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El Centro Estético Salud y Vida de Zamora anuncia el lanzamiento de productos para el cuidado de la piel

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Este centro estético es dirigido por María del Cisne, una emprendedora y gerente propietaria zamorana con una destacada trayectoria en el sector, el centro se ha convertido en un destino confiable para aquellos que buscan soluciones efectivas y de calidad para el cuidado de la piel.

En el corazón de su oferta se encuentra el «Protector Solar Coreano», una innovación que redefine la protección solar con su compromiso inquebrantable con la calidad y la innovación.

Este producto no solo ofrece una protección robusta contra los rayos UVB y UVA, sino que también nutre y revitaliza la piel gracias a su formulación única con ingredientes naturales y antioxidantes.

Además, su textura sedosa de rápida absorción garantiza una aplicación sin esfuerzo, mientras que su resistencia al agua proporciona una defensa continua incluso en condiciones adversas.

Entre los beneficios adicionales del uso diario del protector solar coreano se encuentran tecnologías avanzadas con propiedades anti-envejecimiento y una mejora perceptible de la textura cutánea, lo que lo convierte en un elemento esencial para cualquier régimen de cuidado de la piel.

El Centro Estético Salud y Vida reafirma su compromiso con la comunidad al ofrecer productos aptos para todo tipo de piel, asegurando así que cada persona pueda disfrutar de una piel saludable y radiante.

Para adquirir estos productos innovadores, el Centro Estético Salud y Vida ofrece envíos seguros para mayor comodidad. Más información y pedidos, comuníquese al 0981572206 o visite el centro ubicado en Zamora, en la calle García Moreno y 12 de febrero, frente al local Vasa.

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Proyecto liderado por Fredy Lupercio beneficia a la U.E. Manuel Sarango Romero de Las Orquídeas

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Con el objetivo de fortalecer la formación artística, cívica y cultural de la niñez y juventud, el martes 23 de diciembre se realizó la entrega formal de instrumentos musicales a la Unidad Educativa Manuel Sarango Romero, destinada a la conformación de una banda de guerra estudiantil, en el barrio Las Orquídeas del cantón Nangaritza.

La donación fue gestionada y entregada por Fredy Lupercio, quien destacó que esta iniciativa nace de un compromiso personal y social con la comunidad, especialmente en una fecha significativa como la Navidad, caracterizada por la solidaridad, el compartir y el fortalecimiento de lazos comunitarios.

Durante su intervención, Fredy Lupercio explicó que la entrega de los instrumentos es el resultado de un proceso de gestión articulada con amistades y una fundación aliada de Quito, a la cual se presentó un proyecto enfocado en cubrir la necesidad de una banda de guerra para la institución educativa. Gracias a estas gestiones, el proyecto fue aprobado hace dos meses, permitiendo acceder a los instrumentos a un costo considerablemente menor al del mercado comercial.

Asimismo, resaltó el apoyo económico brindado por Johnny Alberca, quien se sumó solidariamente para completar el financiamiento del proyecto, demostrando que la cooperación comunitaria y la voluntad colectiva permiten concretar iniciativas en beneficio del territorio. Los instrumentos llegaron directamente al cantón Nangaritza y fueron entregados oficialmente a la comunidad educativa.

La dotación entregada comprende tres liras, tres tambores, un bombo y un juego de platillos, todos nuevos y con sus respectivos accesorios, listos para su uso inmediato. Queda pendiente la entrega de las cornetas, cuya adquisición se prevé para el mes de febrero, con lo cual se completará en su totalidad la banda de guerra.

Fredy Lupercio enfatizó que estos instrumentos no deben ser utilizados únicamente en fechas conmemorativas, sino de manera permanente, como una herramienta para fomentar el talento artístico, fortalecer la identidad cultural, promover la disciplina y generar espacios de participación que incluso puedan articularse con actividades turísticas y culturales del sector.

