Nacionales
Cómo el movimiento indígena se vuelve capaz de desestabilizar presidentes
El movimiento indígena del Ecuador está marcado por las movilizaciones generalmente violentas impulsadas como medidas de resistencia a la exclusión y a la pobreza. La Confederación Nacional de Indígenas del Ecuador (Conaie) tiene 35 años de existencia jurídica y más de 40 de organización, pero esto no quiere decir que el movimiento indígena data de su existencia social desde entonces. Los antecedentes de los levantamientos indígenas se rastrean a la llegada de los europeos peninsulares en el siglo XVI al continente. Desde entonces se contabilizan innumerables movilizaciones y protestas, muchas de estas sediciosas, que tuvieron la capacidad de arrinconar a los poderes constituidos.
Más de 60 levantamientos se han reportado desde el primer tercio del s. XVI hasta el mismo periodo del siglo XX, en 400 años, lo que indica una regularidad de 7 años entre cada levantamiento indígena. Durante todo este tiempo han evolucionado los repertorios de la protesta, las demandas de los movilizados e incluso la complejidad de las organizaciones indígenas. Pero desde el retorno a la democracia esta periodicidad se ha estrechado y las protestas indígenas suceden más frecuentemente por cada gobierno en funciones, con la capacidad de empujarlo a las cuerdas del cuadrilátero de la historia. ¿Cómo pueden leerse las recientes movilizaciones de la CONAIE en un contexto más amplio?
La resistencia empezó en la colonia
La historia de las sublevaciones en el Ecuador inició cuando los pueblos indígenas rechazaron a los españoles. Los líderes de esa resistencia fueron los generales incas Rumiñahui, Quizquiz, Calicuchima, o Zopozopangui, cacique de Mocha e hijo de Huayna Cápac.
Otros grupos étnicos los Huancavilcas, entre 1535 y 1542, quemaron por tres ocasiones la ciudad de Guayaquil. Los Mantas y los Caráquez también se opusieron a los ejércitos españoles en la misma época para impedir la fundación de la actual ciudad de Portoviejo, en Manabí. En Esmeraldas, al norte del Ecuador, en 1568, se registró otra sublevación en contra de los españoles.
Todos estos levantamientos son parte de la resistencia indígena durante los siglos XVI y XVII.
Para luchar en contra de los impuestos, del despojo de tierras, los trabajos obligatorios gestados en Otavalo, entre 1559 y 1615. La resistencia en el Corregimiento de Otavalo formado por las actuales Cotacachi, Otavalo, San Pablo, Cayambe, fue de las más importantes en 1777.

La sobre explotación a los trabajadores indígenas suscitó otra serie de levantamientos en el siglo XIX, sucedieron en Cañar, en 1862, en Imbabura y Guano, en 1868, Chimborazo, en 1871, y en Napo, en 1892. La represión en contra de los manifestantes fue brutal. Uno de los nombres más recordados es el de Fernando Daquilema, el líder procedente de la etnia Puruhá se enfrentó a la opresión del gobierno conservador del entonces presidente Gabriel García Moreno.
Es en ese año cuando se creó la Confederación Ecuatoriana de Obreros Católicos (CEDOC), que luego se denominó Confederación de Organizaciones Clasistas. La Iglesia influyó en esta organización para contrarrestar la creciente influencia de la izquierda y, en la década de los 60, influyó en el sector campesino a través de la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas (FENOC).
Con el desarrollo del capitalismo, en las décadas del 50 y 60, hubo una época intensa para el movimiento campesino indígena, representado por la Confederación de Pueblos y Organizaciones Indígenas Campesinas del Ecuador (FEI), antes conocida como la Federación Ecuatoriana de Indios en la Sierra.
En las décadas del 50 y 60 (caracterizadas por un mayor desarrollo del capitalismo), se vivió una época de efervescencia del movimiento campesino indígena articulado por la FEI en la Sierra y por la Federación de Trabajadores Agrícolas del Litoral (FETAL) en la Costa.
Para rechazar el censo agropecuario, varias comunidades indígenas de Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo se levantaron. Los enfrentamientos de 1961, terminaron con el asesinato de dos campesinos y varios manifestantes presos.
Asimismo, durante la dictadura del general Guillermo Rodríguez Lara, el movimiento indígena presentó su rechazo al decreto que traspasó la Misión Andina, la única entidad que trabajaba con los indígenas, al Ministerio de Agricultura. En esa ocasión, los manifestantes tomaron las oficinas de la institución en Cañar. La medida de hecho, que duró cinco días, se replicó en Loja, Chimborazo, Tungurahua y Cotopaxi.
