más intensos.

En 2023-y 2024, los precios de los productos básicos han disminuido algo, pero siguen superando los niveles previos a la pandemia.

Según el multilateral, este cambio parece estar impulsado por una confluencia de eventos adversos, incluida la pandemia mundial, recesión, desastres naturales y conflictos geopolíticos, y tendencias a largo plazo como la transición energética y creciente fragmentación geoeconómica.

Más recientemente, en medio de una mayor incertidumbre global, políticas comerciales cambiantes y un crecimiento moderado, las perspectivas de los precios de las materias primas han experimentado renovadas fluctuaciones.

Finalmente, el Banco Mundial proyecta que la volatilidad en los mercados de materias primas seguirá siendo elevada.

Así, los precios de las materias primas caerá en un 12% en 2025 y en 5% para 2026, aunque en precios nominales siguen por encima de los valores del período 2015-2019, dice el Banco Mundial. Fuente: Primicias

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Selva sin auxilio: niños mueren en el silencio de Taisha

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Ikiam tenía siete años. Antes de morir, el último 22 de abril, agonizó durante horas en los brazos de su madre, que intentaba calmarlo con golpecitos en la espalda. Llevaba tres días con malestar de estómagofiebrevómito y diarrea con sangre.

Vivía en la comunidad Achuar, de Surik Nuevo, en la selva, en Huasaga, la parroquia rural más grande de las cuatro que tiene el cantón Taisha, en la provincia de Morona Santiago.

El puesto de salud más cercano, que funciona en una precaria casa, está en Wampuik, a tres horas a pie, entre barro, selva espesa y caminos que se pierden entre la humedad.

Una avioneta, que fue solicitada por los pobladores al Ministerio de Salud Pública (MSP) para transportarlo de emergencia hasta el hospital de Taisha o Macas para que reciba ayuda, se tardó en llegar.

Su pequeño cuerpo, consumido por la fiebre e hinchado, parecía arder por dentro. El sudor le corría como agua sobre la piel. Quedó con la mirada perdida y los ojos cargados de angustia, como si supiera que había perdido la batalla.

Ikiam, un niño, de siete años, estuvo enfermo tres días. Murió en brazos de su madre, en Surik Nuevo, comunidad de Taisha. Tenía dolor de estómago, diarrea y fiebre. No pudo llegar a un hospital.
Ikiam, un niño, de siete años, estuvo enfermo tres días. Murió en brazos de su madre, en Surik Nuevo, comunidad de Taisha. Tenía dolor de estómago, diarrea y fiebre. No pudo llegar a un hospital.

En otras dos comunidades de este mismo cantón desde diciembre de 2024 hasta ahora han fallecido cinco niños más con estos síntomas: dolor de estómagofiebrevómito y diarrea con sangre.

Mashium: comunidad Achuar

En Mashuim, ubicada en Huasaga, la misma parroquia donde está Surik Nuevo, el 20 de diciembre de 2024 murió Margoth, una niña de nueve años. El 23 de marzo de 2025 fue Danny, de seis; y el 9 de abrilElías, de 10.

En Pampants, que, en cambio, está en Tuutientza, que es otra parroquia de Taisha, el 14 de abril murieron Jhonny, de 10 años y Tatiana, de 13. Esta es una población Shuar.

Una séptima muerte con estos síntomas ocurrió en Kaspaim, en la parroquia San José de Morona, en el cantón Tiwintza, que limita con Taisha. Allí, donde también está la nacionalidad Shuar, murió el 12 de abril una niña: Amay, de siete años.

En estas comunidades es tradición velar brevemente a los fallecidos y luego enterrarlos en el terreno de sus propias casas o incluso al interior de estas, como un modo íntimo y ancestral de despedirlos.

No se han tomado muestras de los fallecidos

De ninguno de los fallecidos, según los deudos, se extrajeron pruebas de sangre para determinar la causa exacta de la muerte, lo que deja a las comunidades sumidas en la incertidumbre y el temor.

En Kuserua, que está a unos 15 minutos a pie de Mashuim, también hay otros casos de niños y adolescentes con fiebredolor de estómago y cabeza; y vómito, pero no ha habido fallecidos.

Algo similar pasa en Wampuik, que también está en Huasaga, a unas cuatro horas caminando desde Mashuim, donde al menos cuatro menores de edad más, entre los dos y 14 años, tienen estos síntomas.

Algunos pobladores, que fueron previamente capacitados, les aplican pruebas rápidas de sangre, que les dejó el MSP, para detectar malaria, una enfermedad causada por parásitos que se trasmite por la picadura de mosquitos.

En todas estas comunidades es común ver a los niños descalzos y con poca ropa, bajo el sol o la lluvia. Muchos tienen el abdomen abultado y los brazos delgados, signos visibles de desnutrición.

