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El asesinato de Don Víctor Guaillas no quedará en la impunidad ni en el olvido.

Tratábamos de comunicarnos una vez por semana. Me llamaba para «reportarse» e indicarme lo qué le sucedía: «estoy bien, doctor David. Cada vez más flaco porque no hay tanta comida en el economato y cada vez se pone más caro todo. Con pena porque es feo estar encerrado y me da pena no poder ver a mis wawas, qué no más les hará falta», me decía con una voz tenue, pero que trataba de agarrar fuerza de donde sea posible

Nunca perdió la esperanza.

Don Víctor tenía 50 años de edad, los cumplió el 25 de agosto.

Era una persona con una discapacidad y sin el privilegio de tener carnet. Fue un campesino sin tierra, rentaba una parcela para poder trabajar. Padre de una extensa familia, incluyendo seis wawas menores de edad para quienes era su sustento económico, responsabilidad que ahora recae completamente sobre su viuda, doña Adriana, y las hijas mayores.

A Don Víctor le convirtieron en un paria dentro de la administración de justicia, porque era el responsable que los sectores que gobernaban con Moreno tanto buscaban para sostener su discurso de odio por el Paro Nacional de Octubre de 2019.A don Víctor le negaron su Habeas Corpus, porque él no tiene panas jueces ni puede comprarselos.

Los que gobernaron con Moreno, y ahora con Lasso, lo convirtieron en un enemigo de la «sociedad de bien» que existe sólo en su metro cuadrado de privilegios, donde la protesta social es de vagos; donde luchar por los derechos más fundamentales es de delincuentes; donde la dignidad depende de tu apellido. A Don Víctor lo mató Moreno, lo mató Lasso, porque sus gobiernos transformaron a las personas privadas de la libertad de un sector de atención prioritaria a ciudadanos de segunda y tercera categoría; carne de cañón empobrecida y despojada para el crimen organizado que poco a poco fue remplazando al Estado en los centros de Privación de libretad de todo el país.

Con el Panchito y todos mis compañeros de Kuska íbamos firmes a luchar por su libertad e inocencia en la audiencia de apelación que iba a suceder el 4 de enero de 2022. ¡¡En poco menos de 2 meses!! Es el segundo compañero defensor del Agua que los desgobiernos nos arrebatan este año. El Tío Andrés y don Víctor no caerán en el olvido.

Las palabras no me son suficientes pero la rabia, digna y firme, me es infinita. No descansaremos hasta lograr verdad, justicia y reparación para ambos.

Por: David Fajardo

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