Órganos de representación colectiva
Los levantamientos indígenas, hasta inicios del siglo anterior, habían sucedido de manera aislada y las sublevaciones habían sido reprimidas con el uso de la fuerza. Pero, en la década de 1920, el movimiento indígena articulado dentro del movimiento campesino, creó los primeros sindicatos campesinos, que fueron las bases para la creación de la FEI, y de la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas (Fenoc).
No fue sino en los 70, cuando se buscó la unidad del movimiento indígena por medio de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (Ecuarunari) en la sierra, y en 1980, con la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (Confeniae). La unidad del movimiento indígena dependía también de que, al interior de la organización, se comprendieran los distintos pedidos y problemas de cada región. Por ejemplo, los levantamientos en la Sierra y en la Costa pedían la ejecución de una reforma agraria, pero en la Amazonía era prioritario que se eliminaran los proyectos colonizadores y se diera paso a una legislación que velara por los asentamientos indígenas.
Cuando Ecuador retornó a la democracia en 1978, la Ecuarunari convocó al Quinto Congreso Nacional, en Pichincha. El encuentro sucedió entre el 4 y el 8 de septiembre de 1979, con la participación de 350 delegados, en representación de una decena de provincias y de organizaciones como la FEI, FENOC y CTE.

Dos años después, en 1980, los líderes de la Ecuarunari y de la Confeniae impulsaron el Primer Encuentro de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. En esa reunión se constituyó el Consejo de Coordinación, que sentó las bases para la creación de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie). Ese consejo servía como una instancia de coordinación que permitía canalizar las demandas de las diferentes organizaciones indígenas.
En octubre de 1980, el movimiento indígena realizó la Marcha Nacional Indígena y Campesina “Mártires de Aztra”, que exigía la derogatoria de la Ley de Seguridad Nacional, la nacionalización del petróleo, la derogatoria de la Ley de Fomento Agropecuario, la destitución del ministro de Agricultura, entre otros. Más de 10.000 campesinos-indígenas del país se unieron a la medida. Antes, en mayo de ese mismo año, el movimiento indígena había participado en la Huelga Nacional que rechazaba las medidas económicas decretadas por el gobierno Jaime Roldós, el primer presidente del retorno a la democracia en Ecuador.
Seis años después de la creación del Consejo de Coordinación, se realizó el primer congreso de la Conaie, en noviembre de 1986. Nueve nacionalidades indígenas, de 27 organizaciones y con 500 delegados participaron.
35 años de la Conaie
La Confederación de Nacionalidad Indígenas del Ecuador tiene una estructura organizativa conformada por 53 organizaciones de base de las tres regiones del Ecuador: la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (Confeniae), la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (Ecuarunari) y la Confederación de Nacionalidades y Pueblos Indígenas de la Costa Ecuatoriana (Conaice), que agrupan a los 18 pueblos y 15 nacionalidades indígenas del Ecuador, según se lee en la página web de la Conaie.
Sus objetivos principales buscan la consolidación de los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador, integrar a las mujeres indígenas y jóvenes en los espacios de poder organizativos y políticos, la lucha permanente en defensa de las tierras, territorios ancestrales y los recursos naturales, el fortalecimiento de la identidad, formas de organización social y autodeterminación de los pueblos y nacionalidades, entre otros.
Actualmente, la Conaie está presidida por Leonidas Iza, quien lideró el paro nacional que mantuvo en vilo al Ecuador durante 18 días y que culminó con un acuerdo entre las organizaciones indígenas y el gobierno para que se atiendan 10 pedidos planteados por la Conaie, como la moratoria de un año para los préstamos en el sistema financiero público y privado, la focalización de los subsidios de los combustibles, entre otros.
La Conaie es un actor político con gran poder de convocatoria. Su ala electoral es Pachakutik, cuyo candidato presidencial obtuvo el tercer lugar en las elecciones de 2021 y cuyos asambleístas conforman la segunda bancada más grande en la Legislatura.
El movimiento indígena y los derrocamientos
En una entrevista con Infobae, el legislador Fernando Villavicencio dijo que el movimiento indígena ha participado en el derrocamiento de tres presidentes, pero “nunca ha puesto ninguno”. Los gobiernos de Abdalá Bucaram, de Jamil Mahuad y de Lucio Gutierrez, terminaron luego de fuertes conmociones sociales en las que participaron distintos actores del movimiento indígena.
En 1997, cuando cayó Bucaram, los indígenas apoyaron las movilizaciones lideradas por el Frente Unitario de Trabajadores. A Bucaram lo sucedió Fabián Alarcon, del Frente Radical Alfarista. Las protestas incluyeron el levantamiento indígena, la toma de iglesias, huelgas, marchas, ocupación de espacios públicos y subversión de símbolos de poder. Los manifestantes pedían intolerancia ante la corrupción, que no se aceptara el neoliberalismo y se oponían al estilo de Bucaram.
