Nacionales
Este es el rol de Wilman Terán, Pablo Ramírez y los otros 19 enjuiciados en el caso Metástasis
Wilman Terán, exjuez nacional y expresidente del Consejo de la Judicatura, es uno de los 21 procesados del caso Metástasis que serán juzgados desde este lunes 21 de octubre de 2024, en la Corte nacional de Justicia (CNJ).
Mercedes Caicedo (ponente), Marco Rodríguez Ruíz y Pablo Loaiza son los jueces que conforman el Tribunal de juicio de este caso por delincuencia organizada.
Antes de la instalación de la audiencia, Wilman Terán ingresó un nuevo escrito. El exfuncionario reveló que tiene una amistad con Loaiza, uno de los jueces del Tribunal. Según Terán, producto de esa amistad, él le recomendó a Loaiza que contratara a su padre, Gabriel Terán, quien además es parte de su equipo jurídico, como su abogado en una investigación previa.
Por esta razón, Terán pidió que Loaiza se excuse de seguir conociendo está causa. El Magistrado confirmó que Gabriel Terán es su abogado en dicha investigación previa y, por tanto, se excusó de seguir en el Tribunal de juicio del caso Metástasis.
Caicedo y Rodríguez, los otros dos jueces del Tribunal, se tomaron unos cinco minutos para resolver sobre esta excusa. Luego de este tiempo, Caicedo indicó que el vínculo entre Terán y Loaiza no es causal para separar al segundo del Tribunal y ratificó su competencia en el caso.
En este caso, la Fiscalía intenta demostrar que los 21 procesados formaron parte de una estructura de corrupción judicial que trabajó para lograr que el narcotraficante Leandro Norero y su familia salgan de prisión y, posteriormente, gocen de impunidad.
Previamente, 12 personas ya fueron sentenciadas -de manera abreviada y con penas reducidas- por lo que ya se ha demostrado la existencia del delito. Ahora, en el caso de los procesados que van a juicio se tiene que demostrar la pertenecía a esta estructura delictiva.
En total, fueron 30 las personas llamadas a juicio. Sin embargo, ocho están prófugos y la audiencia no puede iniciar. Por ejemplo, en esta lista está el exasambleísta Ronny Aleaga y el empresario Xavier Jordan, presuntos socios de Norero. Mientras que, Armando Flor, señalado como testaferro del narco, no será enjuiciado por el momento, ya que es candidato a la Asamblea.
El juicio
21/10/2024
10:56
El rol de los enjuiciados
Para el alegato de apertura, Mercedes Caicedo, jueza ponente, otorgó a Wilson Toainga dos horas para que detalle la acusación contra los 21 procesados. Sin embargo, el Fiscal solo se tomó 32 minutos.
Durante este alegato, Toainga dio a conocer la teoría de caso y dio detalles de la participación de cada uno de los procesados:
AUTOR:
1. Xavier Novillo, alias ‘Novita’: Toainga dijo que es uno de los líderes de la agrupación. Se habría encargado de armar una red de influencias en Guayas con el objetivo de conseguir fallos judiciales a favor de Norero y su familia, a cambio de sobornos
COLABORADORES:
2. Wilman Terán, alias ‘Diablo’: En su rol como juez de la Corte Nacional, según el Ministerio Público, Terán se encargó de retrasar el trámite de un habeas corpus con el que se buscaba la libertad de un hermano de Leandro Norero. A cambio recibió un soborno en efectivo.
3. Ronald Guerrero, alias ‘Momia’: Como juez del Guayas, Guerrero estuvo a cargo del caso de lavado de activos en contra de Norero. A cambio de sobornos y ofrecimientos de bienes, el entonces magistrado habría ofrecido la concesión de fallos irregulares.
4. Johan Marfetán, alias ‘JM’: También fue juez del Guayas. Tenía que tramitar la apelación a la prisión preventiva de Norero, pero se excusó de hacerlo, con el objetivo de que se conformara un Tribunal que favoreciera al narcotraficante.
5. Carlos Zambrano, alias ‘Presi’: Fue el presidente de la Corte de Manabí. Su rol habría sido generar escenarios idóneos para que se den fallos favorables a favor de Agustín Intriago, quien era alcalde de Manta y habría sido parte de la red de Norero. Intriago fue asesinado en julio de 2023.
6. María José Aguirre: Fue Fiscal en Samborondón y estuvo a cargo de un caso por tráfico de armas en contra de Norero. Pero lo reformuló por tenencia ilegal de armas, lo que permitió que se anulará la orden de prisión preventiva que había en contra de Norero por ese caso.