Por su parte, el rector de la Unidad Educativa Manuel Sarango Romero, Wellington Quezada, expresó su agradecimiento por la gestión realizada, señalando que esta donación representa un hecho histórico para la institución y el barrio Las Orquídeas, al contar por primera vez con una banda de guerra estudiantil. Destacó que esta iniciativa contribuirá al desarrollo integral de los estudiantes, permitiéndoles participar activamente en desfiles y eventos socioculturales tanto a nivel parroquial como cantonal.

El rector también subrayó la importancia de, a futuro, contar con el apoyo de un profesional en música que fortalezca el proceso formativo de la banda, y resaltó que la gestión realizada demuestra que la voluntad, la amistad y el compromiso social son elementos clave para impulsar el desarrollo comunitario, más allá de ocupar cargos o funciones públicas.

Finalmente, la comunidad educativa, padres de familia, docentes y estudiantes coincidieron en destacar el impacto positivo de esta entrega, que reafirma el valor de la gestión ciudadana y el trabajo colaborativo en favor de la educación y la cultura del cantón Nangaritza.

Quien es Fredy Lupercio? Fredy Lupercio llegó a la parroquia de Guaysimi, cantón Nangaritza, en el año 2004, lugar en el que ha establecido su proyecto de vida y al que ha dedicado más de 21 años de trabajo y compromiso comunitario. Está casado con Edelina Ordóñez y es padre de cinco hijos.

A lo largo de su trayectoria personal y laboral, se ha destacado por sus propios méritos, demostrando valores como la honestidad, la sinceridad, la solidaridad y un firme compromiso con el bienestar de su gente.

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Más allá de las luces: la navidad como encuentro, fe y esperanza

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Introducción

La Navidad es una de las celebraciones más extendidas y esperadas en el mundo. Cada año, millones de personas se preparan para vivirla entre luces, encuentros familiares y tradiciones que despiertan alegría y nostalgia. Para algunos, es un tiempo de descanso, regalos y celebración; para otros, una oportunidad de reflexión espiritual, reconciliación y esperanza renovada.

Sin embargo, con el paso del tiempo, el significado original de la Navidad ha ido diluyéndose, dando lugar a una celebración donde lo comercial suele ocupar un lugar central, relegando a un segundo plano su esencia más profunda. En medio del ruido, las prisas y el consumo, corremos el riesgo de olvidar el verdadero acontecimiento que da sentido a esta fiesta: el nacimiento de Jesucristo, expresión máxima del amor de Dios por la humanidad.

Volver al origen de la Navidad no significa rechazar sus tradiciones, sino redescubrir su propósito más auténtico. Comprender su historia, su significado espiritual y su vigencia en el mundo actual nos permite rescatar una celebración que invita al encuentro, fortalece la fe y renueva la esperanza. Más allá de las luces y los adornos, la Navidad nos llama a detenernos, a mirar al otro con amor y a permitir que Dios vuelva a nacer en el corazón humano. 

Nochebuena: la espera que transforma el corazón

Los días previos a los acontecimientos importantes suelen estar cargados de una profunda trascendencia emocional. Son momentos de expectativa, reflexión y preparación interior. Basta con recordar la víspera de una boda, de un cumpleaños significativo, de una graduación, del inicio de una etapa laboral estable o del nacimiento de un hijo o un nieto. En esos instantes, el corazón se llena de esperanza, ilusión y compromiso, porque sabemos que algo trascendente está a punto de ocurrir.

De la misma manera, la Nochebuena, celebrada cada 24 de diciembre, representa la antesala de uno de los acontecimientos más significativos para la humanidad: el nacimiento de Jesucristo. Esta noche simboliza la espera consciente y amorosa del Mesías, quien vino al mundo hace más de dos mil años para traer un mensaje de esperanza, salvación, reconciliación y amor incondicional.

Más allá de luces, regalos y celebraciones externas, la Nochebuena nos invita a hacer una pausa, a silenciar el ruido cotidiano y a mirar hacia nuestro interior. Es una oportunidad para renovar, con profunda humildad, la decisión de “nacer de nuevo”, abriendo nuestro corazón a Jesús y permitiendo que su mensaje transforme nuestras actitudes, pensamientos y acciones.