Otros presentan malformaciones visibles y duermen casi a la intemperie, pues las viviendas tradicionales son chozas sin paredes, abiertas al viento, la lluvia y al calor sofocante de la selva.

Aunque este es tradicionalmente el modo de vida de los pueblos Shuar y Achuar, hoy viven con preocupación frente a esta serie de muertes inexplicables que rompe con la rutina ancestral.

Elías, de 10 años, murió en Mashuim, comunidad de Taisha. Presentó síntomas como dolor de estómago, diarrea y fiebre.
Elías, de 10 años, murió en Mashuim, comunidad de Taisha. Presentó síntomas como dolor de estómago, diarrea y fiebre.

Centro educativo en emergencia

Carlos Uwiti es rector del Centro Educativo Comunitario Intercultural Bilingüe (CECIB) “Tanchim”, en Mashuim, donde murieron tres menores de edad. Todos eran alumnos de esta institución.

“Eran 58 estudiantes y ahora somos 55…”, dijo Uwiti, quien además es papá de Margoth, una de las fallecidas. Los padres de familia de esta institución se reunieron el último 11 de abril y la declararon en emergencia.

En una asamblea, cumplida el último 22 de abrilUwiti leyó las resoluciones que se tomaron en dicha reunión, entre las que están la suspensión de clases (hasta el 23 de abril) para prevenir posibles contagios y más muertes.

Una resolución también fue informar esta decisión al “Distrito de Educación,” “Distrito de Salud Taisha,” Tenencia Política de Huasaga y gobernador de Morona Santiago para que emitan alguna resolución favorable…”.

Otra fue: “coordinar con el Distrito de Salud Taisha, para que entre la brigada médica de manera inmediata a la comunidad de Mashuim…”, para que además haga pruebas del agua que consumen del río Kuserua y de un pozo.

Además resolvieron “solicitar a las autoridades gubernamentales y no gubernamentales el apoyo social, con la dotación de kits de alimentos y kits de aseo personal…”

Uwiti pidió la intervención urgente de las autoridades de salud para que hagan exámenes de sangre a pacientes que están con estos síntomas, además para que lleven muestras de agua para que sean analizadas.

Niños caminan descalzos por la selva, casi sin ropa. Su inocencia y tradiciones casi los hacen ajenos a las limitaciones que los rodean.
Niños caminan descalzos por la selva, casi sin ropa. Su inocencia y tradiciones casi los hacen ajenos a las limitaciones que los rodean.

En Tiwintza

Arutam Washikiat es tío de Amay, la niña quien murió en Tiwintza. Contó que la pequeña un día antes de morir asistió con normalidad a la escuela. Comenzó con dolor de estómago seguido de vómito y fiebre.

“No tenemos con qué reportar cuando hay esta situación al centro de salud más cercano, no tenemos ni la radio para reportar y decir que se está presentando esa enfermedad para que venga alguien…”, indicó.

Contó: “nadie llegó a valorarle y le tuvimos que enterrar sin saber por qué causa murió, no vino ni un médico… Después de la muerte nos sorprendió de que al parecer se le rompió el cuello y comenzó a hacerse como moretones…”

Recordó: “un tiempo se comenzó a hablar de una enfermedad que les mordía el murciélago y moría la gente, pero desde allí no habíamos visto un tipo de enfermedad con la que están muriendo los niños…”

Niños reciben pruebas rápidas de malaria. Algunos ya están acostumbrados a este procedimiento, un recordatorio constante de la vulnerabilidad que enfrentan en su día a día.
Niños reciben pruebas rápidas de malaria. Algunos ya están acostumbrados a este procedimiento, un recordatorio constante de la vulnerabilidad que enfrentan en su día a día.

Federación Interprovincial de Centros Shuar

David Tankamash, presidente de la Federación Interprovincial de Centros Shuar (FICSH), también solicitó la intervención urgente del MSP para aplicar un plan de prevención y detectar las causas que han provocado estos decesos.

Informó que en la comunidad de Shiramentza, que es una pequeña aldea ubicada en Tuutinentza, también en Taisha, se han reportado otros casos de pacientes con sintomatología similar.

“Pedimos a las autoridades de salud que den atención médica urgente pues son comunidades que están bastante alejadas, que hagan un diagnóstico para conocer qué es la enfermedad que está matando a los niños…”, señaló.

Asimismo sostuvo que algunos de estos casos no se hacen públicos debido a que son zonas donde no hay internet ni energía eléctrica, y la única forma de ingreso a la mayoría de estas es mediante avioneta.

Advirtió: “si es que no controlamos esto a tiempo esto puede ir de manera masiva a más comunidades y por eso se requiere que los médicos estén presentes de forma urgente…”.

