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Gorky Bravo. La gestión cultural y su participación política

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Por: Claudio Carmelo Torres

El entramado en torno  a la reciente decisión del activista cultural yantzacense Gorky Bravo de renunciar por presiones a su candidatura a la viceprefectura de la provincia de Zamora Chinchipe como binomio de la candidata Karla Reátegui, sin duda ha puesto sobre el tapete de la discusión una de las frases acuñadas por el premio nacional Eugenio Espejo (2015) Fernando Tinajero, quien  manifiesta que “no cree en el idilio entre el poder político y el ejercicio cultural, pues estas dos se han visto mutuamente con recelo”. Sin duda Tinajero se refiere al poder político desde el estado; sin embargo esta afirmación parece darse también en niveles  pequeños como lo local.

Por definición, la gestión cultural, el ejercicio cultural es contestatario, es contracorriente por naturaleza, porque la cultura ayuda a develar lo más recóndito que está enclavado en un grupo social en una comunidad, donde los ojos del político demagogo no pueden ver; de ahí que la relación entre el estado o el “poder” y los gestores culturales no siempre han estado en un romance de ideas como  dice Tinajeros.

Como lo ha expresado Gorky a través de los medios de comunicación, si bien en anteriores ocasiones -como muchos- ha participado como adherente y en alguna contienda política, quizá no porque le interesaba ganar un puesto, sino por un ideal de desarrollo cultural en beneficio de la provincia; pero era obvio que a un personaje con esos méritos, con un prontuario político limpio en lo que a partidismo se refiere,  sumado a su reconocida trayectoria ganada a pulso, tanto que hasta la asambleísta de nuestra provincia del mismo movimiento Pachakutik, Isabel Enrríquez le entregó el reconocimiento de la Asamblea Nacional a su trayectoria de trabajo, todo esto sumado  a otros elementos, hicieron que se fijaran en él como un perfil ideal para refrescar la presentación de la candidatura a la prefectura por la alianza Unidad Popular y Pachakutic y “le fueran a buscar a su casa”.

Quizá Gorky Bravo no contempló que el Movimiento que lo invitaba a participar, desde hace más de una década ha entrado en este tipo de contradicciones por la mala gestión y hasta mala fe de quienes lo dirigen en el país y en la provincia.  El Movimiento  Pachakutic es un movimiento en declive, tan solo basta mencionar la actuación de sus asambleístas en el poder legislativo, las negociaciones por debajo de algunos de sus dirigentes, como el encuentro del expresidente del bloque de asambleístas,  Rafael Lucero   con su tocayo Correa en México. Sí, con el mismo que les descalificó de “adefesiosos”, “ponchos dorados”, “soberbios”, “engreídos” “indeseables” y hasta de forma discriminatoria les dijo que “si ven pasar a una indígena  a su casa, será como empleada doméstica a lo sumo”. Estas y otras  prácticas, como la obstrucción para el surgimiento de nuevos líderes, la manipulación y el manoseo político de su máximo dirigente en la provincia que más que dirigente parece el illuminati;  son las que  desdicen el ejercicio de la democracia interna de estas organizaciones políticas y ha propiciado que este movimiento político vaya en desenfrenada escisión.

Podremos cambiar leyes, códigos, reglamentos, pero eso no va a cambiar la realidad  si es que los ciudadanos seguimos dando espacio a esta clase de dirigentes en las diferentes organizaciones políticas. La gente de las bases del  movimiento pachakutic en nuestra provincia es gente de bien, los conocemos y nos reconocemos en cada rincón de la provincia y en las calles por donde transitamos diariamente; son sus dirigentes  los que están ofuscados por la avaricia del poder, aupando a las bases y sembrando ideologías retrógradas separatistas. Nos hablan de inclusión, pero no son incluyentes, es más; están equivocados porque la inclusión no es interculturalidad ni incorporar gente de los pueblos indígenas en la plantilla de instituciones públicas, porque ellos de por sí, tienen ese derecho.