En este espíritu de recogimiento, la Nochebuena también nos llama a reafirmar el compromiso de cuidarnos mutuamente, de permanecer unidos como familia y comunidad, tanto en los momentos de alegría como en las dificultades y las pruebas más duras. Nos recuerda que el verdadero sentido de la Navidad se vive en el amor compartido, en el perdón sincero, en la solidaridad, en la empatía y en la paz que se construye día a día.

Que esta noche sagrada sea un tiempo para fortalecer los lazos familiares, sanar heridas, renovar la fe y permitir que nuestras acciones reflejen el mensaje generoso de Jesucristo: amor, paz, esperanza y unidad, valores que siguen siendo esenciales en el mundo actual.

Navidad sin Cristo: una celebración vacía de sentido 

La Navidad conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, un acontecimiento que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad (antes de Cristo y después de Cristo). Este hecho simboliza la llegada de la luz, el amor y la salvación al mundo, en medio de una realidad marcada por la oscuridad, el sufrimiento y la esperanza de redención.

Aunque la Biblia no establece una fecha exacta para el nacimiento de Jesús, la Iglesia fijó el 25 de diciembre a partir del siglo IV, otorgándoles un profundo sentido espiritual centrado en Cristo, la verdadera Luz que vence toda oscuridad.

La Navidad es, sin duda, el acontecimiento más resplandeciente para el pueblo cristiano, porque celebra el nacimiento de Jesucristo hace más de dos mil años, quien vino al mundo para tender un puente entre Dios y la humanidad. Su llegada representa una salvación infinitamente valiosa y costosa en amor, pero absolutamente gratuita para todo aquel que decide acogerla con fe y humildad.

Celebrar la Navidad sin Cristo es como festejar un cumpleaños sin el cumpleañero, una boda sin los novios o una gala de premiación sin los triunfadores. Es una celebración vacía, desprovista de su esencia. La Navidad no se reduce a adornos, regalos o grandes banquetes; su verdadero significado se encuentra en el corazón transformado.

La Navidad eres tú cuando, con sencillez y humildad, decides nacer de nuevo, aceptar a Jesús en tu corazón y vivir su mensaje sin vanidades ni ostentaciones. La Navidad eres tú cuando resistes con fortaleza los vientos adversos y las dificultades de la vida, y cuando anuncias el mensaje de paz, justicia y amor a la humanidad no solo con palabras, sino con acciones concretas.

Una Navidad sin Cristo es como un billete falso: puede parecer auténtica a simple vista, pero carece de valor real. Solo cuando Cristo ocupa el centro de la celebración, la Navidad recupera su sentido pleno y se convierte en una experiencia viva de fe, esperanza y amor compartido.

Navidad: cuando el amor vence al egoísmo 

La Navidad nos invita a revisar nuestras actitudes y a desterrar el egoísmo que muchas veces se instala silenciosamente en el corazón humano. Para comprender mejor esta verdad, existe una antigua y significativa parábola conocida como “el país de las cucharas largas”.

Cuenta la historia que un viajero, en su recorrido por el mundo, descubrió por casualidad un país extraño. Al llegar al final del camino, encontró una enorme casa dividida en dos habitaciones: a la derecha, la habitación negra, y a la izquierda, la habitación blanca.

Movido por la curiosidad, el viajero ingresó primero a la habitación negra. Desde la puerta escuchó gritos lastimeros y lamentos de dolor. Al entrar, observó una mesa larguísima rodeada por cientos de personas. En el centro se encontraban los manjares más suculentos y apetecibles. Cada persona tenía una cuchara atada a la mano, pero el mango era el doble de largo de su brazo. Todos alcanzaban la comida, pero ninguno podía llevarla a su propia boca. Aunque la abundancia estaba frente a ellos, morían de hambre. La escena era desesperante, y los gritos de angustia lo obligaron a salir de allí con pasos apresurados.