Cuando llegan las avionetas, los niños corren a recibirlas. Conocen a los pilotos y tienen un sinfín de preguntas que aún esperan respuestas.
Cuando llegan las avionetas, los niños corren a recibirlas. Conocen a los pilotos y tienen un sinfín de preguntas que aún esperan respuestas.

Lloran en silencio

En la espera de una asistencia efectiva por parte de las autoridades de salud, estos pueblos de la selva lloran en silencio. La muerte ronda sin nombre ni explicación, y las respuestas no llegan.

Los pequeños no entienden de burocracia ni demoras. Son inocentes, juegan descalzos entre árboles, lodo, tierra, ríos y animales, mientras la muerte los acecha. Solo esperan una oportunidad.

En la comunidad de Saapapentsa también se reportó el caso de seis niños más con síntomas como intenso dolor de estómago, fiebre, vómito y diarrea con sangre.

Los niños asisten a escuelas con condiciones deplorables. Su derecho a una educación digna es una promesa sin cumplir por parte del Estado.
Los niños asisten a escuelas con condiciones deplorables. Su derecho a una educación digna es una promesa sin cumplir por parte del Estado.

Datos

  • Según la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil (ENDI), en Taisha la Desnutrición Crónica Infantil (DCI) se ubica sobre el 40 % en niños menores de dos años.
  • La Desnutrición Crónica Infantil (DCI) es a menudo el resultado de una alimentación deficiente a largo plazo, infecciones repetidas y condiciones socioeconómicas precarias.
  • En 2022 en Taisha, en Morona Santiago, se hizo una mesa cantonal intersectorial para recibir al equipo técnico del Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés).
  • En Charapacocha, que es una comunidad Achuar que está Pastaza, también se han reportado caso de pobladores con síntomas como dolor de estómago, diarrea con sangre y fiebre.
  • Según consta en el Censo de Población y Vivienda 2022, el 19,4 % de los hogares en Taisha tienen niños que cinco a 14 años que no asisten a un establecimiento educativo.
  • El Ministerio de Salud Pública (MSP) puede emitir una alerta epidemiológica cuando se identifican condiciones que podrían representar una amenaza para la salud pública y se requiere respuesta inmediata. Fuente: El Mercurio
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Augusto Verduga le responde a Luisa González y acusa al correísmo de dejarlo solo en el caso ‘Ligados’

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Augusto Verduga, exvocal del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) y procesado en el caso ‘Ligados’ por presunta asociación ilícita, respondió públicamente a las declaraciones de Luisa González, excandidata presidencial de la Revolución Ciudadana (RC), quien lo acusó de ser “maquiavélico” por supuestamente grabar conversaciones privadas con miembros del correísmo.

La polémica surge luego de que la Fiscalía General del Estado difundiera, hace más de un mes, una serie de chats extraídos del celular de Verduga, en los que se evidenciaría un supuesto intento de la RC por cooptar instituciones del Estado.

González, en entrevista con el programa Primera Plana, calificó los hechos como “maquiavélicos” y sostuvo que las filtraciones revelan “una falta absoluta de transparencia, de honestidad, de lealtad, principios y valores”.

Verduga niega haber grabado conversaciones

Verduga publicó la noche del lunes 28 de abril un video en redes sociales negando haber grabado conversaciones.

¡NO! No grabé esas conversaciones, no ordené grabarlas, ni participé en ninguna acción que vulnerara la privacidad de nadie”, aseguró.

El exvocal del CPCCS sostuvo que las pruebas difundidas fueron obtenidas de manera ilegal. “Algunas conversaciones son parcialmente reales, pero totalmente descontextualizadas, otras abiertamente manipuladas de forma selectiva”, denunció.

Verduga también cuestionó el contexto político en el que se desarrolló el proceso judicial y afirmó que se trata de un caso “fabricado a toda prisa en tiempos electorales” con la intención de “fracturar un proyecto político”.

Es, ni más ni menos, la crónica de una sentencia anunciada”, dijo, al tiempo que lamentó el silencio de sus antiguos compañeros políticos.

“Lo que duele de verdad es que esta sentencia espuria que caerá sobre mí la recibiré sin el respaldo de personas a quienes guardé gran estima y a quienes consideré compañeros en la lucha por un Ecuador más justo”, expresó, refiriéndose implícitamente a la dirigencia de la RC.

Verduga finalizó su declaración asegurando que enfrentará las consecuencias con entereza. “Supongo que para muchos ya soy un fusible quemado. Lo acepto. Pero recibiré ese abandono, como recibiré la sentencia, con la frente en alto y con la dignidad intacta”. Fuente: Vistazo

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