7. John Campuzano: Era Fiscal en Guayas y, desde esa posición, habría asesorado a Norero para que se defendiera y dilatará un caso en su contra por presunto narcotráfico. Para esto, dice la Fiscalía, entregó información reservada a la red criminal.
8. Víctor Alcívar, alias ‘Pillo buena gente’: Fue Fiscal en Santo Domingo. Según el Ministerio Público, Alcívar entregó a la estructura criminal información reservada sobre operativos para ayudar a los brazos armados que estaban al servicio de Norero.
9. Doris Oviedo: Es una oficial de la Policía Nacional que estuvo a cargo del caso de lavado de activos de Norero. Habría colaborado con la estructura de corrupción direccionando el informe financiero de la causa.
10. Armando Ruíz: Es Mayor de Policía y, según la Fiscalía, a través de sus negocios de compra y venta de carros habría financiado a la estructura delincuencial de Leandro Norero, con el objetivo de conseguir beneficios penitenciarios.
11. Ángel Leal: Es un agente policial que habría ayudado a Norero con información reservada sobre operativos en contra de sus brazos armados. Además, le habría asesorado para la destrucción de indicios.
12. y 13. Fernando García y Eddin Iza: Fueron agentes de la Policía que se habrían dedicado a dar seguridad a los bienes incautados a Leandro Norero, a cambio recibieron sobornos.
14. Pablo Ramírez: Fue director del Servicio de Atención a Privados de la Libertad (SNAI) y habría facilitado beneficios penitenciarios a favor de Leandro Norero. Además, habría autorizado la liberación de ‘Madrid’ y ‘Cuyuyuy’, sicarios de confianza del narcotraficante.
15. Katherine Guaita: Se desempeñaba como agente penitenciaria en Cotopaxi, mientras Norero estaba detenido. Gestionó beneficios para el narcotraficante y habría recibido depósitos por más de USD 15.2000.
16. Claudia Garzón: Fue parte de una Comisión de Pacificación Carcelaria, durante el gobierno de Guillermo Lasso. Según la Fiscalía, desde esa posición habría gestionado beneficios penitenciarios a favor de Norero.
17. Kevin Prendes: Fue uno de los abogados al servicio de Leandro Norero. Prendes se encargó de la acción de protección interpuesta en La Concordia, con la que el narcotraficante recuperó una casa de lujo en Riberas del Batán.
18. Sofía García: Se trata de una abogada de Cotopaxi que habría sido contratada por Mayra Salazar, operadora de Norero, para que busque sobornar a jueces de Cotopaxi en una causa para liberar a la hermana del narco.
19. César Ácaro: Es otro abogado en libre ejercicio y también buscaba sobornar a los jueces de Cotopaxi. Sin embargo, en su caso habría coordinado con Cristian Romero, quien lideraba el equipo jurídico de Norero.
20. Braulio Mera, alias ‘Rayo’: Era una de las personas de confianza de Norero. Se encargaba de movilizar y entregar el dinero del narcotraficante para el pago de sobornos y otras transacciones.
21. Eduardo Rodríguez: Sería socio de Yilmar Campozano, alias ‘Yankee’, uno de los socios de Norero. Rodríguez habría aportado dinero para financiar los beneficios del narcotraficante en la prisión.
21/10/2024
10:11
Empieza la audiencia
Pasadas las 10:00 del 21 de octubre de 2024, Mercedes Caicedo, jueza ponente del Tribunal, declaró instalada la audiencia de juicio contra 21 procesados en el caso Metástasis. Primero, el fiscal Wilson Toainga dará su alegato de apertura. Fuente: Primicias
Nacionales
TCE admite denuncia en contra de Luisa González por el manejo de las cuentas de campaña de 2023
Un juez del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) admitió a trámite una denuncia presentada por la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint, en contra de la excandidata presidencial Luisa González y miembros del movimiento correísta Revolución Ciudadana (RC) por el manejo de las cuentas de campaña de las elecciones anticipadas de 2023.
Además de González, en su calidad de representante legal de la RC, la denuncia incluye a Karina Zambrano, responsable del manejo económico del partido; Francisco Hidalgo, jefe de campaña; y a los candidatos principales y suplentes a asambleístas nacionales que se presentaron en esos comicios, entre los que está Pierina Correa, hermana del expresidente Rafael Correa (2007-2017).
Atamaint los denuncia por el cometimiento de una presunta infracción estipulada en el artículo 281 de la ley electoral, que señala que las organizaciones políticas que no presenten los informes con las cuentas, el monto de los aportes recibidos, la naturaleza de los mismos, su origen, el listado de contribuyentes, su identificación plena y respaldos de ingresos y egresos recibirán una sanción que va desde una multa económica a la suspensión de los derechos políticos de dos a cuatro años.