Luego decidió visitar la habitación blanca. Lo primero que le llamó la atención fue el silencio y la serenidad del lugar. En el centro también había una mesa enorme, aún más abundante en manjares. Las personas tenían exactamente las mismas cucharas largas atadas a sus manos. Sin embargo, nadie pasaba hambre. Cada uno tomaba el alimento y lo ofrecía a la persona que tenía enfrente. Así, todos se alimentaban y vivían en armonía.

Esta parábola nos confronta con una elección profunda: vivir en un mundo dominado por el egoísmo, los intereses personales y la indiferencia, representado por la sala negra, o construir un mundo donde reinen la generosidad, la empatía, la solidaridad y el trabajo en equipo, simbolizado por la sala blanca.

La Navidad es, precisamente, tiempo de perdón, de solidaridad y de amor auténtico. Es el momento propicio para extender la mano al prójimo sin alardes, sin buscar reconocimiento, recordando las palabras del Evangelio: “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”. Solo así, cuando compartimos con sencillez y corazón sincero, honramos verdaderamente el nacimiento de Jesús y permitimos que Dios se sienta orgulloso de nuestras acciones. 

El rostro comercial de la Navidad y la pérdida de su esencia 

Hoy en día, la Navidad se celebra en casi todos los rincones del mundo, aunque de formas diversas según las culturas y tradiciones locales. Sin embargo, resulta evidente que el aspecto comercial ha adquirido un protagonismo creciente: promociones, regalos, decoraciones y campañas publicitarias dominan el ambiente, desplazando en muchos casos el sentido espiritual y humano de esta festividad.

A pesar de ello, la Navidad continúa siendo una oportunidad para el reencuentro, la solidaridad y la reflexión interior. En medio del ruido del consumismo, muchas personas y comunidades buscan rescatar su verdadera esencia a través de actos de servicio, reuniones familiares, oración y gestos sencillos de amor y perdón. El gran desafío de nuestro tiempo consiste en equilibrar la celebración externa con una vivencia interna auténtica.

En este contexto surge la figura de Papá Noel, también conocido como Santa Claus, cuyo origen se remonta a San Nicolás de Bari, obispo del siglo IV reconocido por su generosidad y su ayuda desinteresada a los más necesitados, especialmente a los niños. Con el paso de los siglos, su historia fue transformándose a través de diversas tradiciones europeas, particularmente en países como Holanda y Alemania.

Durante los siglos XIX y XX, esta figura fue adaptada y popularizada, principalmente en Estados Unidos, hasta adquirir la imagen actual: un personaje alegre, vestido de rojo y portador de regalos. Si bien su propósito inicial fue fortalecer la ilusión, la fantasía infantil y el espíritu de generosidad, con el tiempo también se convirtió en un símbolo comercial que impulsó el consumo masivo durante la temporada navideña.

En estas fiestas, el comercio y el mercadeo se intensifican, como si el amor debiera demostrarse únicamente a través de un regalo. Dar obsequios es un gesto valioso, pero no debe desvirtuar el verdadero significado de la Navidad. Basta con levantar la mirada al cielo, observar el verdor de las montañas, percibir la fragancia de las flores o el aroma de la tierra mojada, para redescubrir que la Navidad existe por el nacimiento de Jesucristo y que su esencia es el amor, la reconciliación, la paz y la unidad familiar.

Pareciera que, como humanidad, hemos descuidado a la familia y a la naturaleza, bienes que Dios nos encomendó cuidar y proteger, provocando así el deterioro de la calidad de vida de todos los seres vivos. Que esta Navidad sea un tiempo propicio para tender la mano al caído, perdonar al que nos ofendió y ofrecer esperanza a quien se ha rendido. 