En un reciente encuentro  casual  con Gorky a propósito de un evento en la Casa de la Cultura –donde pocas veces se ve autoridades- me había manifestado justamente que estaba recibiendo presiones para que renuncie a su candidatura pero que no lo iba hacer, a lo que le había manifestado mi total apoyo a esa decisión porque creo en él como persona, como yantzacense y en el buen papel que desempeñaría en caso de salir favorecido con el voto popular; sin embargo, y a decir del propio ex candidato, las presiones por parte de la candidata a prefecta llegaron a mayores que yo las calificaría ya  como humillaciones,  vejámenes y que a la postre sería lo que hoy  conocemos como violencia política. “Por sus frutos los reconoceréis” (Mateo 7:16),  no sea cosa que como dice un adagio popular: “por querer pegar el salto, caiga en el charco”.

En el ejercicio político existen normas consustanciales. El poder por definición centraliza, disciplina, somete y hasta subyuga de ahí que muchas autoridades cuando llegan a ejercer el poder nunca más se los ve por las calles caminando o por mercado e inclusive les es difícil hasta contestar una llamada telefónica; es quizá por ello que el poder no se lleva con la cultura, pero lo que no debemos olvidar es que como  lo dijo Benjamín Carrión, la cultura siempre ha sido y es ligada al quehacer político. Por su parte Harrison, complementa y dice algo muy cierto: “La historia nos enseña que los remedios más exitosos contra la pobreza vienen de adentro”; entonces hoy más que nunca, la presencia de gestores culturales, de activistas orgánicos que piensen en la cultura, en la política y en la democracia, es imprescindible ya que al parecer “nos hemos internado en un período de recesión democrática”. Larry Diamond.

Noticias Zamora

Autonomía intelectual: el desafío de pensar por uno mismo

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Introducción

En una época donde la información abunda pero el pensamiento escasea, la verdadera libertad ya no se mide por fronteras políticas, sino por la capacidad de pensar por cuenta propia. Vivimos rodeados de opiniones, ideologías y verdades prefabricadas que buscan guiarnos o distraernos, y pocas veces nos detenemos a preguntarnos si lo que creemos realmente nos pertenece. La autonomía intelectual surge, entonces, como uno de los mayores desafíos del ser humano contemporáneo: atreverse a pensar sin depender del pensamiento ajeno.

Desde los tiempos de Kant y Nietzsche, la filosofía ha advertido sobre esta tensión entre obedecer y pensar, entre seguir el rebaño o abrir un camino propio. Kant llamó a esa valentía sapere aude (“atrévete a saber”), mientras que Nietzsche celebró a los “espíritus libres” que crean sus propios valores y rompen con las verdades impuestas. Ambos coincidieron en una misma idea: la libertad comienza en la mente.

Desarrollar una mente autónoma no es un acto instantáneo, sino un proceso de maduración que exige duda, reflexión y coraje. Implica aprender a razonar, cuestionar y decidir con fundamento, sin caer en la dependencia de autoridades, costumbres o modas intelectuales. En otras palabras, la autonomía intelectual no consiste en pensar diferente por rebeldía, sino en pensar con criterio y conciencia.

Este artículo explora el significado, los fundamentos y los caminos hacia la autonomía intelectual. A través de la filosofía, la historia y la psicología del desarrollo, busca mostrar que la independencia más profunda no se conquista con armas, sino con ideas. Pensar por uno mismo, en un mundo que invita a repetir, es quizá el acto más revolucionario de nuestro tiempo. 

Autonomía y Heteronomía: ¿qué decides?

Según Friedrich Nietzsche, el mundo puede dividirse en dos tipos fundamentales de personas: aquellas que siguen sus propios deseos y valores, y aquellas que viven siguiendo los deseos, las normas o las ideas impuestas por los demás.

Las primeras representan al individuo autónomo, fuerte y creador, capaz de afirmar su propia voluntad y construir su propio camino sin dejarse dominar por las presiones externas. Son los que Nietzsche llamaría los “espíritus libres”, que trascienden la moral convencional y se atreven a pensar y actuar por sí mismos.

Las segundas, en cambio, son los individuos heterónomos, débiles y conformistas, que se limitan a aceptar lo que la sociedad dicta, sin cuestionar. Estas personas viven bajo lo que Nietzsche denomina la “moral del rebaño”, una moral que exalta la obediencia, la mediocridad y el miedo al cambio.