A finales de octubre, el expresidente Correa ya había alertado de que el CNE los había denunciado ante el TCE con el supuesto objetivo de sancionarlos y eliminarlos como partido.
Sin embargo, Atamaint señaló en ese entonces que se trataba de un procedimiento que se realiza a todas las organizaciones que tienen inconsistencias en sus cuentas de campaña.
La excandidata del correísmo tacha de persecución política
Luisa González aseguró este sábado en su cuenta de X que el movimiento ha tenido que «enfrentar las miserias de un CNE entregado al Gobierno y dedicado a perseguir a todos los oponentes políticos».
El pasado miércoles otro juez admitió a trámite una primera denuncia interpuesta por Atamaint en contra de González y de Andrés Araúz, candidato a vicepresidente en esas mismas elecciones anticipadas de 2023, en las que ganó el actual presidente, Daniel Noboa.
Esa denuncia es por el manejo de las cuentas de campaña del binomio presidencial, aunque el juez no definió aún la fecha de la audiencia. Fuente: Vistazo
Nacionales
Comuneros del Sur, la nueva disidencia guerrillera que avanza hacia Ecuador y complica más la frontera norte
La alarma se encendió en la semana del 17 de noviembre de 2025. En esos días circularon imágenes en redes sociales que mostraban a hombres armados con fusiles de largo alcance, equipos de combate y comunicación caminando por las calles de la parroquia Goaltal, cantón Espejo, provincia de Carchi.
En su indumentaria eran visibles distintivos que pertenecerían a los Comuneros del Sur. Aunque, inicialmente, no hubo un pronunciamiento público de las Fuerzas Armadas, Policía o autoridades gubernamentales de Ecuador, la respuesta se concretó días después a través de una operación espejo y coordinada con el Ejército de Colombia.
El operativo conjunto culminó en un combate de dos horas en territorio colombiano, específicamente en el municipio de Cumbal, Nariño; a pocos kilómetros del límite fronterizo. Como resultado, mandos del Ejército de Colombia confirmaron la muerte de dos guerrilleros del Frente Comuneros del Sur en la vereda Tiuquer.
La operación militar mostró más resultados, el 28 de noviembre de 2025. El Ministerio de Defensa de Ecuador informó del desmantelamiento de dos campamentos en el cantón Espejo. Estos sitios fueron identificados como “centros de abastecimiento logístico” del los Comuneros del Sur.
En el lugar, soldados ecuatorianos incautaron 2.360 municiones, uniformes “tipo guerrillero” y neutralizaron un artefacto explosivo tipo trampa. Según la cartera de Estado, esta operación generó una afectación de USD 120.000 a la disidencia, debilitando “significativamente su capacidad operativa y de sostenimiento”.

Esta es la primera vez que se evidencia la presencia de este grupo guerrillero en el lado ecuatoriano de la frontera. Esto luego de la decisión del presidente Daniel Noboa, tomada en mayo de 2025, de catalogar como grupos armados organizados al Frente Comuneros del Sur, el Frente Oliver Sinisterra y a los Comandos de la Frontera.
Una nueva disidencia al panorama
El Frente Comuneros del Sur es una facción disidente del Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo guerrillero de origen de izquierda que experimentó una considerable expansión en Colombia —en los territorios cercanos a Ecuador— tras la desmovilización de las FARC, en 2016.
Según reportes de medios colombianos, la disidencia surgió de las divisiones internas relacionadas con el proceso de paz en Colombia y la economía del narcotráfico. El ELN mantiene una considerable presencia en los departamentos colombianos de Putumayo, Nariño y Cauca, con el Frente de Guerra Suroccidental que agrupa a unos diez frentes y cuenta con aproximadamente 520 combatientes.
El Frente Comuneros del Sur, bajo el liderazgo de alias ‘HH’, opera principalmente en las zonas rurales de Tumaco y Barbacoas, Nariño (fronterizo con Ecuador). Las autoridades colombianas señalan que este frente está involucrado en el narcotráfico, encargado de transportar la coca producida localmente, proteger los laboratorios y cobrar un «impuesto al gramaje» por cada kilo de coca procesado por otros grupos.
Según el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de la ONU, en 2022 se detectaron 59.746 hectáreas de cultivos de coca solo en Nariño. Además, informes de inteligencia de la Policía y de las Fuerzas Armadas de Ecuador indican que el Frente Comuneros del Sur también está involucrado en la minería ilegal y el cobro de extorsiones en áreas de Carchi y Esmeraldas.
