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Cuatro indicadores que muestran lo pequeña y estancada que está la inversión privada en Ecuador

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Cuatro indicadores muestran que la inversión privada en Ecuador se ha mantenido insipiente en este 2024.

Inversión societaria que no alcanza los niveles de 2022 tras la fuerte caída de 2023.
Contratos de inversión a la baja.

Proyectos de Alianzas Público Privadas (APP) que comenzaron siendo 50 en 2021 a 2024 son solo ocho.

Inversión Extranjera Directa entre las más bajas de la región.

¿Por qué no despega la inversión privada?
A las puertas de las nuevas elecciones presidenciales previstas para febrero de 2025, la inversión de las empresas podría seguir estancada.

Lo anterior, debido a la incertidumbre que habrá entre los empresarios y dueños de negocios hasta que se conozca quién gobernará el país durante los próximos cuatro años y cuál será su plan de Gobierno, dice la exgerente del Banco Central de Ecuador (BCE), Verónica Artola.

Para el economista y académico Jorge Calderón, el estancamiento de la inversión privada también se debe en buena medida al escenario de inseguridad y violencia que vive el país.

Calderón dice que los dueños de muchos negocios ubicados en zonas que eran muy activas comercialmente han sido víctimas de extorsiones y otros han tenido que cerrar más temprano, por lo que ya desde 2023 las ventas están desacelerándose.

Y agrega: «¿Quién va a invertir si no sabe si podrá vender más para recuperar esa inversión?».

Este escenario de baja inversión privada —junto a otros problemas como la caída de la inversión pública— es uno de los factores por los que la economía entró en recesión en el primer semestre de 2024, según el informe publicado en julio de 2024 por el BCE.

Organismos como el Banco Mundial prevén que la economía de Ecuador apenas crecerá 0,7% en 2024, con lo que sería el país con menos crecimiento económico este año en la región latinoamericana.

José Xavier Orellana, socio de la firma ecuatoriana de estrategia y finanzas corporativas Ahead Partners, añade que no llegan inversiones a Ecuador porque el financiamiento resulta costoso a las empresas, tanto si se quieren endeudar en el país o si quieren traer dinero desde el exterior, por las altas tasas de interés.

Por eso, un inversionista necesitaría tener un alto monto de retorno sobre su inversión para que la operación valga la pena.

Y, en este contexto de poca estabilidad e inseguridad, el país no resulta atractivo, como por ejemplo, Chile, añade.

Así las cosas, hay al menos cuatro indicadores que muestran que las empresas tienen cada vez menos interés de invertir en este 2024 en Ecuador:

Las inversiones societarias no llegan al nivel de 2023
Según el último reporte del Ministerio de Producción, publicado el 31 de julio de 2024, las inversiones societarias alcanzaron los USD 243 millones en el primer trimestre del año.

La inversión societaria es la que proviene de la constitución y de la acción de asentar domicilios de nuevas compañías en Ecuador ante la Superintendencia de Compañías, así como también de los aportes de capital que hacen las compañías ya existentes para crecer.

Y aunque la cifra alcanzada en el primer trimestre de 2024 representa un incremento de USD 25 millones frente a lo reportado en igual período de 2023, las cifras están lejos de la inversión societaria de 2022.

En el primer trimestre de 2022 las inversiones societarias sumaron USD 372 millones; es decir, USD 129 millones más de lo que se ha invertido en 2024.

Y es que ya en 2023 el país comenzó a vivir un escenario de mayor incertidumbre política, por el juicio político en la Asamblea Nacional al entonces presidente Guillermo Lasso.

Ese intento terminó en la declaratoria de muerte cruzada y la salida anticipada de Lasso del poder.

De ahí que la inversión societaria pasó de USD 2.658 millones en 2022 a USD 2.351 millones en 2023.

«El escenario político en Ecuador pesa mucho. La única forma en que se materialicen más inversiones privadas es que un Gobierno logre dar seguridad jurídica a las empresas. Pero ahora, con un Gobierno de transición, dudo que se reactive la inversión», dice Artola.

Los contratos de inversión, a la baja
Otro indicador que demuestra que las empresas han puesto freno a la inversión es la cifra de nuevos contratos firmados con el Estado.

En el primer trimestre de 2024, en Ecuador se firmaron contratos de inversión por USD 190 millones; esto es, USD 2 millones menos que en igual período de 2023 y USD 230 millones menos frente al monto de contratos de inversión firmados en el primer trimestre de 2022.