Nietzsche critica precisamente esa tendencia humana a someterse a la presión social y a aceptar las ideas de la mayoría sin reflexionar. Ejemplos históricos (como el fanatismo colectivo que permitió el ascenso del nazismo en Alemania, muestran cómo las masas pueden ser fácilmente manipuladas cuando renuncian a su pensamiento crítico).

Como decía Immanuel Kant, con cierta amargura, “el ser humano es el único animal que necesita un amo” para vivir, lo que evidencia la dificultad de alcanzar una verdadera libertad interior. Nietzsche toma esta observación y la lleva más lejos: considera que la debilidad del ser humano se manifiesta precisamente cuando cede ante la comodidad del conformismo y renuncia a su propia voluntad de poder.

En resumen, para Nietzsche la lucha más importante no es contra los demás, sino contra nuestra propia tendencia a obedecer. Solo cuando el individuo se atreve a crear sus propios valores y a vivir según su auténtico deseo, puede decirse que es verdaderamente libre y fuerte.

Autónomo (a): es quien actúa por decisión propia, guiada por sus principios, su razón o sus valores, y no por la influencia o mandato de otros. Es capaz de pensar críticamente y asumir la responsabilidad de sus actos. Una persona autónoma decide, piensa y actúa por sí misma, sin dejarse dominar por modas, grupos o autoridades externas.

Heterónomo (a): actúa bajo la influencia o control de otros. No toma decisiones propias, sino que se deja guiar por normas, costumbres o mandatos externos (ya sean sociales, religiosos, políticos o familiares). El heterónomo representa al individuo débil y sumiso, que vive siguiendo la “moral del rebaño”. No se atreve a crear su propio camino y acepta lo que dicta la mayoría. Una persona heterónoma se deja arrastrar por la opinión pública, las modas o las expectativas de los demás, sin cuestionarlas.

De la independencia política a la independencia del pensamiento

El 9 de octubre de 1820 se gestó la independencia de Guayaquil, un suceso que marcó el inicio del proceso libertario en lo que hoy es Ecuador. Aquellos hombres y mujeres decidieron romper los lazos coloniales que los ataban al Imperio español y asumieron el riesgo de construir su propio destino. No fue una tarea sencilla: la independencia exigió valentía, conciencia y, sobre todo, la voluntad de pensar más allá de los límites impuestos por la autoridad extranjera.

Hoy, más de dos siglos después, el espíritu de aquella gesta sigue teniendo vigencia, aunque bajo nuevas formas de dependencia. Ya no estamos bajo el yugo político de una corona, pero muchas veces seguimos cautivos de la heteronomía, de la ignorancia, de la manipulación informativa y de la falta de pensamiento crítico. La libertad que necesitamos conquistar en este siglo XXI no es territorial, sino intelectual.

Así como los patriotas del 9 de octubre empuñaron las armas para alcanzar la soberanía, nosotros debemos empuñar las armas del conocimiento, la educación y la investigación para liberarnos de la desinformación, la apatía y la dependencia mental. La verdadera independencia se logra cuando aprendemos a pensar por nosotros mismos, a cuestionar lo que se nos dice y a fundamentar nuestras decisiones en datos, razones y evidencias, no en rumores o ideologías impuestas.

Guayaquil buscó su autonomía política; hoy nosotros debemos buscar nuestra autonomía intelectual. Solo entonces podremos decir que hemos heredado verdaderamente el legado de aquellos libertadores: no repetir su lucha, sino continuarla en el terreno de las ideas, conquistando la libertad más profunda y duradera: la libertad del pensamiento. 

Cultivar la mente: el camino seguro hacia la autonomía intelectual 

Desarrollar la autonomía intelectual es un proceso gradual que exige reflexión, disciplina y curiosidad. No consiste en acumular información, sino en aprender a pensar con criterio propio, evaluar las ideas y construir conocimiento desde la duda y la razón. La independencia mental nace del ejercicio constante de la crítica y del diálogo con el mundo.

