Francisco Jiménez, ministro de Gobierno, confirmó que existe un ambiente positivo para arrancar este jueves 7 de julio con los 90 días de diálogos con las organizaciones sociales para atender a las 10 demandas planteadas por los movimientos indígenas. Las conversaciones contarán con la mediación de la Iglesia Católica del Ecuador.
La firma de un acuerdo entre el estado ecuatoriano y las organizaciones indígenas Conaie, Fenocin y Feine culminó la semana anterior con la finalización de 18 días de protestas que afectaron al país. «Hoy es el tiempo de la reconciliación. Nosotros vamos con absoluta buena fe, con optimismo, con transparencia, como siempre ha sido nuestra forma de actuar. Tenemos mucha confianza por los buenos resultados en la mesa”, mencionó Jiménez, en Teleamazonas, sobre el inicio de los diálogos.
Jiménez enfatizó que la prioridad será en un inicio llegar a planteamientos sobre los 10 puntos, pero no descarta que se puedan establecer convenios para atender otras temáticas. Reiteró que el Gobierno ecuatoriano tiene la predisposición para fortalecer programas que ayuden a los sectores rurales, como la lucha contra la desnutrición infantil, que no formaba parte de los pedidos de los movimientos indígenas.
El ministro Jiménez también se refirió al presunto ‘hackeo’ que reportaron cuatro asambleístas durante las votaciones del 28 de junio para destituir al presidente Guillermo Lasso. Según un informe técnico presentado en la Asamblea Nacional, cuatro legisladores sufrieron pirateos en su sistema de votación electrónica para postular a favor de la salida del mandatario. Virgilio Saquicela, presidente de la entidad, interpuso una denuncia para que la Fiscalía General investigue los hechos.
Jiménez tildó como “gravísimo” el incidente en la Asamblea Nacional y aseguró que el informe técnico ratificó la hipótesis del Gobierno Nacional sobre un intento de golpe de estado en contra del presidente Lasso. El ministro solicitó “ir hasta las últimas consecuencias” con la investigación.
“Es muy grave porque confirma lo que habíamos estado sospechando: que aquí hay un complot para intentar derrocar al presidente. No dudaron ni siquiera en alterar. Fui 10 meses asambleísta y jamás se alteró el voto en una curul”, señaló Jiménez.
El ministro aseguró que la Fiscalía debe determinar las responsabilidades y autores intelectuales del incidente. “Las curules alteradas tenían un mismo fin, que era derrocar espuriamente al presidente de la República y no lo lograron”, añadió. Fuente: El Telégrafo