El contrato de inversión es una herramienta que brinda seguridad jurídica a las empresas que realizan una nueva inversión en el Ecuador.

Se trata de un documento que se establece mediante escritura pública, con el que el Estado da a la empresa certeza de que las reglas, normas e impuestos que tienen al momento de suscribirse no cambiarán. También garantiza acceso a arbitrajes internacionales.

Además, firmar contratos de inversión permite a las empresas acceder a incentivos tributarios como:

Reducción de 5 puntos a la tarifa de Impuesto a la Renta.
Exoneración de tributos al comercio exterior en la importación de materias primas y bienes de capital para la ejecución del proyecto de inversión.
Exoneración del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) para importar materias primas y bienes de capital para la ejecución de la inversión.
De los contratos de inversión firmados en el primer trimestre del año, la mayor parte, esto es 78 contratos, corresponden a empresas del sector de la agricultura.

Le siguen los 54 contratos firmados por empresas del sector de la construcción y de actividades inmobiliarias.

Artola explica que los contratos de inversión son solo compromisos de las empresas y por lo tanto, no representan una inversión concreta en la práctica.

De ahí que el simple hecho de que haya menos contratos de inversión demuestra que las empresas ni si quiera están tomando el riesgo de hacer compromisos por el momento.

Las Alianzas Público Privadas
En 2021, el entonces presidente Guillermo Lasso llegó al poder con un ambicioso portafolio de proyectos que, se esperaba, se lleven a cabo bajo la modalidad de Alianzas Público Privadas (APP).

En ese momento, el Gobierno de Lasso presentó un grupo de 50 proyectos de inversión en esta modalidad, por USD 29.000 millones. Había proyectos viales, portuarios, del sector eléctrico, minero e incluso proyectos ferroviarios.

Pero, de ese grupo, apenas quedan en portafolio ocho proyectos en lo que va de 2024, por USD 3.683 millones, según datos del Registro Nacional de APP. Siete son viales y uno es un puerto:

Baja Inversión Extranjera Directa
Un reciente informe presentado el 9 de julio de 2024 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), muestra que Ecuador está en el puesto 16 entre 28 países de la región en el índice de Inversión Extranjera Directa (IED) recibida entre 2022 y 2023.

Los vecinos, Colombia y Perú están por encima de Ecuador, en los puestos cinco y nueve respectivamente.

En el primer trimestre de 2024, la IED fue de USD 78 millones, con lo que mostró una recuperación frente a lo reportado en igual período de 2023, que fueron apenas USD 30 millones, según datos del BCE.

Sin embargo, la cifra está todavía muy por debajo de la IED del primer trimestre de 2022, cuando llegaron al país USD 137 millones. Fuente: Primicias

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TCE admite denuncia en contra de Luisa González por el manejo de las cuentas de campaña de 2023

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Un juez del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) admitió a trámite una denuncia presentada por la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE)Diana Atamaint, en contra de la excandidata presidencial Luisa González y miembros del movimiento correísta Revolución Ciudadana (RC) por el manejo de las cuentas de campaña de las elecciones anticipadas de 2023.

Además de González, en su calidad de representante legal de la RC, la denuncia incluye a Karina Zambrano, responsable del manejo económico del partido; Francisco Hidalgo, jefe de campaña; y a los candidatos principales y suplentes a asambleístas nacionales que se presentaron en esos comicios, entre los que está Pierina Correa, hermana del expresidente Rafael Correa (2007-2017).

Atamaint los denuncia por el cometimiento de una presunta infracción estipulada en el artículo 281 de la ley electoral, que señala que las organizaciones políticas que no presenten los informes con las cuentas, el monto de los aportes recibidos, la naturaleza de los mismos, su origen, el listado de contribuyentes, su identificación plena y respaldos de ingresos y egresos recibirán una sanción que va desde una multa económica a la suspensión de los derechos políticos de dos a cuatro años.

A finales de octubre, el expresidente Correa ya había alertado de que el CNE los había denunciado ante el TCE con el supuesto objetivo de sancionarlos y eliminarlos como partido.

Sin embargo, Atamaint señaló en ese entonces que se trataba de un procedimiento que se realiza a todas las organizaciones que tienen inconsistencias en sus cuentas de campaña.

La excandidata del correísmo tacha de persecución política

Luisa González aseguró este sábado en su cuenta de X que el movimiento ha tenido que «enfrentar las miserias de un CNE entregado al Gobierno y dedicado a perseguir a todos los oponentes políticos».