Estrategias para una mente autónoma: Algunas prácticas fundamentales para fortalecer el pensamiento libre son:

  • Autoevaluarse: cuestionar nuestras propias creencias y reconocer sus fundamentos.
  • Investigar de forma independiente: contrastar fuentes y buscar distintas perspectivas.
  • Debatir con respeto: argumentar y aprender del desacuerdo.
  • Leer con análisis: interpretar, comparar y reflexionar sobre lo leído.
  • Pensar sobre el propio pensamiento (metacognición): entender cómo aprendemos y mejoramos.
  • Rodearse de entornos que estimulen la curiosidad y la crítica.

Una educación verdaderamente formadora consiste en enseñar a los hombres no lo que deben pensar, sino a pensar

El rol de la educación y la lectura

Entre las materias que más contribuyen al desarrollo del pensamiento autónomo tenemos: Filosofía, Lengua y Literatura, Historia, Ciencias y Arte, son las que despiertan la reflexión, la creatividad y el razonamiento lógico. Sin embargo, su impacto depende del método de enseñanza, del entorno familiar y de la motivación del estudiante.

Entre todos los hábitos intelectuales, la lectura ocupa un lugar central. Leer es un acto de libertad: amplía horizontes, despierta la imaginación y debilita la ignorancia. En Ecuador se lee, en promedio, un libro al año, mientras que en países más lectores como Canadá o Francia se leen alrededor de diecisiete. Si aspiramos a una sociedad más crítica, debemos leer más, pensar más y repetir menos.

Aprender a volar con la cuerda

Como la cometa que se estrella al romper su hilo, muchos jóvenes confunden la libertad con la ausencia de límites. La verdadera libertad no consiste en desprenderse de toda guía, sino en aprender a volar con dirección y propósito. La educación es esa cuerda que sostiene, orienta y permite alcanzar alturas mayores.

Por eso, el papel de los padres y educadores no es imponer, sino acompañar el vuelo del pensamiento, guiando a los jóvenes desde la heteronomía hacia la autonomía, desde el seguir ciegamente hacia el comprender libremente.

Desarrollar la autonomía intelectual es, en definitiva, continuar la obra inconclusa de la libertad humana. No basta con ser libres políticamente si seguimos siendo esclavos mentalmente. Pensar por uno mismo es el acto más revolucionario de nuestro tiempo.

Cómo aporta el pensamiento crítico a la autonomía intelectual

En una conferencia sobre la importancia del pensamiento crítico, un estudiante le preguntó a su maestro Russell: “¿Por qué insiste tanto en cuestionarlo todo?” Russell tomó una taza vacía que estaba en la mesa, la levantó y le dijo: “¿Me creerías si te digo que esta taza está llena de agua?” El estudiante dudó un momento y respondió: “No, necesitaría pruebas de que realmente hay algo en esa taza.” Russell dijo: “Eso es exactamente la base del pensamiento crítico: no aceptar afirmaciones sin pruebas suficientes; de lo contrario, corremos el riesgo de llenar nuestra mente de tazas vacías.” Otro estudiante preguntó: “¿Y qué debemos hacer cuando algo no puede ser probado?” Russell respondió: “Si no hay pruebas, lo más sensato es suspender el juicio. Es mejor aceptar nuestra ignorancia que llenarla con falsas certezas. La duda, aunque incómoda, es mucho más valiosa que una creencia sin fundamento. No se deje llenar el corazón de odios infundados ni la cabeza de falsedades; active el pensamiento crítico.”

El pensamiento crítico es fundamental para la autonomía intelectual porque dota a las personas de las habilidades necesarias para examinar la validez de las ideas, evaluar fuentes de información y formular juicios propios basados en la razón y la evidencia. Sin esta capacidad, el pensamiento individual se vuelve dependiente de la opinión ajena, de la autoridad o de la costumbre. La autonomía intelectual, por tanto, no significa pensar diferente por rebeldía, sino pensar por cuenta propia con fundamento.

Además, el pensamiento crítico promueve la responsabilidad intelectual: obliga a reconocer los límites del propio conocimiento, a revisar las propias creencias y a corregir errores cuando la evidencia lo exige. Esta disposición a la autocrítica fortalece la independencia mental, pues impide que la persona se aferre dogmáticamente a ideas solo por conveniencia o tradición. Una mente crítica no es aquella que lo rechaza todo, sino la que sabe discernir entre lo verdadero, lo probable y lo falso.