Este grupo se distanció de la cúpula central del ELN (Comando Central o COCE) por su voluntad de adherirse a los diálogos regionales de paz impulsados por el gobierno de Gustavo Petro. El 12 de marzo de 2024, el frente expresó públicamente su «voluntad, compromiso y participación de paz desde los territorios», en Nariño.
La presencia de la disidencia Comuneros del Sur en Ecuador, según datos militares ecuatorianos, se enmarca en la expansión del ELN que se ha apalancado por ingresos del narcotráfico, la minería ilegal, secuestros y extorsiones.
Los informes indican que el Frente Comuneros del Sur usan Carchi y Esmeraldas como sitios de descanso, refugio y corredores logísticos para abastecimiento de armas, explosivos, combustibles y víveres. Adicionalmente, hay registros de reclutamiento forzado de jóvenes de 17 a 20 años para enviarlos a centros de adiestramiento en Colombia.
Un acto más en la conflictiva frontera norte
La presencia de los Comuneros del Sur en Ecuador forma parte de una realidad más amplia y complicado. En los últimos años, según los informes anuales de la Unodc, el país ha dejado de ser un simple corredor logístico de la cocaína para convertirse en un campo de operaciones para grupos criminales transnacionales.
Incluso, en octubre de 2024, el presidente Daniel Noboa reportó la existencia de 2.000 hectáreas de cultivos de coca en la frontera norte ecuatoriana, una cifra sin precedentes basada en un Informe Geoespacial de Cultivos Ilícitos entregado por el Gobierno de Estados Unidos a Ecuador. Aunque, finalmente, ni hubo ninguna confirmación oficial de esa cantidad de hectáreas supuestamente sembradas.
Ese mismo documento identificó a 11 bandas criminales que operan en la frontera, seis ecuatorianas y cinco colombianas. Del lado ecuatoriano, el documento señala la operación de Los Lobos en Carchi, Sucumbíos y Esmeraldas. En Esmeraldas, también se identifican a Choneros, Águilas, Patones, Tiguerones y Gángsters.
Del lado colombiano, se ha identificado la operación de disidencias de las FARC como el Frente Alonso Cano y el Frente Urías Rondón en Esmeraldas; el ELN (del cual se escindieron los Comuneros del Sur) y el Frente Alonso Cano en Carchi; y los Comandos de la Frontera y el Frente Carolina Ramírez en Sucumbíos. A los que se sumarían los Comuneros del Sur.

Los grupos colombianos que operan en esta frontera son residuales de guerrillas, y han mutado hacia el narcotráfico como principal fuente de financiamiento. Estos grupos han generado alianzas con cárteles mexicanos y con bandas ecuatorianas, que brindan servicios logísticos esenciales como el transporte y el almacenamiento de droga. Fuente: Primicias
Nacionales
Las candidaturas y el control de la Revolución Ciudadana aumentan la división entre los correístas
Después de las fiestas de diciembre, la Revolución Ciudadana (RC) entrará en un año decisivo para su futuro en la vida política: debe elegir a su nuevo presidente nacional. Esto después del fracaso de la doble candidatura de Luis González, quien además ha estado a la cabeza de la agrupación.
Y aunque casa adentro lo nieguen, el malestar de varios cuadros al interior de la agrupación, debido al manejo del movimiento por parte de ciertos líderes, es cada vez más público y notorio. Y el principal grupo que enfrenta esa discordia es el de las autoridades locales electas por la lista 5.
Una primera evidencia salió a la luz con la carta que le enviaron al expresidente cuatro prefectos y un alcalde, para solicitar un espacio de diálogo. Después de que Correa y González iniciaran una campaña para descalificar los resultados electorales de 2025 bajo la sombra de un fraude que nunca lograron probar.
Ese distanciamiento había sido evidente desde mucho antes, pero solo en ese momento se confirmó que las cinco figuras consideraban que la RC vive una desconexión de los problemas profundos del país y que ponían en duda la dirección de González.
Como es usual, esto desencadenó la indignación de Correa, que puso como tarima para la discusión a las redes sociales. Desde entonces las cosas no han mejorado. Y estos perfiles de la Revolución han optado por mantener su rumbo individual, sin atreverse tampoco a optar por una desafiliación.
Y el problema es que ambos dependen mutuamente del otro. La mayoría de perfiles de la lista 5 no conseguirían mantener sus puestos sin el membrete correísta y Correa, sin sus candidatos con más experiencia, no podría ocupar espacios de poder en las siguientes elecciones.