El pasado miércoles otro juez admitió a trámite una primera denuncia interpuesta por Atamaint en contra de González y de Andrés Araúz, candidato a vicepresidente en esas mismas elecciones anticipadas de 2023, en las que ganó el actual presidente, Daniel Noboa.

Esa denuncia es por el manejo de las cuentas de campaña del binomio presidencial, aunque el juez no definió aún la fecha de la audiencia. Fuente: Vistazo

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Comuneros del Sur, la nueva disidencia guerrillera que avanza hacia Ecuador y complica más la frontera norte

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La alarma se encendió en la semana del 17 de noviembre de 2025. En esos días circularon imágenes en redes sociales que mostraban a hombres armados con fusiles de largo alcance, equipos de combate y comunicación caminando por las calles de la parroquia Goaltal, cantón Espejo, provincia de Carchi.

En su indumentaria eran visibles distintivos que pertenecerían a los Comuneros del Sur. Aunque, inicialmente, no hubo un pronunciamiento público de las Fuerzas Armadas, Policía o autoridades gubernamentales de Ecuador, la respuesta se concretó días después a través de una operación espejo y coordinada con el Ejército de Colombia.

El operativo conjunto culminó en un combate de dos horas en territorio colombiano, específicamente en el municipio de Cumbal, Nariño; a pocos kilómetros del límite fronterizo. Como resultado, mandos del Ejército de Colombia confirmaron la muerte de dos guerrilleros del Frente Comuneros del Sur en la vereda Tiuquer.

La operación militar mostró más resultados, el 28 de noviembre de 2025. El Ministerio de Defensa de Ecuador informó del desmantelamiento de dos campamentos en el cantón Espejo. Estos sitios fueron identificados como “centros de abastecimiento logístico” del los Comuneros del Sur.

En el lugar, soldados ecuatorianos incautaron 2.360 municiones, uniformes “tipo guerrillero” y neutralizaron un artefacto explosivo tipo trampa. Según la cartera de Estado, esta operación generó una afectación de USD 120.000 a la disidencia, debilitando “significativamente su capacidad operativa y de sostenimiento”.

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Esta es la primera vez que se evidencia la presencia de este grupo guerrillero en el lado ecuatoriano de la frontera. Esto luego de la decisión del presidente Daniel Noboa, tomada en mayo de 2025, de catalogar como grupos armados organizados al Frente Comuneros del Sur, el Frente Oliver Sinisterra y a los Comandos de la Frontera.

Una nueva disidencia al panorama
El Frente Comuneros del Sur es una facción disidente del Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo guerrillero de origen de izquierda que experimentó una considerable expansión en Colombia —en los territorios cercanos a Ecuador— tras la desmovilización de las FARC, en 2016.

Según reportes de medios colombianos, la disidencia surgió de las divisiones internas relacionadas con el proceso de paz en Colombia y la economía del narcotráfico. El ELN mantiene una considerable presencia en los departamentos colombianos de Putumayo, Nariño y Cauca, con el Frente de Guerra Suroccidental que agrupa a unos diez frentes y cuenta con aproximadamente 520 combatientes.

El Frente Comuneros del Sur, bajo el liderazgo de alias ‘HH’, opera principalmente en las zonas rurales de Tumaco y Barbacoas, Nariño (fronterizo con Ecuador). Las autoridades colombianas señalan que este frente está involucrado en el narcotráfico, encargado de transportar la coca producida localmente, proteger los laboratorios y cobrar un «impuesto al gramaje» por cada kilo de coca procesado por otros grupos.

Según el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de la ONU, en 2022 se detectaron 59.746 hectáreas de cultivos de coca solo en Nariño. Además, informes de inteligencia de la Policía y de las  Fuerzas Armadas de Ecuador indican que el Frente Comuneros del Sur también está involucrado en la minería ilegal y el cobro de extorsiones en áreas de Carchi y Esmeraldas.

Este grupo se distanció de la cúpula central del ELN (Comando Central o COCE) por su voluntad de adherirse a los diálogos regionales de paz impulsados por el gobierno de Gustavo Petro. El 12 de marzo de 2024, el frente expresó públicamente su «voluntad, compromiso y participación de paz desde los territorios», en Nariño.