Por otro lado, en una sociedad saturada de información y opiniones, el pensamiento crítico se convierte en una herramienta de liberación cognitiva. Permite filtrar los mensajes manipuladores, distinguir los hechos de las interpretaciones y reconocer los intereses ocultos detrás de ciertos discursos. Así, quien piensa críticamente no se deja llevar por la presión social ni por las emociones colectivas, sino que actúa desde su criterio propio, construyendo una voz auténtica dentro del diálogo social.

En síntesis, el pensamiento crítico es la base de la autonomía intelectual porque enseña a pensar con libertad, pero también con responsabilidad. Una mente autónoma no es la que sabe más, sino la que sabe pensar mejor: aquella que duda con inteligencia, razona con rigor y decide con conciencia.

La Edad de la Independencia Mental 

Diversos estudios en psicología cognitiva, educación y neurociencia del desarrollo coinciden en que la autonomía intelectual es una capacidad que no todas las personas alcanzan plenamente. Se estima que solo entre el 20% y el 30% de los adultos logran desarrollar un pensamiento verdaderamente autónomo, caracterizado por la habilidad de cuestionar las ideas recibidas, evaluar críticamente la información y formar juicios propios fundamentados. El resto de la población tiende a apoyarse en la autoridad de figuras externas (como expertos, instituciones, medios o tradiciones) al momento de decidir qué creer o cómo interpretar el mundo.

Esta diferencia no necesariamente refleja una falta de inteligencia, sino más bien el grado de madurez intelectual y emocional alcanzado. La autonomía intelectual requiere no solo habilidades cognitivas avanzadas, sino también seguridad personal, autoconfianza y apertura mental para tolerar la incertidumbre y revisar las propias creencias. Por ello, suele verse influida por factores como la educación recibida, el entorno cultural, las oportunidades de debate y reflexión, y el acceso a información diversa.

En cuanto a la edad, la autonomía intelectual comienza a manifestarse durante la adolescencia media (aproximadamente entre los 13 y 17 años), cuando el desarrollo del pensamiento abstracto permite reflexionar sobre valores, normas y puntos de vista distintos. Sin embargo, este proceso no se consolida de inmediato. Estudios en neurociencia han mostrado que la corteza prefrontal, responsable de la toma de decisiones complejas y del juicio crítico, sigue madurando hasta los 25 o incluso 30 años. Por ello, se considera que la edad de desarrollo pleno de la autonomía intelectual suele ubicarse entre los 25 y 30 años, momento en el que la persona alcanza un equilibrio entre pensamiento lógico, experiencia vital y estabilidad emocional.

Cabe destacar que este desarrollo no ocurre de manera automática. Las personas que no son estimuladas intelectualmente por ejemplo, a través del diálogo, la lectura crítica o la exposición a diferentes perspectivas, pueden quedar ancladas en etapas de pensamiento dependiente o conformista, sin llegar a cuestionar de manera profunda las ideas predominantes. En cambio, quienes viven en entornos que promueven la curiosidad, la reflexión y la responsabilidad intelectual tienden a alcanzar mayores niveles de independencia cognitiva.

En síntesis, la autonomía intelectual es una meta evolutiva y educativa que solo una parte de la población logra plenamente.

Conclusión

La autonomía intelectual representa uno de los logros más altos del espíritu humano. No basta con vivir en una sociedad libre si nuestra mente sigue siendo prisionera de la costumbre, la manipulación o el miedo a pensar distinto. La verdadera independencia no se conquista con espadas ni con leyes, sino con ideas propias, con la valentía de razonar y con la humildad de aprender.

Pensar por uno mismo es un acto de coraje. Implica asumir la responsabilidad de nuestras creencias, reconocer los límites de nuestro conocimiento y atrevernos a cuestionar incluso aquello que consideramos incuestionable. Significa abandonar la comodidad del pensamiento colectivo y aventurarse en el terreno, a veces incierto, de la reflexión personal. Pero solo allí, en ese ejercicio de duda y conciencia, nace la auténtica libertad.