Mensaje de Navidad: Cristo, el puente entre el cielo y la tierra

Que esta Navidad no sea solo de luces y regalos, sino de corazones abiertos. Que el mayor obsequio sea el tiempo compartido, el perdón ofrecido y el amor sincero. Que en cada hogar nazcan la paz, la esperanza y la solidaridad que el mundo tanto necesita, porque el verdadero sentido de la Navidad vive en cada gesto de bondad.

La Navidad no es solo una fecha: es un encuentro. Es el recordatorio vivo de que Dios decidió habitar entre nosotros, abrazar nuestra humanidad y llenarla de esperanza. Celebrar la Navidad sin Cristo sería como encender luces sin luz verdadera, como entonar villancicos sin alegría eterna. Jesucristo es la razón, el centro y la esencia de la Navidad.

Él es el amor hecho carne, la paz que sana corazones heridos, la reconciliación que restaura lo que parecía perdido y la unidad que vuelve a reunir a la familia alrededor del perdón. En la Navidad, Dios tendió el puente más grande de amor que la historia haya conocido: entregó a su Hijo unigénito para que la humanidad tuviera acceso a la vida eterna. Ese puente entre el cielo y la tierra tiene un nombre, y ese nombre es Jesucristo.

Él es el regalo más perfecto, el acto supremo de amor incondicional. Que esta Navidad no sea solo una tradición, sino una decisión: la decisión de amar más, de perdonar de verdad, de reconciliarnos con Dios y con quienes nos rodean. Que abramos el corazón para que Jesús nazca nuevamente en nosotros, iluminando nuestras vidas con su gracia, su paz y su amor eterno.

Porque cuando Cristo nace en el corazón, la Navidad deja de ser un día y se convierte en vida.

Feliz Navidad, y que el amor de Jesús sea la llama que nunca se apague.

Conclusión

La Navidad no es solo una fecha en el calendario ni una temporada marcada por el consumo y las apariencias. Es una invitación a detenernos, a silenciar el ruido exterior y a mirar al otro con compasión y misericordia. Es el recordatorio permanente de que la verdadera riqueza no se mide por lo que poseemos, sino por los valores que cultivamos y compartimos.

Comprender el origen de la Navidad, el significado de sus símbolos y su evolución a lo largo del tiempo nos permite celebrarla con mayor conciencia y profundidad. Más allá de las luces y los regalos, la Navidad nos llama al encuentro sincero, al fortalecimiento de la fe y a la renovación de la esperanza en un mundo que tanto la necesita.

Recuperar el espíritu navideño es, en definitiva, una decisión personal y colectiva: elegir el amor por encima del egoísmo, el perdón en lugar del rencor y la solidaridad frente a la indiferencia. Cuando Cristo ocupa el centro de nuestra vida, la Navidad deja de ser un momento pasajero y se convierte en un estilo de vida capaz de transformar corazones, familias y comunidades.

Que más allá de las luces que se apagan, permanezca encendida la luz de Cristo en nuestro interior, guiando siempre nuestros pasos con fe, esperanza y amor.

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Diálogo comunitario y fortalecimiento educativo en el barrio Las Orquídeas, cantón Nangaritza

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En el barrio Las Orquídeas, cantón Nangaritza, se desarrolló una jornada de diálogo territorial con la participación de representantes comunitarios, autoridades educativas y actores sociales, con el objetivo de socializar avances, identificar necesidades prioritarias y fortalecer la articulación interinstitucional en favor de la educación y el desarrollo local.

El encuentro se realizó en las instalaciones de la Unidad Educativa Manuel Sarango Romero y contó con la intervención del rector de la institución, Wellington Quezada, quien destacó la importancia de generar estos espacios de acercamiento directo con la comunidad. Durante su intervención, el directivo subrayó que el trabajo en territorio permite informar y socializar las acciones que se ejecutan en beneficio de la unidad educativa, el cantón y la provincia.