En el 2000, la Conaie lideró las movilizaciones que terminaron con la caída de Jamil Mahuad. El levantamiento indígena estaba abanderado por la lucha contra la corrupción, el no al neoliberalismo y el pedido de refundar la democracia. A Mahuad lo sustituyó Gustavo Noboa, un político independiente.
En la caída de Lucio Gutierrez, que llegó al poder apoyado por el ala electoral de la Conaie, Pachakutik, también participó una organización indígena: la Feine. Los pedidos de las protestas que se tomaron espacios públicos, que realizaron cacerolazos y marchas nocturnas, eran que no se firme el tratado de libre comercio con Estados Unidos, que se luche contra el autoritarismo y que se condene la corrupción. A la conmoción social que derrocó a Gutierrez se conoce como la rebelión de los forajidos. A Gutierrez lo reemplazó su vicepresidente Alfredo Palacio, que gobernó hasta que fue sucedido por Rafael Correa, que asumió el cargo en 2007.
En octubre de 2019 hubo un levantamiento indígena liderado por la Conaie en oposición a la decisión del expresidente Lenín Moreno de que el gobierno dejara de subsidiar los combustibles. La protesta duró 11 días y por primera vez alcanzó niveles de violencia nunca antes vistos. La Conaie habló de infiltrados. Para terminar con la medida de hecho, Moreno acudió a una mesa de diálogo con los líderes indígenas.
Tres años después, el 13 de junio de 2022, la Conaie impulsó el más reciente paro nacional que duró 18 días en el país. Durante las manifestaciones, hubo un intento de destituir al presidente Guillermo Lasso. El proceso iniciado por la bancada afín a Rafael Correa no obtuvo los votos necesarios para la destitución.
Aunque la versión gubernamental señala que detrás de los reclamos legítimos había una agenda de desestabilización, esto ha sido desmentido por la Conaie. En una entrevista con Infobae, el presidente Guillermo Lasso aseguró que “la acción en las calles coordinada entre el señor (Leonidas) Iza y el señor Correa buscaban la desestabilización del país”. Sin embargo, en conversación con Infobae, Leonidas Iza, presidente de la Conaie, calificó esa versión como una falacia y dijo que el gobierno pretende deslegitimar la lucha del movimiento indígena.
En ambos levantamientos, el de octubre de 2019 y el de junio de 2022, hubo muertos y centenares de heridos. (Infobae)
Nacionales
Cárcel del Encuentro concentra a 659 presos mientras Gobierno anuncia construcción de nuevo centro penitenciario
En una entrevista con RTS, el ministro del Interior, John Reimberg se refirió a la situación carcelaria en el país. El funcionario comentó que al momento 659 PPL, considerados de alto riesgo se encuentran en la cárcel del Encuentro, en la provincia de Santa Elena.
Reimberg admitió que el sistema carcelario enfrenta “problemas estructurales” sobretodo en la Penitenciaría del Litoral. “Tenemos un problema , sí, que lo estamos combatiendo también. No tenemos espacio adecuado para poderlo hacer dentro del sistema penitenciario, pero estamos trabajando para tomar las acciones pertinentes,”dijo.
Entre ellas, destacó la construcción de un nuevo centro penitenciario con capacidad para 15.120 personas, lo que equivaldría a casi el 50 % de la población carcelaria actual y permitiría reducir la presión sobre las cárceles existentes.
Sobre operaciones conjuntas en base aérea de Manta
Reimberg dio detalles sobre el despliegue temporal de personal militar estadounidense en la Base Aérea de Manta, como parte de una cooperación bilateral contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Según detalló, el uso de aeronaves, tecnología especializada y sistemas de vigilancia permitirá detectar rutas ilícitas y cortar los flujos económicos que sostienen a estas estructuras delictivas que salen o ingresan del Ecuador.
En ese contexto, informó que una de las redes criminales recientemente desarticuladas era responsable del envío de droga valorada en más de USD 100 millones hacia mercados europeos.
Resultado sobre operativos anti extorsión
Reimberg añadió que, en lo que va del año, más de 3.000 personas han sido detenidas por delitos de secuestro y extorsión, y resaltó el componente preventivo del trabajo policial, con más de 1,1 millones de contactos ciudadanos realizados a través de mecanismos de denuncia y códigos QR.
Finalmente, el titular de Interior respaldó las reformas al Código Orgánico Integral Penal (COIP) para que delitos graves como terrorismo, narcotráfico, sicariato, secuestro y extorsión no prescriban. A su criterio, estas medidas, sumadas a la reorganización carcelaria y a la futura ampliación de la infraestructura penitenciaria.