Sin embargo, al exmandatario parece no importarle incrementar esa brecha entre sus representantes locales. Correa no ha tardado en lanzar críticas públicas en ningún caso y los demás también mantienen la tradición de exponer sus diferencias:
«Me opondré a cualquier candidato tibio», dijo Correa tras el anuncio de Pabel Muñoz de buscar la reelección de la alcaldía de Quito.
«Si esto se acepta, soy yo el que estoy de más», amenazó Correa tras la reunión entre Marcela Aguiñaga y Lourdes Tibán y le quitó el respaldo para la reelección a la Prefectura de Guayas.
Luisa González dijo públicamente que «muchas autoridades no deberían repetir como candidatos», refiriéndose a Aguiñaga y Aquiles Alvarez.
Mientras que Alvarez le pidió a la excandidata presidencial que se tranquilice.
Aguiñaga fustigó a González diciéndole que «quisiera que vivas lo que significa ganar una seccional».
Estas escenas en la tarima digital refuerzan la tradición del correísmo de no resolver sus pugnas a lo interno y ratifican que el debate dentro de la organización no existe, corroborando lo que han dicho quienes abandonan el movimiento o son declarados traidores.
Y justamente eso es lo que estará en juego en la elección del próximo presidente nacional de la agrupación, en la convención que se realizará en enero, para nombrar al sucesor de González y acordar el futuro del movimiento.
Sin embargo, pese a que la Revolución Ciudadana tiene como ventaja contar con más perfiles que todos los demás partidos políticos, el único nombre que se ha anunciado ha sido el de Felipe Vega de la Cuadra, considerado un leal aliado de Rafael Correa, pero que no ha estado públicamente en las filas del movimiento desde hace mucho tiempo.
Esto refleja otro problema, que pese a captar cuadros jóvenes y evidenciar en las elecciones nacionales los cambios que exige el electorado, el correísmo sigue atorado en la fidelidad a su máximo líder y no en la renovación de propuestas y estrategias.
Pero quien sea que encabece el próximo buró del movimiento deberá enfrentarse al reto de canalizar la selección de miles de candidatos para las elecciones locales de 2027. Esos resultados definirán la supervivencia de la que fue la mayor fuerza política del país hasta 2017, que podría recuperar espacios o desaparecer del mapa electoral.
Un contexto que no cambia
El correísmo enfrenta su peor momento desde su renacimiento, en agosto de 2021, cuando se apropió de la lista 5, antes inscrita como Fuerza Compromiso Social. Ese movimiento les ha permitido participar bajo una bandera propia en las elecciones seccionales de febrero 2023, las extraordinarias de agosto de 2023, y las presidenciales de 2025.
Sin embargo, su popularidad electoral ha ido disminuyendo, especialmente con los constantes escándalos de corrupción que rodean a sus principales figuras y a muchos de sus antiguos cuadros y aliados, con los que compartieron el poder entre 2007 y 2017.
Pero, pese a ello, la tendencia política mantiene todavía una base electoral representativa, especialmente en comparación a la mayoría de agrupaciones políticas nacionales que agonizan en su intento de sobrevivir a los ciclos electorales. Y esto le ha permitido mantener espacios en la Asamblea Nacional y en los gobiernos locales.
Por ejemplo, en 2023 lograron quedarse con las alcaldías de Quito, Guayaquil, Santo Domingo y Esmeraldas y las prefecturas de Pichincha, Guayas, Manabí, Azuay, Imbabura, Sucumbíos. A esto sumaron después 67 curules legislativas en 2025.
No obstante, toda esa representación política ha ido diluyéndose. Y el factor común en la mayoría de disputas internas son los choques con su presidente vitalicio y líder histórico, Rafael Correa. Con el que varios miembros de la Revolución han preferido mantener distancia.
Más allá de que la bancada correísta ha ido perdiendo miembros y hay lealtades cuestionadas, el exmandatario ha mantenido una férrea defensa de la que escogió como su heredera, pese al fracaso que tuvo en la dirección de la Revolución Ciudadana.
Y gran parte de los resultados electorales negativos, en las últimas dos presidenciales, se debió justamente a que Luisa González mantuvo las mismas líneas de Correa, sin emitir ni un solo criterio que difiriese del suyo. Lo que la llevó a sostener, por ejemplo, el reconocimiento del vilipendiado Nicolás Maduro.
En eso también ha contribuido el mismo expresidente, con cada estallido en redes sociales, que ponía en apuros a los militantes de la lista 5 que permanecen en Ecuador y que ocupan espacios de poder. La magnitud de ese problema fue corroborada con la difusión de los chats del caso «ligados», donde algunos jóvenes perfiles de la Revolución pedían que alguien le quite el teléfono a su líder. Fuente: Primicias
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