La presencia de la disidencia Comuneros del Sur en Ecuador, según datos militares ecuatorianos, se enmarca en la expansión del ELN que se ha apalancado por ingresos del narcotráfico, la minería ilegal, secuestros y extorsiones.

Los informes indican que el Frente Comuneros del Sur usan Carchi y Esmeraldas como sitios de descanso, refugio y corredores logísticos para abastecimiento de armas, explosivos, combustibles y víveres. Adicionalmente, hay registros de reclutamiento forzado de jóvenes de 17 a 20 años para enviarlos a centros de adiestramiento en Colombia.

Un acto más en la conflictiva frontera norte
La presencia de los Comuneros del Sur en Ecuador forma parte de una realidad más amplia y complicado. En los últimos años, según los informes anuales de la Unodc, el país ha dejado de ser un simple corredor logístico de la cocaína para convertirse en un campo de operaciones para grupos criminales transnacionales.

Incluso, en octubre de 2024, el presidente Daniel Noboa reportó la existencia de 2.000 hectáreas de cultivos de coca en la frontera norte ecuatoriana, una cifra sin precedentes basada en un Informe Geoespacial de Cultivos Ilícitos entregado por el Gobierno de Estados Unidos a Ecuador. Aunque, finalmente, ni hubo ninguna confirmación oficial de esa cantidad de hectáreas supuestamente sembradas.

Ese mismo documento identificó a 11 bandas criminales que operan en la frontera, seis ecuatorianas y cinco colombianas. Del lado ecuatoriano, el documento señala la operación de Los Lobos en Carchi, Sucumbíos y Esmeraldas. En Esmeraldas, también se identifican a Choneros, Águilas, Patones, Tiguerones y Gángsters.

Del lado colombiano, se ha identificado la operación de disidencias de las FARC como el Frente Alonso Cano y el Frente Urías Rondón en Esmeraldas; el ELN (del cual se escindieron los Comuneros del Sur) y el Frente Alonso Cano en Carchi; y los Comandos de la Frontera y el Frente Carolina Ramírez en Sucumbíos. A los que se sumarían los Comuneros del Sur.

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Los grupos colombianos que operan en esta frontera son residuales de guerrillas, y han mutado hacia el narcotráfico como principal fuente de financiamiento. Estos grupos han generado alianzas con cárteles mexicanos y con bandas ecuatorianas, que brindan servicios logísticos esenciales como el transporte y el almacenamiento de droga. Fuente: Primicias

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Las candidaturas y el control de la Revolución Ciudadana aumentan la división entre los correístas

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Después de las fiestas de diciembre, la Revolución Ciudadana (RC) entrará en un año decisivo para su futuro en la vida política: debe elegir a su nuevo presidente nacional. Esto después del fracaso de la doble candidatura de Luis González, quien además ha estado a la cabeza de la agrupación.

Y aunque casa adentro lo nieguen, el malestar de varios cuadros al interior de la agrupación, debido al manejo del movimiento por parte de ciertos líderes, es cada vez más público y notorio. Y el principal grupo que enfrenta esa discordia es el de las autoridades locales electas por la lista 5.

Una primera evidencia salió a la luz con la carta que le enviaron al expresidente cuatro prefectos y un alcalde, para solicitar un espacio de diálogo. Después de que Correa y González iniciaran una campaña para descalificar los resultados electorales de 2025 bajo la sombra de un fraude que nunca lograron probar.

Ese distanciamiento había sido evidente desde mucho antes, pero solo en ese momento se confirmó que las cinco figuras consideraban que la RC vive una desconexión de los problemas profundos del país y que ponían en duda la dirección de González.

Como es usual, esto desencadenó la indignación de Correa, que puso como tarima para la discusión a las redes sociales. Desde entonces las cosas no han mejorado. Y estos perfiles de la Revolución han optado por mantener su rumbo individual, sin atreverse tampoco a optar por una desafiliación.

Y el problema es que ambos dependen mutuamente del otro. La mayoría de perfiles de la lista 5 no conseguirían mantener sus puestos sin el membrete correísta y Correa, sin sus candidatos con más experiencia, no podría ocupar espacios de poder en las siguientes elecciones.

Sin embargo, al exmandatario parece no importarle incrementar esa brecha entre sus representantes locales. Correa no ha tardado en lanzar críticas públicas en ningún caso y los demás también mantienen la tradición de exponer sus diferencias:

«Me opondré a cualquier candidato tibio», dijo Correa tras el anuncio de Pabel Muñoz de buscar la reelección de la alcaldía de Quito.
«Si esto se acepta, soy yo el que estoy de más», amenazó Correa tras la reunión entre Marcela Aguiñaga y Lourdes Tibán y le quitó el respaldo para la reelección a la Prefectura de Guayas.