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Tres días de duelo nacional tras la muerte de Rodrigo Borja
El presidente de la República, Daniel Noboa Azín, decretó duelo nacional en todo el territorio ecuatoriano tras el fallecimiento del doctor Rodrigo Borja Cevallos, expresidente Constitucional del Ecuador.
Según lo dispuesto en el Decreto Ejecutivo No. 260, el duelo nacional se extenderá durante los días 19, 20 y 21 de diciembre de 2025. Durante este periodo, la Bandera Nacional permanecerá izada a media asta en todos los edificios públicos, tanto civiles como militares, como señal de luto oficial.
El decreto establece además que el exmandatario recibirá funeral de Estado. Para ello, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, el Ministerio de Defensa Nacional y el Ministerio del Interior deberán coordinar con la familia de Rodrigo Borja la organización de las exequias, conforme a lo estipulado en el Reglamento de Ceremonial Público.
En el documento oficial, el Gobierno destacó la trayectoria pública y académica del exmandatario, quien gobernó el país entre 1988 y 1992. Borja Cevallos fue reconocido por cultivar “elevadas virtudes cívicas” a lo largo de su vida, tanto en el ámbito público como privado.
Además de su paso por la Presidencia, Rodrigo Borja se desempeñó como maestro universitario y legislador, consolidando una extensa carrera política e intelectual que marcó una etapa de la historia democrática del país.
La declaratoria de duelo nacional se suma a las expresiones de pesar que han surgido desde distintos sectores políticos, académicos y ciudadanos, que reconocen el legado del exmandatario y su aporte al Ecuador.
El velorio
Luego de su muerte, el cuerpo del expresidente será velado en la Basílica del Voto Nacional, este viernes 19 de diciembre de 2025. El último deseo de Borja fue ser velado en esta iglesia de Quito.
El pronunciamiento del alcalde Pabel Muñoz
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, emitió un mensaje expresando sus condolencias por la partida de Rodrigo Borja «Despido con respeto y buen recuerdo al expresidente Rodrigo Borja Cevallos. He dispuesto duelo institucional e izar las banderas del Palacio Metropolitano a media asta por tres días», escribió.
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Teresa Feijó Jaramillo asume la presidencia de la AME Regional 7
En la ciudad de Machala se realizó la elección del Comité Regional 7 de la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas (AME), evento que tuvo lugar el jueves 18 de diciembre de 2025 en las instalaciones del Hotel Oro Verde, con la participación de 30 autoridades locales, entre alcaldes y delegados de las provincias de El Oro, Loja y Zamora Chinchipe.
La jornada fue presidida por Cristhian Aldáz, alcalde del cantón Quinsaloma y miembro del Comité Ejecutivo de la AME, quien actuó como delegado de la presidenta nacional de la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas, Yuri Colorado. Este proceso se desarrolló en el marco de los mecanismos democráticos internos de la institución, con el objetivo de conformar el nuevo Comité Regional encargado de fortalecer la articulación institucional y acompañar la gestión de los 39 municipios que integran la Regional 7 durante el periodo 2025–2027.
Luego del proceso de votación, Teresa Feijóo Jaramillo, alcaldesa del cantón Piñas, fue electa como presidenta de la AME Regional 7. El Comité Regional quedó conformado además por los siguientes vocales: Paúl Fernando Rodríguez, alcalde del cantón Paquisha (provincia de Zamora Chinchipe); Julio Bustamante, alcalde del cantón Célica (provincia de Loja); Diana Guayanay, alcaldesa del cantón Loja (provincia de Loja); y Exar Quezada, alcalde del cantón Atahualpa (provincia de El Oro).
Durante el encuentro, las autoridades municipales mantuvieron un espacio de diálogo orientado a analizar los principales retos comunes de la región sur del país, destacando la necesidad de consolidar una coordinación permanente que permita impulsar proyectos conjuntos en beneficio del desarrollo local y territorial de los cantones que integran las tres provincias.
En su intervención, la presidenta electa reafirmó su compromiso de liderar una gestión basada en principios democráticos, participativos y transparentes, orientados a fortalecer la institucionalidad municipal y promover acciones conjuntas en favor del desarrollo integral de los 39 municipios que conforman la Regional 7.
“Con mucha humildad y vocación de servicio asumimos esta responsabilidad. Agradezco la presencia mayoritaria de los compañeros alcaldes y alcaldesas, su respaldo unánime y la voluntad expresada para iniciar una nueva etapa de trabajo conjunto, orientada al fortalecimiento y desarrollo de nuestros territorios”, expresó Teresa Feijóo Jaramillo.
Al evento asistieron también María Luisa Cruz, asesora de la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas, y Dunia Bustamante, coordinadora de la AME Regional 7, quienes acompañaron el proceso electoral y destacaron la importancia de estos espacios para la consolidación del trabajo municipal a nivel regional.
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