El rector informó que se encuentra cumpliendo casi tres años de gestión como docente y autoridad en la institución, tiempo en el cual se ha dado continuidad al legado de administraciones anteriores. Entre los principales logros, resaltó la construcción de un nuevo bloque de aulas, inaugurado en el presente año lectivo, gracias al apoyo de la Prefectura, al seguimiento del comité saliente y a la coordinación con el GAD cantonal de Nangaritza y la Junta Parroquial, especialmente en lo referente a mano de obra y gestión comunitaria.

Asimismo, destacó la ejecución de nuevos patios recreativos, inexistentes en años anteriores, los cuales contribuyen a mejorar el entorno escolar y la calidad del servicio educativo. Actualmente, la Unidad Educativa Manuel Sarango Romero ofrece atención integral desde el nivel inicial hasta bachillerato, con una población aproximada de 130 estudiantes, provenientes tanto del sector de Las Orquídeas como de zonas altas como Miasi, cuyos estudiantes realizan largos desplazamientos diarios. La planta docente está conformada por 11 profesores, incluido el rector, quien además cumple funciones académicas.

En cuanto a infraestructura y servicios, la autoridad educativa señaló que la institución dispone de canchas cubiertas, áreas recreativas, acceso a internet y recursos tecnológicos para docentes y estudiantes, lo que fortalece los procesos de enseñanza-aprendizaje. No obstante, reconoció la existencia de limitaciones en servicios básicos, especialmente en el abastecimiento de agua potable, afectado por la condición rural del sector y las lluvias, así como la necesidad de mejorar el alumbrado público y la vialidad.

Durante la jornada también se realizó el agasajo navideño estudiantil y se anunció la entrega formal de instrumentos musicales para la conformación de la banda de guerra estudiantil, gracias a la colaboración de Fredy Lupercio y su gestión ante organismo nacional. El rector resaltó que esta iniciativa fortalece la formación cívica, cultural y social de los estudiantes, y permitirá a la institución participar activamente en desfiles y actos oficiales a nivel parroquial, cantonal y provincial.

Por su parte, Letty Paulina Abrigo, presidenta de la Unidad Educativa Manuel Sarango Romero, valoró positivamente la administración institucional y agradeció el apoyo de las autoridades. Señaló como necesidades prioritarias el cerramiento de la institución, la construcción de un segundo bloque de aulas y exige un servicio exclusivo del transporte escolar, especialmente para los estudiantes que provienen de sectores lejanos, quienes enfrentan retrasos y extensas jornadas sin alimentación adecuada.

El presidente del barrio Las Orquídeas, Gonzalo Puchaicela, expuso las principales problemáticas del sector, entre ellas el deficiente estado de la vialidad, la falta de alcantarillado pluvial, el limitado alumbrado público y las dificultades en el acceso a agua tratada, pese a la abundancia hídrica de la zona. Indicó que el barrio alberga a más de 350 habitantes y que estas carencias afectan directamente a estudiantes, docentes y moradores.

Puchaicela también resaltó el impacto económico y social de la actividad minera en el sector, señalando que ha generado empleo, dinamizado el comercio local y permitido la ejecución de obras comunitarias, como la construcción de una glorieta valorada en más de USD 23.000. En este contexto, hizo un llamado a las autoridades para que no se descuide a las comunidades rurales y se prioricen proyectos de infraestructura básica y desarrollo integral.

Finalmente, Fredy Lupercio, colaborador en la entrega de los instrumentos de la banda de guerra, enfatizó que el fortalecimiento de la cultura y la educación constituye una vía estratégica para dinamizar el desarrollo local. Señaló que, pese a las percepciones negativas, los atractivos turísticos del cantón Nangaritza se mantienen intactos, y que es necesaria una mayor inversión y articulación entre sectores para impulsar alternativas sostenibles de desarrollo, especialmente en beneficio de la niñez y las comunidades rurales.

La jornada concluyó con un mensaje de agradecimiento a las autoridades, dirigentes barriales y ciudadanía en general, reafirmando el compromiso de continuar trabajando de manera conjunta por una educación de calidad, el bienestar comunitario y el desarrollo integral del barrio Las Orquídeas y del cantón Nangaritza.

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