Luisa González dijo públicamente que «muchas autoridades no deberían repetir como candidatos», refiriéndose a Aguiñaga y Aquiles Alvarez.
Mientras que Alvarez le pidió a la excandidata presidencial que se tranquilice.

Aguiñaga fustigó a González diciéndole que «quisiera que vivas lo que significa ganar una seccional».
Estas escenas en la tarima digital refuerzan la tradición del correísmo de no resolver sus pugnas a lo interno y ratifican que el debate dentro de la organización no existe, corroborando lo que han dicho quienes abandonan el movimiento o son declarados traidores.

Y justamente eso es lo que estará en juego en la elección del próximo presidente nacional de la agrupación, en la convención que se realizará en enero, para nombrar al sucesor de González y acordar el futuro del movimiento.

Sin embargo, pese a que la Revolución Ciudadana tiene como ventaja contar con más perfiles que todos los demás partidos políticos, el único nombre que se ha anunciado ha sido el de Felipe Vega de la Cuadra, considerado un leal aliado de Rafael Correa, pero que no ha estado públicamente en las filas del movimiento desde hace mucho tiempo.

Esto refleja otro problema, que pese a captar cuadros jóvenes y evidenciar en las elecciones nacionales los cambios que exige el electorado, el correísmo sigue atorado en la fidelidad a su máximo líder y no en la renovación de propuestas y estrategias.

Pero quien sea que encabece el próximo buró del movimiento deberá enfrentarse al reto de canalizar la selección de miles de candidatos para las elecciones locales de 2027. Esos resultados definirán la supervivencia de la que fue la mayor fuerza política del país hasta 2017, que podría recuperar espacios o desaparecer del mapa electoral.

Un contexto que no cambia
El correísmo enfrenta su peor momento desde su renacimiento, en agosto de 2021, cuando se apropió de la lista 5, antes inscrita como Fuerza Compromiso Social. Ese movimiento les ha permitido participar bajo una bandera propia en las elecciones seccionales de febrero 2023, las extraordinarias de agosto de 2023, y las presidenciales de 2025.

Sin embargo, su popularidad electoral ha ido disminuyendo, especialmente con los constantes escándalos de corrupción que rodean a sus principales figuras y a muchos de sus antiguos cuadros y aliados, con los que compartieron el poder entre 2007 y 2017.

Pero, pese a ello, la tendencia política mantiene todavía una base electoral representativa, especialmente en comparación a la mayoría de agrupaciones políticas nacionales que agonizan en su intento de sobrevivir a los ciclos electorales. Y esto le ha permitido mantener espacios en la Asamblea Nacional y en los gobiernos locales.

Por ejemplo, en 2023 lograron quedarse con las alcaldías de Quito, Guayaquil, Santo Domingo y Esmeraldas y las prefecturas de Pichincha, Guayas, Manabí, Azuay, Imbabura, Sucumbíos. A esto sumaron después 67 curules legislativas en 2025.

No obstante, toda esa representación política ha ido diluyéndose. Y el factor común en la mayoría de disputas internas son los choques con su presidente vitalicio y líder histórico, Rafael Correa. Con el que varios miembros de la Revolución han preferido mantener distancia.

Más allá de que la bancada correísta ha ido perdiendo miembros y hay lealtades cuestionadas, el exmandatario ha mantenido una férrea defensa de la que escogió como su heredera, pese al fracaso que tuvo en la dirección de la Revolución Ciudadana.

Y gran parte de los resultados electorales negativos, en las últimas dos presidenciales, se debió justamente a que Luisa González mantuvo las mismas líneas de Correa, sin emitir ni un solo criterio que difiriese del suyo. Lo que la llevó a sostener, por ejemplo, el reconocimiento del vilipendiado Nicolás Maduro.

En eso también ha contribuido el mismo expresidente, con cada estallido en redes sociales, que ponía en apuros a los militantes de la lista 5 que permanecen en Ecuador y que ocupan espacios de poder. La magnitud de ese problema fue corroborada con la difusión de los chats del caso «ligados», donde algunos jóvenes perfiles de la Revolución pedían que alguien le quite el teléfono a su líder. Fuente: Primicias

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