Así como los pueblos lucharon por su independencia política, cada persona debe luchar por su independencia mental. La autonomía intelectual es una forma de emancipación interior que nos protege de la manipulación, del fanatismo y de la ignorancia. Es también el cimiento de una sociedad más justa y lúcida, capaz de dialogar sin dogmas y de construir conocimiento con sentido crítico y ético.

El desafío de pensar por uno mismo es, en el fondo, una invitación a vivir con plenitud: a no aceptar verdades impuestas, a leer más y repetir menos, a mirar el mundo con ojos propios. Ser autónomos intelectualmente no es un privilegio, sino una responsabilidad con nosotros mismos y con el futuro que ayudamos a construir.

Porque solo quien se atreve a pensar libremente puede considerarse verdaderamente libre.

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Noticias Zamora

Moradores del barrio Namirez Alto de Cumbaratza expresan su preocupación por fallas en la obra del estadio comunitario

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Moradores, padres de familia y autoridades parroquiales de Cumbaratza manifestaron su preocupación por el estado actual del estadio comunitario del barrio Namirez Alto, obra ejecutada mediante un convenio tripartito entre el Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) Municipal de Zamora, el GAD Parroquial de Cumbaratza y el Distrito de Educación Zamora-Yacuambi.

El proyecto, que representa una inversión aproximada de 80 mil dólares, tiene como objetivo beneficiar a la comunidad educativa y a los habitantes del sector. Sin embargo, durante un recorrido realizado recientemente, se evidenciaron fisuras en las gradas, deficiencias en la estructura metálica, acumulación de agua en la cancha por falta de drenaje, y otros aspectos que generan preocupación en la ciudadanía.

El presidente de la escuela, Florencio Ávila, expresó que los moradores reconocen la importancia de la obra, pero solicitan que “se entregue en óptimas condiciones”. Indicó que “las gradas presentan grietas y la cancha no cuenta con un sistema de drenaje adecuado, lo que impide su uso deportivo”.

En similar sentido, el morador Dionicio Japón señaló que “no se trata de rechazar la obra, sino de exigir calidad”. Manifestó que “antes de ser inaugurado, el estadio ya presenta deterioro y filtraciones, lo cual genera preocupación entre las familias del sector”.

Durante la visita, el vocal del GAD Parroquial de Cumbaratza, Herman Reyes, informó que ha solicitado una revisión técnica del proyecto y pidió al contratista cumplir con las especificaciones establecidas en el contrato. “Esta obra, ejecutada por la empresa del ingeniero Johnny Ortega, debe entregar resultados de calidad. Se observan fracturas, problemas de drenaje y soldaduras deficientes. Es indispensable que el contratista asuma su responsabilidad y realice las correcciones necesarias”, afirmó.

Asimismo, el vocal Patricio Ramón recordó que el estadio fue construido bajo un convenio tripartito, en el cual el GAD Municipal de Zamora aportó 50 mil dólares. Señaló que, según el acta de entrega provisional firmada el 10 de julio de 2025, el contratista dispone de un plazo de seis meses para corregir las observaciones y garantizar la calidad de la obra. “Este proyecto debe cumplir con los términos de referencia del contrato. De ser necesario, se solicitará un peritaje técnico y la intervención de organismos de control para verificar el cumplimiento de lo estipulado”, subrayó.

Por su parte, el dirigente comunitario Juan Ávila insistió en que los habitantes gestionaron la ejecución del proyecto con la expectativa de contar con un espacio digno y seguro para los niños y jóvenes del sector. “La comunidad luchó por esta obra durante años. No pedimos más recursos, solo que se respete el convenio y se entregue un estadio funcional, con drenaje, estructuras seguras y acabados de calidad”, expresó.

Los moradores recalcaron que no buscan confrontaciones, sino garantizar que la inversión pública beneficie verdaderamente al barrio Namirez Alto y a la escuela del sector. En ese sentido, exhortaron a las autoridades locales y al contratista a revisar técnicamente la obra, corregir las fallas y proceder a una entrega definitiva transparente y responsable, conforme a la normativa vigente y al espíritu de servicio a la comunidad.

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Noticias Loja

Dr. José Bolívar Castillo: “El Ecuador necesita una dirigencia que enfrente la realidad y no viva de la propaganda”

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En un análisis profundo sobre la coyuntura política, económica y social del país, el doctor José Bolívar Castillo, exalcalde de la ciudad de Loja, expresó su preocupación por la falta de liderazgo real en el Ecuador y por la persistente crisis estructural que, según dijo, “se arrastra desde hace más de una década y se ha ido profundizando por falta de dirigencia comprometida con las verdaderas soluciones nacionales”.

Durante su intervención, Castillo señaló que la dirigencia política ecuatoriana ha priorizado el manejo mediático antes que la gestión efectiva, lo que ha generado una desconexión entre la realidad nacional y la imagen proyectada al público.

“Hemos tenido una permanente preocupación mediática. Como que no nos importa la realidad, sino las imágenes que vendemos a través de las cadenas. Pero la terca realidad es la terca realidad”, enfatizó.

Subsidios y economía nacional
El exalcalde de Loja se refirió al debate sobre los subsidios estatales, sosteniendo que estos, al estar dirigidos al consumo y no a la producción, han perjudicado el interés público.

“Hace décadas debió regularizarse el tema de los subsidios. Lo que hoy se destina a subsidiar el consumo, se resta de hospitales, escuelas y carreteras”, indicó, agregando que “los que más se benefician son quienes más recursos tienen”.

Castillo subrayó que el país debe avanzar hacia una estructura económica más racional y sostenible, donde los precios de bienes como los combustibles reflejen su costo real de producción y las condiciones del mercado internacional.

Consulta popular y reforma constitucional
En cuanto a la propuesta gubernamental de una nueva Constitución, el exalcalde manifestó que el Ecuador no necesita un texto nuevo, sino una reforma estructural que fortalezca el funcionamiento institucional del Estado.

“La Constitución de Montecristi es buena en su parte declarativa, pero deficiente en su estructura orgánica. Se cruzan los cables del Estado y los derechos quedan solo enunciados”, argumentó.

Castillo respaldó la idea de una consulta popular, siempre que se garantice un proceso democrático real, sin imposiciones ni listas cerradas.

Cuestionó duramente el sistema de voto en plancha, al que calificó de “barbaridad antidemocrática”, porque “impide la representación auténtica de las provincias y concentra el poder en las cúpulas partidistas”.

Relación entre el Gobierno y la Corte Constitucional
El exalcalde también criticó el papel de la Corte Constitucional, a la que acusó de haber “asumido atribuciones de una asamblea constituyente”, actuando “con facultades omnímodas desde la época del Consejo Transitorio presidido por el doctor Julio César Trujillo”.

Asimismo, rechazó la reciente derogatoria de la Ley de Integridad Pública, considerándola “una barbaridad”, pues, según expresó, dicha ley representaba un avance en el control del abuso dentro de las instituciones estatales.

“Las instituciones públicas están llenas de mandos medios que actúan sin control. Esa ley era necesaria para garantizar disciplina y eficiencia administrativa”, sostuvo.

Visión sobre la minería y desarrollo nacional
Finalmente, Castillo abordó la temática minera, afirmando que el Ecuador necesita aprovechar sus recursos naturales “de manera sustentable, ecológica y con equidad territorial”. Criticó los acuerdos que gobiernos pasados y presentes han suscrito con empresas transnacionales, señalando que estos priorizan la rentabilidad extranjera sobre el desarrollo nacional.

“Aquí se pacta con las transnacionales por debajo de la mesa. Les dan ventajas y a las provincias solo les dejan espejitos: no puente, tampoco una escuelita, peor un hospitalito. La riqueza minera debió servir para construir la gran vía interoceánica que conecte Puerto Bolívar con el Amazonas”, afirmó.

Propuso, además, una legislación que reconozca los derechos de los propietarios de terrenos donde se descubran yacimientos, garantizando su participación en los beneficios mineros y evitando su desplazamiento forzoso.

Conclusión
El exalcalde de Loja se refirió a la necesidad de un proyecto de país sustentado en la equidad territorial, la legalidad y la transparencia institucional, advirtiendo que “el Ecuador no puede seguir atrapado en una dinámica propagandística mientras se desmoronan sus estructuras políticas, económicas y sociales”.

“O elegimos democracia, o seguimos en la partidocracia”, concluyó.

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